Justicia y equidad como principio rector del Estado-nación
Enviado por Eric • 16 de Junio de 2018 • 838 Palabras (4 Páginas) • 557 Visitas
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Esta estratificación que sectoriza la sociedad, tiende a acrecentar la brecha de la desigualdad y de los contrastes sociales entre una elite dominante y unas masas trabajadoras vulnerables. Todo aquello es debido a que en el capitalismo, una elite económica tiende a apoderarse de la mayoría de las riquezas para satisfacer sus intereses particulares, a costa del bienestar común de los demás miembros de la sociedad. Estos hechos son apoyados por un Estado dispuesto ante la expansión de las utilidades de dichas elites, y un gobierno en donde los principales actores económicos comienzan a dominar el talante político y a ejercer su influencia en las principales decisiones estatales para su beneficio exclusivo. ¿Pero, en qué medida se están vulnerando los derechos de aquellos que no cuentas con la posibilidad de ascender en una pirámide social estratificada y jerarquizada emergida a razón de las estructuras capitalistas?
Poniendo como base la existencia de un hondo desequilibrio en la distribución de la riqueza –especialmente en los países de América Latina- resulta urgente la búsqueda de una solución eficaz que contrarreste las fuentes de pobreza y marginación causadas a razón de la desigualdad social. En concordancia con lo anterior, el economista Joseph E. Stiglitz –ganador del premio Nobel de economía en el 2001- propone una serie de medidas que deberían ser tomadas por los gobiernos en países subdesarrollados con el objetivo de lograr un crecimiento económico de la mano con un avance en el Índice de Desarrollo Humano. Entre estas estrategias se destacan: la reforma agraria acompañada de la asistencia tecnológica y financiera; la regulación del sistema financiero y finalmente el diseño de una política de crecimiento y desarrollo, por medio de la inversión fiscal en áreas como la educación y el sistema de salud pública (Stiglitz, 2002).
Para finalizar, resulta importante recalcar que el capitalismo no siempre entrelaza un mejoramiento de la calidad de vida para toda la población en proporciones equilibradas. En muchas ocasiones, este sistema fomenta el enriquecimiento de unas élites dominantes, tapando con un fino velo el oscuro empobrecimiento de las masas más frágiles de la población. Por esta razón, es deber del Estado-nación el fomentar la creación de políticas públicas efectivas, que estimulen el desarrollo por medio de inversión en educación, salud, nutrición, vivienda, tecnología e infraestructura. Solo así se impartirá justicia y equidad para todos los habitantes de la patria.
Bibliografía
Stiglitz, J. E. (2002). ¿Hay libertad de elegir? En J. E. Stiglitz, El malestar en la globalización (págs. 81-119). Nueva York: Norton & Company.
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