Perspectiva de Mesoamérica

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En la fase conocida como Xolalpan (450-650 d.C.) esta se caracterizó por ser la etapa en la que Teotihuacán alcanzo su máximo presencia en Mesoamérica, un ejemplo de ello es la ciudad maya de Copan en Honduras , donde se encontraron representaciones de personajes ricamente ataviados con elementos teotihuacanos.[5] En este periodo fue construido el palacio de las mariposas, donde se cree vivían personajes de alta jerarquía o que fue un edificio civil. También se construyo un sistema de drenaje para la captación de agua pluvial que formaba una red subterránea de canales y por último en esta fase es cuando la ciudad alcanza su nivel máximo de población, se calcula que entra 85000 y 100,000 personas habitaban la ciudad en este período.

En la fase Metepec (650-759 d.C.) se nota una decadencia en la cerámica en la cerámica y la arquitectura. También surgió un asentamiento teotihuacano en las faldas del cerro Chapultepec, la población y la ciudad se redujeron.

En la última fase llamada Oxtotípac (750-850 d. C.), en la cual la ciudad fue abandonada y la población decreció hasta llegar solo a los 2000 o 5000 habitantes aproximadamente. También existen vestigios que hacen pensar que la ciudad incendiada, aunque se desconoce aún quien y por que ocasionó dicho incendio.

En cuanto a la ciudad como Estado, hay evidencias que sugieren que la ciudad controlo la vida social, económica y religiosa de varios lugares aledaños en los estados de Hidalgo y el Estado de México, lugares de los cuales obtenía materias primas y en los que controlaba el comercio. También se han encontrado evidencias de la influencia de la gran ciudad de los dioses en otras ciudades contemporáneas como Cholula, Guerrero, Morelos, La costa del golfo, Monte Albán e incluso las zonas mayas del sur como Copan y Tikal. En esta ciudades se encontraron diversos objetos de mano factura teotihuacana y otros que tienen influencia, incluso en la arquitectura y algunos murales. Lo que se desconoce es si esta influencia obedece a una expansión militar o al intercambio cultural y comercial realizado entre estas culturas. Lo que si queda claro es que en el esplendor de la ciudad de los dioses, esta tuvo gran presencia en toda el área de Mesoamérica.

La estratificación social de la urbe se dio de acuerdo a la especialización del trabajo y los diferentes oficios que se practicaban en esta civilización, en la cual encontramos campesinos, ceramistas, talladores, de piedra, trabajo de obsidiana, tejedores, constructores, sacerdotes, militares, gobernantes y comerciantes.

Acerca de su cosmovisión, esta se ve reflejada y resumida en la orientación de la ciudad, la cual estaba divida en cuatro barrios o cuadrantes, en los que cada uno tenía una representación distinta por medio de colores, deidades, símbolos y pantas.[6] Otro elemento digno de resaltar es el de la montaña sagrada que representaba la dualidad de la vida y la muerte, ya que esta es la matriz de la cual emergen los pueblos y al mismo tiempo la entrada al inframundo.

La sociedad teotihuacana era politeísta y adoraba a varios dioses entre los que encontramos a Huehueteotl o señor viejo dios del fuego, Tláloc dios de la lluvia, Xipe o dios gordo relacionado con los cambios en la naturaleza y el inicio de las lluvias, Chalchiutlicue la diosa de los ríos, el mar y Yacatecutli vinculada con los mercaderes, por mencionar algunos.

La religión estaba en manos de los sacerdotes los cuales monopolizaban el conocimiento para controlar a la población. Ellos se encargaban de iniciar las siembras pues tenían un calendario agrícola. También se encargaban del estudio de los astros, del intercambio comercial y la expansión militar. Es de llamar la atención que ellos eran los únicos que dominaban el conocimiento de la escritura y que tenían una escuela para enseñar todas estas tareas a sus sucesores.[7]

La ciudad de Teotihuacán fue construida en siete diferentes etapas, en las cuales se desarrollaron monumentos específicos, que corresponden a los distintas etapas de desarrollo cultural, expansión territorial e influencia política que esta ciudad estado tuvo en el resto de los pueblos mesoamericanos. Queda claro que en sus inicios se crea la base de la ciudad, en su esplendor se alcanza el tope de construcción y desarrollo arquitectónico y en su etapa final se detienen las construcciones de los grandes templos y palacios que pasaron a ser habitados por las clases bajas ante el abandodno de la ciudad por la clase gobernante y militar.

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