CONCEPTUALIZANDO EL COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL.

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impulsa a los hombres a trabajar, o como “los procesos que inciden en la dirección y persistencia del esfuerzo que realiza una persona para alcanzar un objetivo” (Robbins y Judge, 2013:202). Además, la motivación puede ser interna o externa: la primera se presenta cuando la persona tiene el impulso o las ganas de realizar algo por su propia cuenta, sin necesidad de tener un factor externo que lo motive a realizarlo, mientras que la motivación externa es todo aquello que la empresa proporciona para realizar de una forma eficiente los objetivos propuestos. Así pues, la motivación responde a la dimensión activadora de la conducta, lo cual resulta, entonces, de suma relevancia a la hora de estudiar el comportamiento organizacional puesto que, en gran medida, el desempeño del individuo dentro de la organización depende de su motivación para realizar su función dentro de la estructura y, por lo tanto, las organizaciones deben tener la habilidad para que los trabajadores adquieran este impulso motivacional y deseen trabajar para cumplir los objetivos trazados en la organización. Ahora bien, tomando en cuenta que la motivación está orientada a buscar en el trabajador un objetivo o meta a realizar, necesariamente incide, entonces, con la satisfacción laboral, la cual puede ser entendida como “El sentimiento positivo respecto del puesto trabajo propio, que resulta de una evaluación de las características de este; busca medir los sentimientos de los trabajadores con respecto a las expectativas de la organización, las prácticas de recompensa y otros aspectos similares” (Robbins y Timothy 2013:314). De este modo, la satisfacción o insatisfacción del individuo con el trabajo depende de numerosos factores como: la edad, la salud, la antigüedad, la estabilidad emocional, condición socio-económica, tiempo libre y actividades recreativas practicadas, relaciones familiares y otros desahogos, el ambiente físico donde trabaja, el trato que recibe de su jefe, el sentido de logro o realización que le procura el trabajo, la posibilidad de aplicar sus conocimientos, etc. finalmente, no se puede pasar por alto el valor de una comunicación asertiva para el funcionamiento eficaz de una organización. A este respecto, es preciso destacar que la comunicación involucra tres elementos fundamentales: escucha, indagación y retroalimentación asertiva. De manera que de un perfecto engranaje de estos elementos depende una buena comunicación dentro de la organización la cual, según Idalberto Chiavenato, se da através de tres tipos de canales específicamente, a saber: la Comunicación Horizontal que se refiere a la comunicación diagonal o lateral entre colegas, pares. (P. 429), la comunicación descendente que hace alusión a la comunicación que surge desde el nivel directivo hacia abajo. (2004. P. 428), y la comunicación ascendente que se refiere a la información que fluye desde los niveles de la base hacia el nivel directivo. (2004. P. 428). De otra parte, existen unas competencias claves para la comunicación organizacional que no solo son esenciales para la participación eficaz en el trabajo, sino también son fundamentales para la participación eficaz en la vida adulta, estas son: liderazgo, trabajo en equipo y manejo de conflictos. Desde esta perspectiva, el líder eficaz de una organización debe valerse de una comunicación efectiva y eficiente para lograr que los miembros de la misma trabajen con entusiasmo en pro del logro de los objetivos, teniendo en cuenta que en la sociedad contemporánea, entre otras cosas, las organizaciones necesitan modificarse de continuo, adaptándose a un ambiente global que se transforma con rapidez. y capacitarlas.

A manera de cierre: En el comportamiento laboral la motivación es un elemento esencial en la satisfacción del trabajador, ya que lo conlleva a una estabilidad laboral, lo cual, beneficia a la empresa, pues una organización conformada por individuos motivados y satisfechos con su trabajo se ve reflejado en una mayor productividad de la organización a la que pertenecen. Por ello, las empresas u organizaciones que gastan tiempo y recursos en pro de motivar y satisfacer las demandas justas de los empleados se ven beneficiadas por la realización de sus actividades de manera positiva y fructífera; de manera que las empresas deben ser conscientes de estos beneficios cuando procuran mantener un ambiente laboral sano y es en este sentido en el que el psicólogo organizacional puede prestar un gran servicio con miras a una mayor eficiencia de la organización, pues él está capacitado para intervenir cada uno de los conceptos antes mencionados. En lo referente al diseño organizacional puede apoyar el diseño de direccionamiento estratégico de la organización y proponer estrategias que apunten al cumplimiento de las políticas organizacionales. En lo referente al comportamiento organizacional es el profesional capacitado para identificar comportamientos organizacionales y diseñar e implementar estrategias para cambios comportamentales al interior de la organización; de igual manera puede especificar los comportamientos organizacionales como funcionales o disfuncionales, productivos o improductivos. En lo referente a la motivación y/o satisfacción laboral puede Intervenir a nivel personal y grupal para lograr cambio de actitudes, mejora de la motivación laboral, proyectos de vida y planes de carrera