Burnout, enfermedades psicosomáticas
Enviado por Rimma • 1 de Julio de 2018 • 6.758 Palabras (28 Páginas) • 272 Visitas
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Hay estadísticas y estudios que afirman que las enfermedades psicosomáticas son muy frecuentes; casi un 12% de la población europea sufre estas molestias y se considera que una cuarta parte de las personas que acuden médico de atención primaria presentan este tipo de enfermedades (Cortejoso, 2016):
- Dolor de espalda, 71%
- Mareos, vértigos, 65%
- Dolor en extremidades, 60%
- Gases en el estómago, 52%
- Dificultad al respirar, 50%
- Palpitaciones, taquicardia, 49%
- Dolor en articulaciones, 45%
- Dolor en el pecho, 44%
- Náuseas, 43%
El LSB-50 surge desde la herencia y desde la experiencia en España a partir de los años 80 con cuestionarios auto aplicados para la detección de síntomas psicopatológicos. El Listado de Síntomas Breve (LSB-50) es un instrumento de evaluación psicopatológica utilizado para el despistaje de síntomas psicológicos y psicosomáticos. El LSB-50 contiene nueve escala y subescalas clínicas, a las que se ha añadido un índice de riesgo psicopatológico, tres índices globales y dos escalas de validez (Abuín & Rivera, 2014).
Datos sociodemográficos
Las estadísticas son cada vez mayores de personas que padecen enfermedades psicosomáticas que con el tiempo se convierten en enfermedades reales cuyo daño llega a ser tan fuerte que desgraciadamente terminan en muerte.
En el año 2000, la Organización Mundial de la Salud (en Barraza, 2011) consideraban que los trabajadores estaban expuestos a sufrir riesgos a la salud debido a las condiciones inseguras con las que laboran día a día. La presencia de estresores y la percepción que el trabajador tiene de que estos riesgos laborales junto con otros estresores extra laborales (personales, sociales, etc.) afectan su salud se conoce como factores psicosociales laborales.
Según Barraza (2011) referencias emitidas por la OMS y la Organización Internacional del Trabajo OIT tanto los accidentes como las enfermedades laborales van en aumento. Así, para el año 2002 habría alrededor de 1,2 millones de muertes laborales, 250 millones de accidentes y 160 millones de enfermedades profesionales en el mundo, a diferencia de las presentadas en el 2001 con cifras de 1,1 millones de enfermedades y accidentes laborales, entre las cuales el estrés ocupaba un lugar importante.
En tal caso, los estudios sobre el estrés laboral crónico, también conocido como síndrome de Burnout o de desgaste profesional o asistencial, lo consideran una patología laboral debida al estrés continuo al que es sometido el médico durante su jornada laboral. Así, el estrés y el malestar acaban por instalarse de modo crónico, provocando trastornos psicosomáticos y de conducta, manifestaciones que nos alertan ante un problema de salud como lo es el síndrome de burnout. Se hace referencia de que la población más vulnerable a desarrollar este síndrome es la de los profesionales de la salud, principalmente personal de enfermería y médicos menos frecuente, pero igual lo desarrollan, los trabajadores dedicados a los servicios sociales, docentes, secretarias, policías, estudiantes (Barraza, 2011).
Estudios previos
Ballinas y Balseiro (2009) realizaron un estudio transversal, en un periodo de diez meses, en enfermeras de cuatro hospitales de la ciudad de México. De una población total de 3704 enfermeras, a través de una muestra no aleatoria se incluyeron 278 enfermeras generales, especialistas y auxiliares de enfermería con más de seis meses de trabajar en el área, que se encontraron presentes los días del estudio en los servicios y aceptaron participar de manera voluntaria, de las cuales 127 laboran en diferentes áreas no críticas y 151 en áreas críticas de los diferentes hospitales. Se aplicó al personal de enfermería una encuesta con datos sociodemográficos que contenía variables cualitativas como: categoría, servicio asignado, turno, estado civil, escolaridad y tipo de contratación. Como variables cuantitativas: edad, antigüedad, tiempo de recorrido de su casa al trabajo y número de pacientes atendidos. Se consideró que el grado de burnout es alto cuando aparecieron puntuaciones altas en agotamiento emocional y despersonalización y bajas, en realización personal; se incluyeron sólo los casos que cumplieron con los tres criterios. Asimismo, no se encontraron diferencias sobre la presencia del síndrome entre enfermeras de áreas críticas, la proporción de personas que presentan el síndrome es incluso discretamente mayor en las áreas no críticas en relación a las críticas en un análisis global de los cuatro hospitales.
El estudio de Beltran (2006) fue de tipo transversal retrospectivo. La población seleccionada la conformaron los profesionales "médicos familiares" en dichas instituciones. El estudio consto de un cuestionario de datos sociodemográficos y laborales, así como la escala de valoración de "Maslach Burnout Inventory (MBI)" para evaluar la presencia del síndrome de burnout. Del total de la población encuestada, 154 (78.2%) pertenecen a la Institución de Seguridad Social, mientras que 43 (21.8%) a la de los trabajadores del estado. Las mujeres conformaron el 38.1% (75) de la población y los hombres el 61.9%(122).
Las cifras de prevalencia para el síndrome de burnout es del 41.8%, es decir, 82 sujetos manifestaron padecerlo. De ellos 28 son mujeres (25 que laboran en la institución de seguridad social y 3 para los trabajadores del estado) y 54 son hombres, divididos en 42 y 12 sujetos respectivamente.
Según la distribución de la población por cada una de las dimensiones del síndrome de burnout se puede considerar que para la dimensión "agotamiento emocional" las prevalencias son mayores en ambos sexos que en la dimensión "falta de realización personal y en el trabajo "y para la de "despersonalización ". De los 82 médicos familiares con síndrome de burnout, 17 mujeres de 28 (77.3%) y 23 hombres de 54 (57.5%) presentaron alguna molestia y/o enfermedad en los últimos seis meses.
Según el grupo de enfermedades que padecieron los médicos, las mujeres se enferman más que lo hombres, sobre todo, a nivel músculo-esquelético y psicológico, seguido por las enfermedades y/o molestias gastrointestinales, luego de las cardiovasculares y por último las neurológicas; mientras que las patologías frecuentes
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