Democracia y Autocracia: ciertos aspectos informativos
Enviado por Ninoka • 16 de Abril de 2018 • 5.044 Palabras (21 Páginas) • 427 Visitas
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Para lo que puede ser útil esta mirada a las dificultades históricas de la construcción de la democracia en el Perú, es para recordar a quienes ejercerán el gobierno las complejidades y dificultades que habrán de enfrentar; y, asimismo, para que quienes queremos fiscalizar a las nuevas autoridades tengamos una perspectiva más realista de lo que se puede conseguir y exigir.
1.2.2 La Democracia En El Perú Durante El Siglo XXI
Toda sociedad aspira al buen vivir, a ser una sociedad modelo; esto se traduce en salud, educación, vivienda y los servicios elementales, bien y correctamente distribuidos a favor de las mayorías, será correcto decir que, en un estado, donde faltan los servicios elementales, hay democracia.
Sera correcto decir en el Perú, hay democracia, con un Estado altamente centralista, de espaldas al Ande y la Amazonia, es decir a más de dos tercios del territorio y de sus ciudadanos Como concepto ideal, se habla de que la democracia es la “voz del pueblo, que es la voz de Dios”, esta definición, implica, inclusión, la aspiración a que absolutamente todos los componentes de una sociedad, seamos partícipes de los beneficios, seguridad y prosperidad de ese estado.
Este sometimiento es silenciado con tumbas clandestinas masivas, como lo ocurrido en los últimos años especialmente en Ayacucho y en todo el país, torturas, cárceles inhumanas, para los peruanos que osan reclamar y exigir la vigencia de derechos fundamentales, como el legítimo y más sagrado de los derechos: el derecho a una vida en dignidad, y ser parte de las decisiones que se toman sobre las ingentes riquezas del país (petróleo, gas, oro, maderas, forestación, agua, etc.), porque eso servirá para la política de implementar mejor vivienda, salud, educación, justicia; estos derechos fundamentales que en algunas sociedades del mundo moderno.
Es normal y el estado se encarga que se cumplan las leyes y estas funcionen, sin embargo en el Perú, es un privilegio de unos cuantos, disponer entre gallos y medianoche con firmas debajo de la mesa, como ocurrió con el Gas de Camisea, “concesión que el pueblo del Cusco se enteró por los periódicos y hasta el día de hoy no tiene ningún beneficio en su favor”, salvo las regalías, que obtenemos irrisoriamente como mendigos, mientras que las empresas concesionarias se llevan millones de dólares.
1.2.3 Democracia y Economía en el Perú
Si analizamos la economía, como uno de los pilares fundamentales de la superestructura del Estado; es de exclusividad y desde entonces se mantiene, en esas pocas manos de la burguesía financiera nativa en complicidad con grandes monopolios y oligopolios principalmente norteamericanos, institucionalizando la plutocracia= «gobierno de los ricos y para los ricos».
Motivo por el cual en el país todos los gobiernos de turno son fracaso, arrastrando crisis permanente, y si revisamos la historia peruana, desde la invasión española hasta nuestros días, cada diez o 15 años hay sublevaciones, rebeliones, levantamientos, como producto de la imposición de esta clase burguesa sobre las grandes mayorías que, pugnan por volver a reencontrarse con sus raíces, su historia y su realidad, arrancada a sangre y fuego.
1.2.4 La Calidad De La Democracia En El Perú
Luego de la afirmación precedente que en nuestro país existe un régimen poliárquico, abordaré ahora muy sucintamente algo importante y que no se debe perder de vista. No se trata de eso, sino de una desigualdad que se produce como consecuencia de un mal funcionamiento del sistema democrático, es decir, de una desigualdad en términos de oportunidades, marginación y exclusión. Es por ello que resulta muy útil la diferenciación conceptual que la economista española María Teresa Gallo (2009) plantea al respecto, cuando señala que en América Latina la desigualdad es de carácter disfuncional. En una economía de mercado, sostiene Gallo, la desigualdad surge debido a la adopción de riesgos, de la actividad empresarial, de la adquisición de habilidades y el ahorro que llevan a cabo los agentes que actúan dentro del marco lógico del sistema. Estamos en este caso ante una desigualdad funcional, producto de un proceso de diferenciación y especialización –éxito y fracaso, riqueza y pobreza incluidos–, que se desarrolla entre sujetos que compiten en los términos de esta economía de mercado. Pero ¿qué ocurre si una gran porción de la población no tiene posibilidad de participar en esta dinámica? En este caso, que es precisamente lo que estamos viendo, estamos ante una desigualdad disfuncional, y los que la sufren tienen muchos y buenos motivos para confrontar el sistema.
No se trata de eso, sino de una desigualdad que se produce como consecuencia de un mal funcionamiento del sistema democrático, es decir, de una desigualdad en términos de oportunidades, marginación y exclusión. Es por ello que resulta muy útil la diferenciación conceptual que la economista española María Teresa Gallo (2009) plantea al respecto, cuando señala que en América Latina la desigualdad es de carácter disfuncional.
1.2.5 Percepciones Sobre La Democracia En El Perú Actual
Durante el primer semestre del año 2011, se celebraron en Perú elecciones generales para la Presidencia de la República, así como los comicios pertinentes para designar la configuración del Congreso. Al margen de la importancia que de por sí puede tener un evento como el señalado, en Perú cabe añadir la trascendencia que supone celebrar también una década tras las primeras elecciones que se realizaron en el país después de la caída de Alberto Fujimori – cuyo mandato se prolongó de 1990 a 2000.
Durante el tiempo que ha transcurrido desde las mencionadas elecciones de 2001 –y que otorgaron la Presidencia de la República a Alejandro Toledo– pueden mencionarse diversos logros acaecidos en el país. En el terreno político, y entre otros, tal vez el avance más relevante pueda situarse en el hecho de haber consolidado la segunda transición, al frente del Ejecutivo en el país, por medios democráticos mediante la elección de Alan García como nuevo Presidente de la República durante las elecciones generales de 2006. El anterior precedente se situaba en el año 1985 cuando el propio García tomaba el relevo de Fernando Belaúnde Terry (1980-1985). ¿Paradójicamente, éste había sido el último presidente electo antes (1963-1968) antes del período de dictaduras militares Alberto Fujimori, ha valido la pena? La respuesta parecería obvia y la pregunta podría incluso parecer absurda si se atiende
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