Musicoterapia La influencia del sonido en el Aprendizaje, la Educación y en el comportamiento humano

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Los sonidos son frecuencias electromagnéticas susceptibles de ser utilizadas de manera análoga a la que son utilizados los colores en la cromoterapia.Por otra parte, las investigaciones realizadas en los gabinetes de Musicoterapia, principalmente en Europa y los Estados Unidos, han demostrado experimentalmente cómo los sonidos influyen tanto el área cortical como la subcortical, afectando el sistema nervioso central y el autónomo. Además, las propiedades psicofísicas, estructurales y de asociación psicológica del estímulo sonoro, a diferencia de otras modalidades terapéuticas, influyen la personalidad y la conducta humana en su dimensión psicosocial, afectiva y sobre un nivel de respuestas neurofisiológicas medibles.

La música es una de las expresiones del espíritu humano, al igual que la palabra. Estos dos componentes del lenguaje, traducen la interioridad del hombre; su interacción no es tan solo psíquica, sino también física, pues el sonido, al igual que el pensamiento, se transmite mediante ondas que producen una respuesta en lo material.

La experiencia clínica en Musicoterapia ha demostrado que los sonidos influyen tanto en el área cortical como en la subcortical, afectando el sistema nervioso central y el autónomo.

El doctor Andrés Janicki de Polonia, ha podido comprobar que la música influye sobre la capacidad de trabajo y retarda la aparición de la fatiga; que facilita la digestión, la respiración, la circulación sanguínea, mejora el rendimiento cardíaco, induce a un estado de distensión, de relajación y ayuda a corregir los desórdenes del sueño. Desde 1940, la aplicación de la Musicoterapia a niños con retardo mental ha aumentado más rápidamente que ningún otro empleo de la música en terapia, utilizando ésta para incrementar y fomentar la socialización, el aprendizaje, la memoria y el interés.

Es importante mencionar que la Musicoterapia utiliza el sonido, la voz, la música y el movimiento. Para formar su estructura conceptual teórica, necesita de una base tal, que esté de acuerdo a los conceptos biológicos, psicológicos y musicales. Además, requiere un conocimiento derivado del enfoque interdisciplinario.

Con base en lo anterior, podríamos afirmar que en nuestra época actual, marcada por el superestrés, la eterna prisa, los embotellamientos, la inflación, la contaminación y los diversos problemas familiares, los seres humanos tenemos tanta necesidad de música como de oxígeno, de alimento o de sol.

En realidad sería complejo intentar reducir el término de musicoterapia al uso exclusivo de la música en el ámbito restringido de la terapia, por lo que revisaremos algunos conceptos como los proporcionados por el doctor Rolando Benenzon, de Argentina, quien nos ofrece dos definiciones de musicoterapia.

Punto de vista científico:

La Musicoterapia es una especialización científica que se ocupa del estudio e investigación del complejo sonido-ser humano, sea el sonido musical o no, tendiente a buscar los elementos diagnósticos y los métodos terapéuticos del mismo.

Punto de vista terapéutico:

La Musicoterapia es una disciplina paramédica que utiliza el sonido, la música y el movimiento para producir efectos regresivos con el objeto de iniciar, a través de ellos, el proceso de entrenamiento y recuperación del paciente para la sociedad. Por su parte, la doctora Serafina Poch (1999), fundadora de la Asociación Española de Musicoterapia nos brinda la siguiente definición:

La música es por excelencia el lenguaje de la afectividad, de lo que no puede ser expresado con palabras, por ello, la psicoterapia moderna le atribuye la capacidad para influir sobre las emociones humanas con más intensidad y rapidez que el resto de las bellas artes. Este característico poder de la música sobre los sentimientos se produce con más fuerza cuando se atraviesa por un estado de exaltación o de depresión. De ahí la importancia que está adquiriendo la Musicoterapia.

Efectivamente, en todas las épocas y lugares la música ha expresado y provocado una amplia gama de emociones y sentimientos, permitiendo además una rápida reacción e influencia sobre el centro emocional de las personas. Además, ya que la música es un vehículo no verbal, transita a través del córtex auditivo directamente hacia el centro del sistema límbico, que es la red del cerebro medio que gobierna la mayor parte de nuestras emociones, así como las respuestas metabólicas básicas como la temperatura del cuerpo, la presión sanguínea y el ritmo cardíaco.

Esto permite que, a través de la música se propicie un proceso de catarsis, de análisis y de comunicación, ya sea en un contexto terapéutico, de pareja, familiar, educacional, grupal o social.

Por lo tanto, a través de la Musicoterapia, hemos podido comprobar que las personas tienen mayor facilidad de trasladar a su inconsciente muchas experiencias dolorosas vividas en su pasado y además rescatar mucha información y vivencias contenidas en su arqueología psíquica.

Por lo que, las personas con trastornos emocionales leves y profundos, logran una rápida recuperación. Obviamente esto no será de mucho agrado para quienes ven en la asesoría psicológica un negocio.

La Asociación de Musicoterapeutas Profesionales de Gran Bretaña, nos ofrece la siguiente definición: La Musicoterapia es una forma de tratamiento en el cual se establece una relación mutua entre cliente y terapeuta, que propicia los cambios en el problema del cliente y que permite que la terapia tenga lugar. El terapeuta trabaja con una diversidad de clientes, tanto niños como adultos, que pueden tener desventajas físicas, emocionales, mentales o psicológicas.

Usando la música de manera creativa dentro de un contexto clínico, el terapeuta busca establecer una interacción, una experiencia y una actividad musical compartidas conducentes al logro de objetivos terapéuticos determinados por la patología del cliente (Bruscia, 2007: 224).

Un aspecto clave en esta definición, es la relación e interacción entre una persona, llamada cliente, paciente o usuario y un terapeuta y que constituye la base del éxito en cualquier tipo de intervención terapéutica. Además, pone énfasis en la utilización creativa de la música en esa relación clínico-terapéutica.

Por otra parte, Bruscia (Bruscia, 2007: 9), plantea la siguiente definición: La musicoterapia como fusión de la música y la terapia, es a la vez un arte, una ciencia y un proceso interpersonal. En tanto arte, se ocupa de la subjetividad, la individualidad, la creatividad y la