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INFORME LIBRO TEORIA, PRACTICA Y PERSUACION

Enviado por   •  25 de Septiembre de 2018  •  2.323 Palabras (10 Páginas)  •  465 Visitas

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En su obra es posible que se hay ignorado cualquier significado simbólico posible para los motivos visuales de El Bosco, cualquier significado alegórico de la obra, enfatizando sus característicos poderes de invención y fantasía, así como usa el valor satírico y divertido del concepto de mundo al revés, así como sus monstruos fabricados, para demostrar el nuevo alegato de libertad artística del artista humanista.

La transposición de temas visuales y motivos cuyo potencial subversivo los relegaba a la periferia, represento una dramática expansión de la alta cultura de su tiempo e hizo algo más que usar un tropo cultural bien conocido para su audiencia, Al hacer de las invenciones el centro de su trabajo, El Bosco transformo la no cultura en cultura y volvió las tornas de las nociones aceptadas de obra de arte.

Finalmente, la función atribuida al papel de El Bosco como autor es el resultado de un deseo de sustituir una noción inmanente de valor estético por otra que está construida a la luz de los valores culturales del presente.

CAPITULO VI, Incentivar la Historia

Las apologías que se dan desde los diferentes autores en este capítulo empiezan desde un examen que se le hace al momento fundacional del canon del arte renacentista del norte, en donde la calidad artística, hace parte de ese debate entre Wackenroder y Schlegel admitían abiertamente que su interés en la historia derivara de sus creencias religiosas y nacionalista, en el caso de Panofsky, el programa del historiador es mucho menos explícito.

Así también la idea de de historia en los siglos XIX y XX explora la disciplina y profesionalización de sus practicantes donde el debate continua y para Wackenroder y Schlegel la historia es claramente parte de una retórica cultural más amplia, en cambio para Panofsky parece abordada como un fin en sí misma.

En la comprensión del texto se hace un énfasis en el canon y las reflexiones que se hacen de este, como un concepto más naturalizado de todos los presupuestos de la historia del arte, donde se pone en cuestión también el papel de la objetividad y la subjetividad del historiador en la articulación de las interpretaciones históricas y donde cabría decir que la idea del autor es una búsqueda de un propio programa, para la materia de la historia del arte, donde articule motivos para involucrarse en el proceso de encontrar significado cultural en el arte del pasado. En palabras de

“la obra del historiador pertenece (consciente o inconscientemente) a una variedad de formas de concebir las relaciones entre seres humanos como miembros de una cultura particular, y los medios por los que esa cultura particular, y los medios por los que esa cultura se relaciona con otras y con el mundo”

CAPITULO VII, Nostalgia de lo real. Problemática relación de la historia del arte con los estudios visuales.

En las teorías del arte como inicia este escrito empieza afirmando con una gran convicción de ciertos autores que el arte y la historia del arte han llegado a un fin. Así mismo se entiende un concepto del arte que cuenta con autonomía y una evidencia de que no hay nada evidente en sus conceptos y entonces es posible ver el arte como una de las muchas formas de producción cultural.

Además, encontramos un debate que pone a lo que nos está relatando el autor en una paradoja entre la tradición heredada de un discurso rico y valioso del arte por un lado y por el otro que ese discurso ya no tiene la posición trascendental que en el pasado había tenido.

A partir de esto, el desarrollo del capítulo gira en la argumentación de defender por parte del autor el valor de las yuxtaposiciones visuales sin necesidad de ver a estas como amenaza la una de la otra, sino como una posibilidad de contrastar, comparar, enriquecer el estudio de cada género.

En el desarrollo también encontramos el análisis de la cultura visual como un reconocimiento a su heterogeneidad, a las circunstancias de su producción, y a la variedad de funciones culturales y sociales a las que sirve, por ejemplo, a una familiarización con las tradiciones historiográficas que animan cada disciplina, con la posibilidad de analizar y deconstruir actitudes filosóficas y valores.

Y en tanto que da esa posibilidad, también él ha empezado a darla por sí mismo al afirmar “el tema de los estudios visuales, tal como yo lo veo, es localizar la imagen en el contexto de los procesos creadores de significado que constituyen su entorno cultural”. Haciendo claramente una distinción, donde las categorías no se fundan, sino que permanezcan cada una como arte y como no arte, para así poderse dar cuenta de los beneficios que estos nos ofrecen al asumir las diferencias metodológicas.

Por ultimo me parece importante la posición que el autor toma al considerar abiertamente el abanico de posibilidades en ese acercamiento del estudio del arte y los estudios visuales no como amenaza, no como fin de algo, no como rechazo del uno al otro sino como un provecho mutuo de estos estudios que lo expresa no solo para estos campos sino para otros.

Es probable que una mayor compresión de la estructura de nuestro conocimiento brote de los intersticios entre las distintas disciplinas. P135

CAPITULO VIII, Después de la muerte de la “muerte del autor”.

En este capítulo se hace un bagaje que quiere explorar las condiciones en las que podemos vislumbra la autonomía autorial en la actualidad, para esto se somete al autor y a su subjetividad en esa búsqueda de teorizar un nuevo concepto, uno que estaría en proceso, no del todo estable. Ya que se deja de lado las interpretaciones universalistas, el ideal de objetividad ha sido puesto en sospecha y considerado como una forma de entender el mundo, no la forma en que el mundo debe ser entendido.

En su comprensión por lo que está aconteciendo con la del discurso múltiple de la historia del arte, el autor empieza a hacer un recorrido por la conceptualización de la identidad desde diferentes autores, para luego asumir una postura frente a esta como historiador del arte y su relación con el texto interpretativo como parte de su identidad profesional que empieza a armarla desde en interés en la lectura de la obra de un autor o autora, luego en sus mecanismos inconscientes y psicoanalíticos que caracterizan el trabajo del historiador, tanto estudiosos del asado como pedagogo de generaciones futuras, por ultimo sus prácticas discursivas demandan un sello personal en sus producciones literarias.

Aquí sito al autor por su

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