La Revolución Bolivariana
Enviado por Stella • 16 de Mayo de 2018 • 4.772 Palabras (20 Páginas) • 332 Visitas
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hacer reformas dentro del sistema. Debido a esto se produjeron varias escisiones en el seno de la izquierda, a saber: del MIR nacieron Bandera Roja, de inspiración estalinista, fundada por Carlos Betancourt y Américo Silva; y Organización de Revolucionarios, poco más tarde Liga Socialista, de inspiración maoísta y fundadas por Jorge Rodríguez. Del PC salieron el Movimiento al Socialismo, de inspiración reformista o socialdemócrata, fundado por Teodoro Petkoff; y la Causa R, de inspiración sindicalista y fundada por Alfredo Maneiro.
Siguiendo con la línea del tema, en 1976 se contactó con el oficial de aviación William Izarra, uno de los actuales ideólogos de la Revolución Bolivariana, que se quedó cautivado con los planteamientos de Bravo el cual ya había introducido temas como el indigenismo, el ecologismo, el revisionismo histórico y hasta la creación de una supuesta religión popular que incorporaba el “culto a Bolívar”, mostrando con ello un desmesurado ultranacionalismo. Así pues, la Revolución Bolivariana llegaría por una ruptura histórica y crearía una nueva civilización. Con ese objetivo Izarra creó primero Revolución 83 y luego ARMA (Alianza Revolucionaria de Militares Activos), que desapareció una vez fue expulsado de las FAN debido a una delación.
En ese contexto aparece la figura de Hugo Chávez que al igual que ocurriera con Izarra, quedó cautivado con el proyecto de Bravo una vez contactado en 1980. Chávez, sin saber que Bravo era el motor de toda la organización revolucionaria que se estaba gestando en las FAN, creó durante los años anteriores dos movimientos, el Comité de Militares Bolivarianos, Patrióticos y Revolucionarios y un poco más tarde el Ejército Bolivariano.
En 1983 Bravo hizo una reunión con todos los jefes militares conjurados de la Aviación, el Ejército y la Marina, junto al coronel Hugo Trejo consiguiéndose el objetivo trazado, consolidar una táctica cívico-militar para la toma del poder.
Ese mismo año Chávez, por aquel entonces Capitán, crea el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, por ser ese año 1983 el bicentenario del nacimiento de Bolívar, cuyo programa y proyecto estaba basado en el árbol de las tres raíces, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez. En lo fundamental dicho proyecto está definido por el antiimperialismo y la unión suramericana de Bolívar, la originalidad americana expresada en la frase inventamos o erramos de Rodríguez, y el federalismo y la reforma agraria de Zamora. En cuanto al antiimperialismo de Bolívar, tenemos que advertir que el concepto está limitado a su connotación política, más no económica, debido a que el imperialismo como tal sólo se hizo realidad a fines del siglo
XIX. Ello muestra las limitaciones del concepto para la actualidad de la Revolución Bolivariana, tal como fue formulado por Bolívar, pues no cuestiona el modo de producción capitalista dominante, ya que éste por aquel entonces estaba naciendo y era revolucionario frente al sistema feudalista heredado del Imperio español.
Poco después, en 1986 se produjo una nueva alianza, Francisco Arias Cárdenas aceptó conversar con Chávez en San Cristóbal, ciudad andina, llegando al acuerdo de alejarse de las tesis guerrilleristas para centrarse en la conspiración militar. Desde ese momento se fue debilitando la unión cívico-militar y la influencia de Bravo, a la vez que se consolidaba un auténtico alzamiento militar. Éste fue concretado el 4 de Febrero de 1992, luego de la tragedia del 27 de Febrero de 1989, el llamado Caracazo, verdadero detonante para el inicio de la cuenta atrás. Aquel día 4 de Febrero, antes de ser encarcelado, nace el mito de Chávez. En una alocución televisada, explicó que “Por Ahora”, había fracasado su proyecto revolucionario. Una vez salido de la cárcel en 1994 el pueblo, que vio representado en él las ansias del cambio, lo proyectará electoralmente para el triunfo de diciembre de 1998.
2.2 Carlos Andrés Pérez y el Caracazo
“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”.
Karl Marx
Carlos Andrés Pérez subió por primera vez al poder en 1974, en el mejor contexto posible para el desarrollo económico del país, cuando los ingresos fiscales por concepto de petróleo habían aumentado de 11 271 a 36 814 millones de bolívares. Como se sabe dicha subida fue debido a la Guerra del Yom Kippur, cuando los países árabes de la OPEP decidieron subir los precios tras la derrota de Siria y Egipto en la Guerra contra Israel, guerra declarada con el objeto de recuperar los territorios ocupados en 1967, a saber: los Altos del Golán y la Península del Sinaí. Dicha guerra, provocó por tanto la crisis económica de 1973, una crisis de sobreproducción capitalista que la guerra hizo estallar y que benefició a los países productores de petróleo como Venezuela.
Sin embargo, y a pesar de las promesas que el mito democrático y la Gran Venezuela supusieron, no fue capaz de satisfacer las aspiraciones de su pueblo, al contrario de lo que ocurriera con los grandes empresarios nacionales y extranjeros, todo ello en el marco de la nacionalización de la industria petrolera. ¿Cómo fue dicha nacionalización?
En el prólogo de Maza Zavala al libro de Héctor Malavé titulado Los Extravíos del Poder nos comenta que:
“Fue indudablemente una nacionalización concertada con los consorcios extranjeros afectados y con la activa participación de los factores internos y externos del poder. No sólo se reconoció una onerosa indemnización sino que también la exigencia de compensación por lucro cesante se encubrió bajo la forma de los leoninos contratos de comercialización externa y de asistencia tecnológica, verdaderos monumentos a la dependencia” (Citado en Aguilar, 1992, p. 69).
Por otro lado y como nos explica Vladimir Aguilar, profesor del Centro de Estudios y Políticos de América Latina, Mérida, Venezuela
“la propia reserva exclusiva al Estado de la industria y el comercio de los hidrocarburos se hizo relativa y contingencial al incorporar en el texto legal nacionalizador la modalidad de las empresas mixtas como una posibilidad operativa, según el famoso artículo 5. […] Así, la nacionalización no ha sido traumática ni conflictiva, sino exclusiva y de cierto modo complaciente para los círculos dominantes del país y del exterior” (ibidem).
Así pues la nacionalización
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