Tema- La Galatea
Enviado por karlo • 2 de Marzo de 2018 • 2.829 Palabras (12 Páginas) • 318 Visitas
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DISTRIBUCIÓN DEL QUIJOTE
La distribución desigual de los capítulos y las partes en el primer volumen (capítulos 1 a 9, 10 a 14, 15 a 27 y 28 a 52) extraña en un autor aristotélico como Cervantes que mantiene una gran exactitud en la secuenciación de Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Probablemente, su plan inicial fuera simplemente ceñirse a la parodia sin incluir otras aventuras.
Personajes
Los personajes principales son redondos, van variando con la obra, al igual que la opinión que tanto el autor como el lector tienen de ellos. Hasta la publicación del Quijote, en la mayoría de las novelas los personajes eran arquetípicos: pastores enamorados, caballeros andantes…; los de Cervantes son personajes complejos y reales.
Don Quijote es un hidalgo pobre llamado Alonso Quijano, valiente, idealista, con un gran sentido de la justicia, de unos 50 años, cuyos rasgos físicos distan de los de los héroes caballerescos como Amadís o Tirant; en este sentido, es un antihéroe.
Sancho Panza es el escudero que lo acompaña en sus aventuras, pero además resume y trasciende el papel tradicionalmente asignado a tipos literarios como el bobo, el simple, el bufón, el gracioso, el criado. Pues va creciendo con la obra y encarnando la sátira de los libros de caballerías cuando él mismo cree en don Quijote.
Si bien en un principio don Quijote y Sancho representan el enfrentamiento entre el idealismo (don Quijote) y el realismo (Sancho Panza), posteriormente se produce una evolución psicológica que provoca la quijotización de Sancho y la sanchificación de don Quijote; es decir, este se hace más realista y aquel se convierte en una persona más soñadora e idealista, hasta el punto de que en el lecho de muerte anima a su amo a salir en busca de aventuras para la consecución de sus ideales: libertad, justicia y heroísmo.
En esa tensión constante entre locura y razón, ideales y realidad, el desengaño va apoderándose de don Quijote, hasta que recupera la cordura, lo que precede a su muerte.
Se observa en la segunda parte cómo el resto de los personajes crean un mundo ficticio alrededor de don Quijote para mantener la idea que da pie a toda la novela: que él es un caballero.
Otros personajes secundarios pueblan el universo del Quijote. Destacan Dulcinea, en realidad Aldonza Lorenzo, una mujer rústica de una aldea vecina, convertida en dama ideal por la imaginación de don Quijote. El bachiller Sansón Carrasco, convertido ficticiamente en el caballero de los Espejos y el caballero de la Blanca Luna, que pretende curar a don Quijote. Él será también quien informe a los protagonistas sobre la literaturización de su aventura en una primera parte ya publicada. La sobrina y el ama de llaves, preocupadas por don Quijote, representan su hogar. El cura y el barbero participan con ellas en la quema de libros y ayudan al protagonista en su vuelta a casa.
Además, dada la cantidad de historias que se intercalan, existen otros muchos personajes protagonistas de importantes relatos: el criado Andrés, Grisóstomo y Marcela, Dorotea, Teresa Mancha y sus hijos, los galeotes…
El espacio y el tiempo
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo […].
Al inicio de la obra encontramos las directrices espacio-temporales en que se desarrolla la historia.
El espacio es muy variado, pues las diversas aventuras hacen que los personajes se vayan moviendo de un sitio a otro. Ya en la primera línea se indica el lugar geográfico concreto, La Mancha. Aparecen también sus alrededores, concretamente el Campo de Montiel (entre Ciudad Real y Albacete), así como Sierra Morena, Cataluña…
Los personajes frecuentan espacios realistas: caminos, ventas y pueblos, aunque algunos, como la cueva de Montesinos, pueden tener un valor simbólico: esta cueva supone un cambio en el personaje, que parece haber perdido la confianza en sí mismo.
El camino favorece, además, el encuentro con personas de todo tipo y diferentes estratos sociales. Los personajes, en distintos momentos, detienen su viaje y permanecen algún tiempo en un mismo sitio, lo que da pie a nuevas aventuras e historias diferentes.
En cuanto al tiempo, es contemporáneo al autor y presenta un notable fresco de la vida cotidiana de la época. En la obra el tiempo es lineal, incluso en las diversas aventuras que acontecen; los saltos temporales derivan de historias interrumpidas que luego se continúan. Por su parte, don Quijote sí vive fuera de su tiempo, pues se imagina en la época de los caballeros andantes. Los anacronismos derivados del choque entre los dos mundos, real y ficticio, serán una de las bases de la parodia.
Los narradores
La obra se caracteriza por la polifonía, es decir, la existencia de distintas voces narrativas:
El narrador principal
Cervantes, convertido en personaje, encuentra y «traduce» la historia, parodiando así un recurso habitual en estas obras.
Esta intromisión en la ficción como narrador-editor, que pone en manos de los lectores la obra, le permitirá hacer los comentarios que considere oportunos, pues la conoce de antemano. El autor dice haber leído la historia (interrumpida en el capítulo 8) en los Anales de la Mancha;después, la fortuna le hace encontrar el resto en un manuscrito arábigo, que ha de traducir.
Segundo narrador
Un autor ficticio presentado como verdadero, Cide Hamete Benengeli, al que presenta en el capítulo IX como primer autor, para lo cual además necesita a un traductor morisco. Contribuye así al juego dialéctico entre historia y poesía (verdad/verosimilitud) propio de la época, llevado al extremo, pues hace incluso que sus personajes conozcan la primera parte de la obra, ya publicada.
Todos ellos, el cronista de Argamasilla, Cide Hamete, el traductor, el propio narrador-editor, constituyen voces ficticias del autor real, dentro de un sistema retórico de voces narrativas.
Narradores-personajes
De las diferentes historias o aventuras intercaladas: el cabrero que cuenta la historia de Marcela, el relato autobiográfico de Dorotea, el episodio del Cautivo, el de Cardenio…, que cumplen la función de contribuir a la fama de don Quijote, pues todos ellos
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