Maestría en Educación mención a inclusión educativa y atención a la diversidad

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Como lo afirma Susinos, T., & Parrilla, Á. (2016). Las dificultades para generalizar un enfoque verdaderamente inclusivo en el ámbito de la educación son de orden epistemológico y de orden pragmático. Quienes conciben por varios siglos que la disciplina de Educación Especial gobierna en exclusiva el discurso y las prácticas de dicho campo y a la vez otras disciplinas se “especializan” en otros colectivos socialmente excluidos.

Las investigaciones de los últimos años sobre los efectos de la integración en el desarrollo de los niños con autismo presentan datos esperanzadores: los niños integrados establecen relaciones que les brindan oportunidades de adquirir habilidades sociales y comunicativas, están constantemente expuestos a modelos de iguales que les proporcionan vías para aprender, generalizan con más facilidad sus adquisiciones educativas y aumentan sus probabilidades de un ajuste social mejor a largo plazo (Koegel y Koegel, 1995).

La inclusión educativa propone igual de oportunidades respondiendo a una educación con calidad y calidez, brindar el derecho a los niños con TEA , no solo lo ayudara a desarrollar habilidades y destrezas sino que le brinda las herramientas para realizarse como persona, profesional y ser una persona independiente en su adultez.

El objetivo de los educadores es el mismo que tienen las personas que educan a otros niños: hacerles más felices, más humanos, más capaces, más independientes y más comunicativos, así como desarrollar al máximo sus posibilidades y competencias, fomentar el bienestar emocional y acercarles a un mundo de relaciones significativas.

Pero, en el caso particular de los niños con autismo, estos objetivos frecuentemente sólo pueden lograrse cuando el niño es atendido de forma muy exclusiva y eficiente por el educador, y éste sigue unas pautas educativas necesarias: crear ambientes educativos estructurados (Olley, 1977), esto implica preparación constante por parte del docente dejando a un lado antiguas practicas pedagógicas, organizando las situaciones de enseñanza para lograr el mayor grado posible de interacción y participación de todos los estudiantes en las actividades educativas, sin perder de vista las necesidades de cada uno.

La necesidad de proporcionar a los niños autistas ambientes estructurados, predictibles y contextos directivos de aprendizaje está ampliamente justificada - y tanto más cuanto más grave es el autismo o más severo el retraso de que se acompaña - en la investigación sobre la enseñanza a niños con autismo (Rivière, 1984). La estructura del aula es uno de los objetivos más importante a tener en cuenta ya que favorece a que este sea interesante, claro y accesible para los alumnos con TEA el cual llama su atención y ofrece significado a cada área o rincón.

Los niños/as con necesidades educativas específicas de apoyo, al estar incluidos en centros ordinarios, aumentan sus posibilidades de adquirir habilidades sociales y comunicativas con sus iguales más potentes y afianzadas Román, A. M. G. C., & Hernández-delaTorre, E. (2016). Esto se produce en la interacción con sus compañeros generando experiencias de aprendizaje promoviendo poco a poco habilidades comunicativas.

Las escuelas deberían de abrir sus puertas a la diversidad sin exclusión, sin etiquetar las dificultades que presentan los alumnos, considerando que es un grupo heterogéneo en cada salón de clases. Hablamos de «una política educativa en los centros que trabaje para la colaboración basada en el principio de igualdad de oportunidades de aprendizaje para todos los alumnos» (Hernández de la Torre y Medina, 2014, p. 501). Esto conlleva a centrase en las potencialidades del estudiante utilizando diferentes estrategias que ayudaran a favorecer el aprendizaje y en donde cada uno de ellos sea estudiantes sea beneficiados, preparándolos para la vida como seres autónomos, los cuales pertenezcan y participen en la sociedad.

Las escuelas inclusivas no acogen sólo a aquellos cuyas necesidades se adaptan a las características del aula y a los recursos disponibles, sino que acogen a todos los que acuden a ella y se adaptan para atender adecuadamente a todos los estudiantes. La pedagogía está centrada en el niño y se brinda la oportunidad de que todos aprendan juntos de y con sus compañeros (Stainback 2001). Un aprendizaje colaborativo con diferentes experiencias enriquece al grupo, brindando puntos de vistas diversos donde todos participen sin miedo a equivocación respetando las diferencias de cada uno de sus participantes.

Todos los alumnos tienen cabida en el aula, en situación de igualdad, reconociendo sus diferencias individuales y valorándolas, (Ainscow, Booth y Dyson, 2006). Todos tienen derecho a ser incluidos en aulas ordinarias, pudiendo aportar algo diferente en clase (Echeita, 2008, p. 10). Sacar el mayor provecho a las diferencias del grupo que tenemos, respondiendo a las necesidades incentivando valores de respeto, tolerancia y amor.

Aulas inclusivas

Un aula inclusiva tendría las siguientes características:

Crea un clima positivo, seguro y acogedor influye mucho en el aprendizaje de los estudiantes Respetando a cada niño como persona única y valiosa creando en ellos una imagen positiva y sentido de pertenencia.

Tener altas expectativas en nuestros alumnos.

Valorando logros y fortaleza de cada uno.

Crear un ambiente de confianza donde se consideren los errores como un medio de aprendizaje.

Hace que el aula de clases sea acogedora para todas y que nos beneficiemos de ella.

La inclusión educativa permite la aceptación de todos en igual de condiciones, un punto primordial en este proceso a parte de la enseñanza, es la familia quien juega un papel fundamental en todo el caminar de la educación, ya que dependerá de gran medida que el proceso de aprendizaje sea el más favorable para el estudiante.

Terminamos con la idea de que cada vez sabemos más sobre el autismo y disponemos de más información sobre cómo deben organizarse y planificarse las acciones educativas para estas personas y responder a sus necesidades educativas, en los últimos años los progresos crecientes en los métodos de enseñanza y de intervención en general nos permiten ser optimistas en cuanto a ayudar, al menos parcialmente, a que las personas con autismo tengan mejores condiciones para alcanzar una educación de calidad así como una calidad de vida digna y satisfactoria para ellos mismos y para sus