Grupo #4: El pronóstico.

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Un determinante para la muerte en Hipócrates, era que “si los testículos y las partes genitales sufren espasmos indican dolor o muerte”(Tratados hipocráticos. El pronóstico. Página 335), pero hoy sabemos que no son factores letales, y que es necesario un serie de estudios que confirme algún cuadro médico de infección o enfermedad por transmisión sexual, las cuales son las más afines para esta sintomatología (Doctor William León).

“Lo peor es no dormir ni durante el día ni durante la noche, puede ser insomnio a causa de dolor o de angustia o que se derive delirio de este síntoma.” (Tratados hipocráticos. El pronóstico. Página 336). Este es uno de los pronósticos, que se mantiene actualmente en forma de diagnóstico, pues el insomnio es considerado como “la incapacidad para quedarse dormido, seguir dormido o sentir que el sueño es reparador. Este problema, es agudo y transitorio durante periodos de estrés, suele volverse crónico y ocasionar fatiga constante, ansiedad extrema conforme a la hora de acostarse y problemas psiquiátricos”(Guia profesional de signos y síntomas. Insomnio. Página 380), por lo tanto hoy es posible decir con mayor certeza que el insomnio se asocia a dolor crónico, al trastorno de ansiedad generalizada y trastornos del estado de ánimo; así mismo puede estar asociado a diferentes patologías médicas que interfieran con la estabilidad paciente, concepto que era igual de claro y acertado con la época y concepción hipocrática.

Además del conjunto de síntomas y signos ya mencionados que podrían causar la muerte en la época hipocrática, se pueden encontrar las deposiciones fétidas y negras, que hoy en día lo que significan es que hay un problema o desgarro en alguna parte del tracto gastrointestinal superior, o pueden ser causadas por una afección como: fibrosis quística, la enfermedad de Crohn, una infección o incluso debido a un cambio brusco en la alimentación. También están las orinas negras en adultos y las acuosas para niños en cuanto a fluidos nos referimos, la orina negra hoy en día indica la enfermedad hereditaria alcaptonuria o una infección, en este apartado también entra el “vómito lívido con mal hedor indica muerte rapidísima” (Tratados hipocráticos. El pronóstico. Página 338).

Anteriormente, las infecciones eran algo totalmente nefasto y generalmente si los síntomas no mejoran el resultado final e irreversible era la muerte, estos síntomas se manifiestan con fiebre, inflamación, dolor de cabeza e indisposición. Según la médica Ana Milena Mesa, las infecciones que actualmente se conocen, siempre se tratan con antibióticos, generando resultados gratificantes que se traducen en el recobramiento de la salud.

Conclusión.

En los tiempos de Hipócrates se utilizaba el pronóstico como la parte central y más importante de la medicina pero se acompañaba mucho del diagnóstico. El pronóstico actual no difiere mucho del hipocrático, sin embargo, cabe destacar múltiples diferencias, entre estas su objetivo. Ahora el pronóstico se hace con el fin de prevenir, se agotan todos los recursos para evitar la muerte debido a que sino se llevan a cabo todos esos recursos, se considera que hay una negligencia médica, lo que acarrea una demanda, por ende los doctores ejercen con miedo y hacen todo lo posible por salvar vidas “siempre y cuando no los vayan a llevar a un juicio”; antes los asuntos eran más diferentes, la finalidad era acompañar la naturaleza, sin interrumpir su rumbo: si las personas van a morir, hay que dejar que mueran, es decir, si se ven con síntomas “nefastos” es porque así lo estipula la naturaleza, entonces no hay que contradecir esa voluntad.

Antes el médico y sus estudiantes eran quienes tenían el conocimiento, por tal motivo eran los indicados para realizar pronósticos y dar un dictamen, dictamen que hoy en día se considera lógico, no obstante, esa consideración lleva a que los pacientes modernos, se crean con el conocimiento para dar su propio pronóstico, entonces asisten a consulta para ver si esa hipótesis que se plantean (buscando en internet, relacionando síntomas) es cierta o no.

Igualmente, en los tiempos de Hipócrates la terapia medicinal no se encontraba tan desarrollada como en la actualidad, por lo tanto, la función del médico era evaluar la enfermedad y prever el curso de esta para lo era de gran importancia la experiencia de este. Actualmente, partiendo de síntomas que presente y demás condiciones que acompañen a estos por medio de exámenes, pruebas y demás procesos que nos ha provisto la tecnología podemos llegar a saber a ciencia cierta cuál es el tratamiento más adecuado para restablecer la salud de dicho paciente.