PENSAMIENTO CRÍTICO Temario
Enviado por Sara • 23 de Octubre de 2018 • 7.514 Palabras (31 Páginas) • 346 Visitas
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Toda hipótesis debe tener las siguientes características:
- Redactarse en forma afirmativa. No podrá presentarse como una pregunta ni como una negación.
- La hipótesis expresa la posición del autor porque expone una suposición que quiere afirmar.
- Se anuncia sin ambigüedades; utiliza términos claros, precisos y específicos.
- Expresa una sola idea clave.
La hipótesis central es una propuesta del autor que debe fundamentarse con hipótesis secundarias.
La hipótesis es una respuesta tentativa a un problema que se pone a prueba para comprobar su validez.
La hipótesis central es una suposición que debe probarse. La hipótesis es una proposición que nos permite establecer relaciones entre los hechos. Su valor recibe en la capacidad para establecer más relaciones entre los hechos y explicar por medio de fundamentos por que se producen.
La argumentación o fundamentación demuestra la hipótesis central por tanto, está compuesta y verifica su falsedad o su veracidad. La argumentación se puede analizar por medio de la hipótesis secundario y su desarrollo.
Las hipótesis secundarias desarrollan argumentos al explicar, ejemplificar, establecer relaciones de causa efecto, cronológicas, comparación-contraste y analogías.
Para evaluar si el texto está correctamente estructurado:
- Identifica si presenta una introducción, el desarrollo de la hipótesis y conclusión.
- Analiza el desarrollo de las hipótesis secundarias.
- Evalúa si el autor retoma sintéticamente la hipótesis central en las conclusiones.
1.5 COMPRENDER LA IMPORTANCIA Y RELATIVIDAD DE LAS TEORÍAS
Pueden desplegarse como expresiones epistemológicas del pensamiento crítico los principales tipos de conocimiento racionales forjados por la humanidad y su preocupación por construir horizontes racionales de proyectos societarios profundamente humanos. En consecuencia el pensamiento crítico puede explicarse, didácticamente, con base en la construcción de los tres tipos siguientes:
1. Conocimientos científicos, pues la ciencia tiene como modus operandi el ejercicio del pensamiento crítico mediante el cuestionamiento racional ilimitado de sus propias explicaciones –axiomas, leyes, teorías, etc.,- y sobre la realidad para promover el progreso gnoseológico.
2. Conocimientos filosóficos toda vez que la naturaleza del quehacer filosófico estriba en la permanente revisión de los fundamentos de sus interpretaciones sobre la filosofía misma, el cosmos, el hombre, la naturaleza y la sociedad; por antonomasia el quehacer filosófico se ha constituido en el modelo de praxis del pensamiento crítico.
3. Alternativas societarias al percibírseles como las principales codificadoras de los resultados de la racionalidad humana y en consecuencia soporte de proyectos verdaderamente humanistas y libertarios por sus inherentes pretensiones utópicas.
Las dos primeras conceptualizaciones acerca del pensamiento crítico han sido cultivadas por sus estudiosos con preocupaciones fundamentalmente gnoseológicas, pues buscan incentivar esas áreas del conocimiento y lo han hecho con creces según lo demuestra sus construcciones históricas, en las que se palpa que el pensamiento crítico es el soporte de sus avances e innovaciones explicativas e interpretativas. En cambio la tercera conceptualización tiene como leit motiv su compromiso ético al promover la creación de condiciones verdaderamente humanas para la persistencia y desenvolvimiento de la vida de todos los habitantes del planeta. Con base en esta conceptualización, la exposición que sigue se restringirá al tercer significado de pensamiento crítico, y presentará un panorama histórico de su desarrollo.
Así se puede situar como antecedentes del pensamiento crítico las propuestas utópicas de Platón, en la época antigua; las utopías de Thomas Moro, Tomaso Campanella y Francis Bacon, en el renacimiento; los planteamientos del Manifiesto de los iguales de Silvain Maréchal y Babeuf Gracchus del siglo de Las Luces, y las propuestas de los socialistas utópicos del siglo XIX, Roberto Owen, Claude Henri de Rouvroy conde de Saint-Simon, Carlos Fourier, etc.
Igualmente deben señalarse como antecedentes de la praxis del pensamiento crítico en América Latina a Bartolomé de las Casas, Vasco de Quiroga y los jesuitas del Paraguay, en la época colonial; en el siglo XIX los casos los libertadores, en especial Simón Bolívar, las exposiciones de socialismo utópico de Esteban Echeverría y José Ignacio Abreu e Lima, así como los proyectos societarios de Plotino C. Rhodakanaty, Juan de Mata Rivera y Giovanni Rossi, etc. Fue a partir del siglo XX que se sistematizó el estudio del pensamiento crítico. Con base en criterios meramente pedagógicos, se continuará con las dos líneas expositivas precedentes para delinear su desarrollo y estado actual. Por un lado la exposición de los intelectuales europeos y por otro lado el caso de pensadores de América Latina. Con respecto al caso europeo debe señalarse que la primera sistematización del pensamiento crítico la iniciaron Carlos Marx y Federico Engels al sustentar planteamientos innovadores desde la filosofía al convertirla en fuente teórica para promover la transformación social, toda vez que vertebraron como eje de su propuesta el diagnóstico científico del modo de producción capitalista y llegaron a la conclusión de identificarlo como el causante de los males que aquejan a la sociedad moderna y la conscientización de que sólo la lucha revolucionaria permite forjar un proyecto social verdaderamente humanista, el modo de producción comunista. Continuaron esa tradición personajes como Antonio Gramsci, Vladimir Ilich Lenin, Rosa Luxemburgo, León Trosky, etc.
El segundo momento del ejercicio del pensamiento crítico lo desarrolló una comunidad de intelectuales que en las primeras décadas del siglo XX fundó en Alemania el Instituto de Investigación Social, inaugurado en 1924 en la ciudad de Francfurt, entre ellos Theodor W. Adorno, Walter Benjamin, Erich Fromm, Max Horkheimer, Otto Kirchheimer, Leo Löwenthal, Hebert Marcuse, Franz Leopold Neumann, quienes desarrollaron sus planteamientos con el nombre de Teoría Crítica de la Sociedad (TCS), orientada a la revisión y renovación
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