“Consideraciones sobre las implicancias de las experiencias de reconocimiento territorial”
Enviado por mondoro • 19 de Enero de 2018 • 5.171 Palabras (21 Páginas) • 414 Visitas
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Para el geógrafo Marcelo López de Sousa (1995) “ territorio” es el espacio determinado y delimitado por y a partir de relaciones de poder, que define, así, un límite y que opera sobre un sustrato referencial, en definitiva, el territorio es definido por relaciones sociales. Este puede estar relacionado a formas jurídico-políticas (ejemplo clásico de un Estado Nación), culturales – de una asociación de barrio dentro de una ciudad – y/o económicas – de una gran empresa. En definitiva, el territorio puede asumir las más diversas escalas, formas y manifestaciones, desde pequeños territorios – un barrio en una ciudad o una villa rural – hasta un territorio red de una gran multinacional que posee sus ramificaciones en varios países´´.
En complemento, M. Santos (1997) ligado a la “geografía radical” plantea que el espacio es un sistema complejo, un sistema de estructuras sometido en su evolución a la evolución de sus propias estructuras” (1997:16) por ello concibe al territorio como producto social, histórico y político, pero que es en sí mismo un híbrido que participa igualmente de lo social y de lo físico. El territorio es el resultado de la creación e interacción que los actores sociales que habitan en él. Tomando a Santos, Bozzano (2012) plantea que: “El territorio es un lugar de variada escala –micro, meso, macro- donde actores –públicos, privados, ciudadanos, otros- ponen en marcha procesos complejos de interacción –complementaria, contradictoria, conflictiva, cooperativa- entre sistemas de acciones y sistemas de objetos, constituidos éstos por un medio geográfico integrado por un sinnúmero de técnicas –híbridos naturales y artificiales- e identificables según instancias de un proceso de organización territorial en particulares acontecimientos -en tiempo-espacio- y con diversos grados de inserción en las relaciones de poder local-meso-globales. El territorio se redefine siempre. (Bozzano 2012)
Santos (1997) propone partir de la premisa que para entender cada territorio será necesario -en alguna medida- indagar, conocer y entender cada medio geográfico, lo natural y lo artificial hibridado en técnicas, sus sistemas de objetos y sus sistemas de acciones más significativos, sus principales acontecimientos en proceso en tiempo y espacio y la articulación entre lo local, lo meso y lo global que con sus verticalidades y horizontalidades entreteje el poder en cada territorio, todas ellas encarnadas por actores públicos, privados y ciudadanos que en sus aconteceres homólogos, jerárquicos y complementarios producen cooperación y conflicto.
En torno a la noción de Barrio se abre un abanico de debates en torno a cuestiones de teoría y prácticas sociales. El término barrio (que viene del árabe barr " afuera de la ciudad" o del derivado barri "exterior") puede ser pensado en ejes que se relacionan con: distancias al centro urbano, como aparte de un todo y las relaciones primarias frecuentes y no institucionales -espontaneas- (Garavano2003)[2]. Este autor plantea que se puede pensar que en el uso del termino “subyacen elementos simbólicos comunes, construidos ideológicamente por los actores en situación. Y que en general no se juega solo –en su uso- el papel de ámbito donde suceden las cosas, si no que aparece actuando como un valor en sí mismo, como eje de asunciones, preconceptos y disyuntivas; no se presenta como una cuestión neutra sino relevante y significativa”(Garavano 2003:42).
Con consonancias tanto territoriales como de sentidos presentes y construidos socialmente, éste implica aspectos múltiples: sociales, económicos, jurídicos, técnicos. Hace a la consideración de un determinado lugar geográfico y las relaciones que allí se establecen. “El barrio aparece, como realidad tangible y material y como parte del imaginario, como practica y como representación, como valor cultural, identidad colectiva, especificidad espacial, polo de disyunción ideológica y sede social de las más variadas relaciones y dinamicas. Podemos aglutinar tres sentidos de lo barrial: a) el barrio como componente de la reproducción material de la sociedad, como espacio físico, parte de la ciudad; b) el barrio como identidad social, atribuida y adscripta por los actores sociales; y c) el barrio como símbolo”(Garavano 2003: 43)
Merklen (citado en Pavcovich 2006:34) define al barrio como “el espacio de la inscripción territorial (de los agentes sociales) entendida como una forma de inscripción social a través de la ciudad”. Esto implica que, por un lado, las regulaciones de la vida en este espacio se realizan por fuera de un orden institucional y por otro, que la participación de los actores sociales no se realiza solamente desde y en lo local. “Es por ello que debe ser entendido en su relación con la ciudad/sociedad, es decir, en el marco de un territorio más amplio que lo local (Pavcovich 2006:35)”. Merklen plantea que es posible pensar el barrio, en cuanto inscripción territorial, a partir de cuatro dimensiones teóricas de análisis:
-territorio como fuente de poder, posee propiedades susceptibles de ser tratadas como recursos por los que los agentes sociales disputan y luchan.
-la cohesión. Ser de un determinado barrio define tanto una identidad territorial como la pertenencia a un grupo de personas.
-el prestigio/desprestigio, las normas, el estilo. La disposición de un determinado espacio social tiene su correlato mas o menos fiel en la estructura espacial geográfica en la cual se desarrollan las relaciones sociales que constituyen dicho espacio. El modo de producción del capitalismo recrea jerárquicamente a la sociedad el espacio geográfico se corresponde con éstas diferencias-jerarquías y las hace visibles.
-como vía de integración a partir de cuatro aspectos: espacio de solidaridades locales organizadas (fuentes de cooperación, redes, la familia, partidos políticos, espacios religiosos, etc); formas de acción colectiva y de articulación en relación a lo político; como forma de lazo entre los individuos y la sociedad: las organizaciones barriales pueden interpelar al Estado e instituciones; como soporte a la formación de identidades.
Teniendo en cuenta las distintas consideraciones sobre barrio y territorio podemos decir que el espacio en donde las personas desarrollan su vida comunitaria reviste de dos sentidos: como localización geográfica – condición objetiva- y como representación –condición subjetiva- . Los sujetos habitan un espacio concreto, definido, objetivo, como por ejemplo el barrio donde viven, el lugar donde trabajan, su cuarto, las distancias, cerca-lejos vividas en su cotidianeidad,
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