El desarrollo del lenguaje en niños con sordera.
Enviado por Rebecca • 8 de Enero de 2019 • 1.788 Palabras (8 Páginas) • 299 Visitas
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El desarrollo del habla comienza en los primeros 3 años de vida cuando la necesidad de comunicar se hace presente, algunos autores consideran que los balbuceos, lloriqueos y gritos son las primeras expresiones del lenguaje en los primeros meses del niño. Aproximadamente las primeras palabras se presentaran después de un año de vida, y estas serán aprendidas debido a la imitación, puede observarse que en presencia de un bebé, los padres tienden a repetir palabras como “mamá” o “papá”, con la intención de que el infante las repita.
Se espera entonces que los niños con un desarrollo “normal”, es decir sin problemas en ninguno de los sentidos que intervienen en el proceso del habla (audición o aparato fonoarticulador), áreas del cerebro dañadas debido al nacimiento o a traumatismos durante el desarrollo, puedan comunicarse correctamente de forma oral a partir de los tres años con ciertos problemas en la pronunciación de la letra “R”, y perfectamente después de los 6 años.
Numerosos estudios realizados sobre la adquisición de la lengua de signos han comprobado que su evolución es muy semejante a la que se produce en los niños oyentes en relación con la lengua oral. Esta similitud básica, sin embargo, no impide que se manifiesten algunas diferencias debidas a su distinta modalidad de expresión, manual u oral.
El lenguaje de señas es una lengua natural de expresión y configuración gesto-espacial y percepción visual, gracias a la cual los sordos pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social, ya sea conformado por otros sordos o por cualquier persona que conozca la lengua de señas empleada. Mientras que con el lenguaje oral la comunicación se establece en un canal vocal-auditivo, el lenguaje de señas lo hace por un canal gesto-viso-espacial (Skliar, C., 1988).
Es conveniente entonces hablar de la sordera, la cual es una dificultad para recibir estímulos auditivos a través del oído, es posible entonces diferenciar dos clases de sordera, la parcial (hipoacusia) y la total (cofosis). La sordera puede ser un rasgo hereditario o puede ser consecuencia de una enfermedad, traumatismo, exposición a largo plazo al ruido, o medicamentos agresivos para el nervio auditivo (Gascón Ricao, A. y J.G. Storch de Gracia y Asensio, 2004)
Si la sordera es especialmente aguda, puede afectar considerablemente en la forma en que la persona sorda se relaciona con su entorno, al encontrarse con una seria limitación en su capacidad de encontrar una vía de comunicación debido a el canal auditivo, es decir, con el lenguaje oral.
La necesidad de un diagnóstico temprano de sordera es importante, ya que se trata de una condición que puede encontrarse hasta los 2 o 3 años, debido a que se trata de la edad donde se espera que los niños comiencen a hablar, lo que provoca retraso mental generalizado en especial en el proceso del lenguaje y pensamiento. Un diagnóstico temprano puede ayudar a realizar una intervención, permitiendo un desarrollo correcto en el individuo.
Como se menciono, la sordera puede darse debido a la herencia por lo tanto una prueba de cribado neonatal puede dar información acerca de las condiciones congénitas que puedan ocasionar una dificultad entre ellas las relacionadas a la audición.Está condición provocará la necesidad de un medio de comunicación, algo que pocas personas conocen y los padres se ven obligado a aprender
Como conclusión puede decirse que la sordera no afecta el desarrollo del lenguaje siempre y cuando la persona sea expuesta al lenguaje en el momento debido, para esto entonces es necesario un diagnóstico temprano de la condición del niño y seguir de cerca el caso, ser atentos a las señales como que el menor no responda al ser llamado, no se sobresalte al escuchar sonidos fuertes, cuando en su primer año de vida no balbucea, tenga problemas para relacionarse con otras personas, presente un retraso en el desarrollo del habla, es decir que no repita palabras como “Mamá” o “Papá” y cuando no es capaz de seguir instrucciones simples.
El diagnóstico temprano también proporciona la ventaja de poder intervenir pronto, ya sea en el caso de hipoacusia con algún aparato que apoye la audición o en el caso de pérdida total del sentido de escucha enseñando el lenguaje de señas para proporcionar un medio de comunicación al niño.
El lenguaje es un proceso complejo importante para la interacción humana y para el propio individuo, ya que algunos autores, como Vygotsky, consideraba al lenguaje como un precursor del propio pensamiento o también llamado “habla interna”.
Referencias.
Escotto, E.A. (2009). El lenguaje interno y el desarrollo del psiquismo infantil. En Escotto, E.A., Pérez, M. y Villa, M.A. (coords.). Desarrollo y alteraciones del lenguaje, neuropsicología y genética de la inteligencia. México: Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, Academia de Investigación, Historia y Epistemología de la Psicología, Academia de Extensión Universitaria y Difusión de la Cultura. p.19
Rains D. (2004). Principios de neuropsicologpía humana. Mc Graw Hill. México.
Leahey, T. y Harris, R. (2001) Aprendizaje y cognición. México: Prentice Hall.
Arconada, C. (2012). La adquisición del lenguaje en la etapa de 0 a 3 años (licenciatura). Universidad de valladolid.
Skliar, C. (1988): "Investigaciones sobre Comunicación e Inteligencia en niños sordos".Buenos Aires: Universidad del Museo Social Argentino".
Gascón Ricao, A. y J.G. Storch de Gracia y Asensio (2004) Historia de la educación de los sordos en España y su influencia en Europa y América. Madrid : Editorial universitaria Ramón Areces,
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