Protagonismo de lo rutinario cotidiano
Enviado por Albert • 21 de Diciembre de 2018 • 7.813 Palabras (32 Páginas) • 348 Visitas
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Nos limitaremos aquí a analizar el cómo del contacto. Son dos las formas a tomar en consideración: la acción directa y la acción verbal.
La acción directa
Evidentemente la acción directa no aparece siempre aislada de la acción verbal. Es decir, no se trata de una acción muda, aunque puede serlo (dos personas caminan por la calle sin hablar y con las manos cogidas). La acción directa se distingue de la verbal porque tiene también un acto como factor suyo, porque se expresa inmediatamente también en el acto.
La acción en común es concerniente al respectivo compañero, la acción recíproca. Es sabido que Kant sostenía que un hombre no debe ser instrumento para otro hombre. Pero en realidad un contacto cotidiano en el que un hombre no haga de instrumento de otro bajo ningún aspecto es imposible, incluso carece de sentido. Los niños pueden constituir un instrumento para obtener de ellos una alegría particular o un apoyo en la vejez.
Cuando afirmamos que el papel de instrumento por parte del otro es inevitable en el contacto cotidiano, no negamos que la misma persona puede ser también el objetivo de nuestro contacto. Tanto más humanizado es el contacto cotidiano cuanto mas numerosas son las relaciones personales en las que la función instrumental del otro hombre está subordinada, cuanto más es en ellas el otro hombre y el contacto mismo es objetivo. También en este caso el hombre puede ser un instrumento para otro hombre: cuando se trata de un objetivo moral abstracto en cuanto a tal.
La acción verbal
Sus formas elementales son la comunicación, la discusión y la persuasión. Sin embargo, poseen también funciones y significado autónomos.
Empecemos con la comunicación: comunicar no significa necesariamente suscitar una reacción correspondiente inmediata. Cuando alguien me comunica que Thomas Mann ha muerto, que ayer en Uganda hubo un golpe de Estado, que ha sido efectuado el centésimo trasplante de corazón, recibo informaciones ante las cuales no puedo reaccionar con actos.
Cuando el deseo de pura información reprime totalmente la exigencia de transformar la información en actos, el saber del hombre en vez de ser activo se hace pasivo y pierde su función en la obra de re plasmación de la vida, (que es, por el contrario, un aspecto importante del saber cotidiano).
La discusión es sustancialmente una forma colectiva del pensamiento anticipador o diferido. Se distingue de la conversación solo porque en ella se debe llegar a una discusión. La discusión presenta innumerables aspectos positivos: preserva al particular de las decisiones equivocadas, de las ideas erróneas, de las reacciones unilaterales; puede servir como antídoto contra la particularidad, en cuanto las concepciones orientadas en este sentido se encuentran enfrentadas en la discusión con las opiniones de otros.
La persecución es una forma relativamente autónoma del aconsejar. Se trata de una acción verbal continuada, que está construida voluntariamente de tal modo que tenga la máxima eficacia. Dado que la persuasión se presenta ya en la vida cotidiana en una determinada forma pre constituida, para conseguir persuadir son necesarias facultades especiales.
El confiarse es también un fenómeno elemental de la vida cotidiana. Cuanto más compleja es la individualidad del particular, tanto más se hacen valer las dos necesidades que se reflejan en la confidencia.
La primera es el deseo de abrirse; exponer libremente el propio yo delante de otro o de otros. La segunda exigencia es ambigua: desgravar en parte o del todo la responsabilidad.
La conversación: también un hecho fundamental de la vida cotidiana. Llamamos conversación a toda acción lingüística entre dos o más personas cuyo único objetivo es el intercambio de ideas. La conversación no es un factor permanente en la vida. Hay que hablar simplemente porque el silencio constituye una descortesía. Este tiempo de conversar alienado es el que denominamos parloteo.
Hablaremos ahora brevemente sobre el silencio. No existe un silencio puro y simple. Molinowski, nos refiere que son considerados peligrosos aquellos que en tal circunstancia permanecen en silencio; quien no se confía, tiene un secreto, es peligroso para los otros.
Quien calla, se sustrae del contacto cotidiano, de la acción verbal en lo absoluto, y por lo tanto, de la alienación, y se retira así a la existencia auténtica. Existe por tanto un silencio alienado, al igual que hay acciones verbales alienadas.
El juego
Hay un tipo de acción, directa o verbal, y de saber correspondiente que no entra en el círculo de la reproducción social y de las cuales no se es responsable. Se trata del juego, desarrolla o moviliza capacidades humanas, sin ninguna consecuencia.
La única moral del juego estriba en la observación de las reglas, en el momento en que se presenta la responsabilidad moral, se está ya fuera de los límites del juego. Como hemos dicho, mediante el juego pueden ser puestas en movimiento todas las facultades humanas. Los juegos también se distinguen entre ellos por la capacidad que prevalentemente ponen en movimiento, la destreza, agilidad, la sagacidad, la lógica y la asociación. El juego se convierte en una satisfacción de la fantasía.
Distinguiremos tres grandes grupos.
- Juegos de pura fantasía. El juego de una niña que viste y cuida a su muñeca.
- Juegos miméticos. Constituye en realidad el punto de partida y el fundamento del arte.
- Juego regulado. En este caso los papeles –cuando existen- pierden importancia y se convierten en funciones dentro del término sistema de reglas.
Los juegos regulados tienen dos elementos característicos.
- El primero es que son en general juegos colectivos.
- El segundo elemento de los juegos regulados es su carácter competitivo, en ellos se puede ganar o perder.
Los juegos de pura fantasía casi no producen tensión, son relativamente privados y no tienen hinchas. Los juegos regulados, por el contrario, son por su naturaleza creadores de público.
¿Cuál es, por tanto, la función del juego en la vida cotidiana? El juego constituye una actividad que desarrolla las capacidades, que está guiada por la fantasía, y que –dada su falta
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