Título: Factores familiares que propician la conducta agresiva en un niño de 4 años
Enviado por poland6525 • 29 de Noviembre de 2017 • 4.426 Palabras (18 Páginas) • 699 Visitas
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2. Delimitación conceptual: la agresión y otros conceptos relacionados
Existen diversos términos interrelacionados que se han empleado habitualmente como equivalentes del concepto de “agresión”, fundamentalmente por su solapamiento conceptual, como son: agresividad, ira, hostilidad, violencia, delito o crimen. Sin embargo, estos términos presentan diferencias más o menos importantes entre sí, las cuales se detallan en los siguientes apartados.
2.1 Agresión vs Agresividad
A diferencia de la agresión, que constituye un acto o forma de conducta “puntual”, reactiva y efectiva, frente a situaciones concretas, de manera más o menos adaptada, la agresividad consiste en una “disposición” o tendencia a comportarse agresivamente en las distintas situaciones (Berkowitz, 1996), a atacar, faltar el respeto, ofender o provocar a los demás, intencionalmente.
Para algunos autores, la agresividad se caracterizaría por su carácter último positivo, al estar implicada en la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos, cualidad que la diferenciaría de otros constructos como el de violencia, de valencia negativa.
2.2 Agresión vs Ira-Hostilidad.
Los términos agresión, ira y hostilidad se han empleado frecuentemente de forma intercambiable debido a la ambigüedad de sus definiciones y al fuerte solapamiento entre los mismos.
Esto llevó a Spielberger a calificarlos conjuntamente bajo el epígrafe “Síndrome
AHA”1 (Spielberger, Jacobs, Russell y Crane, 1983; Spielberger et al., 1985; 1995). A pesar de su denominación conjunta, los tres conceptos hacen referencia a constructos claramente diferentes, como se expone a continuación.
La ira constituye un “estado emocional” consistente en sentimientos que varían en intensidad, desde una ligera irritación o enfado, hasta furia y rabia intensas, los cuales surgen ante acontecimientos desagradables y no están dirigidos a una meta (Spielberger et al., 1983; 1985). Para otros autores, la ira consistiría en la conciencia de los cambios fisiológicos asociados a la agresión, reacciones expresivo-motoras e ideas y recuerdos, producidos por la aparición de dichos acontecimientos (Berkowitz, 1996).
La hostilidad, por el contrario, connota un conjunto de “actitudes” negativas complejas, que motivan, en última instancia, conductas agresivas dirigidas a una meta, normalmente la destrucción o el daño físico de objetos o personas (Spielberger et al., 1983; 1985). Se trata, por tanto, de un componente cognitivo y evaluativo, que se refleja en un juicio desfavorable o negativo del otro, sobre el que se muestra desprecio o disgusto (Berkowitz, 1996).
A diferencia de la ira, que representa el componente emocional, y la hostilidad, referida al componente actitudinal-cognitivo, la agresión constituye el componente comportamental del Síndrome AHA, la cual puede definirse como la “conducta” voluntaria, punitiva o destructiva, dirigida a una meta concreta, destruir objetos o dañar a otras personas.
2.3 Agresión vs Violencia
Algunas de las definiciones de violencia no se distinguen claramente del concepto de agresión, tales como la de Elliot et al. (1989) “amenaza o uso de la fuerza física con intención de causar heridas físicas, daño o intimidación a otra persona” o la de Reiss y Roth (1993) “conductas emitidas por sujetos que intencionalmente amenazan o infligen daño físico sobre los otros”. No obstante, se aprecia que éstas y otras definiciones de violencia se caracterizan por incluir los términos “intimidación” y “amenaza”, no presentes a veces en las definiciones de agresión.
El término violencia se suele emplear para referirse a conductas agresivas que se encuentran más allá de lo “natural”, en sentido adaptativo, caracterizadas por su ímpetu, intensidad, destrucción, perversión o malignidad, mucho mayores que las observadas en un acto meramente agresivo, así como por su aparente carencia de justificación, su tendencia meramente ofensiva, contra el derecho y la integridad de un ser humano, tanto física como psicológica o moral, su ilegitimidad, ya que suele conllevar la ausencia de aprobación social, e incluso su ilegalidad, al ser a menudo sancionada por las leyes.
Las características de la violencia apuntadas no son elementos definitorios de la agresión, ya que, a veces, una conducta agresiva puede ser legítima, no tiene por qué ser ilegal, puede emplearse para defenderse de un ataque externo, y a menudo, posee un motivo que justifica su aparición, de lo que se deduce que no se puede equiparar todo acto agresivo con la violencia.
Habitualmente, los términos agresión o agresividad suelen emplearse para etiquetar comportamientos “animales”, mientras el concepto violencia suele reservarse para describir acciones “humanas”. Esto es debido a que los etólogos han detectado agresiones en toda la escala animal, no así la violencia, casi exclusiva del ser humano.
3. Teorías y modelos explicativos de la agresión.
3.1 Teoría Social- Cognitiva de Bandura
La Teoría Social Cognitiva de Bandura (1973; 1986) constituye uno de los principales modelos explicativos de referencia de la agresión humana. Desde esta teoría Bandura defiende el origen social de la acción y la influencia causal de los procesos de pensamiento sobre la motivación, el afecto y la conducta humana.
La conducta está recíprocamente determinada por la interacción de factores ambientales, personales y conductuales. Entre los factores cognitivos, juegan un papel central los procesos vicarios, la autorregulación y la autorreflexión.
En su explicación de la conducta agresiva, Bandura (1975) asume en gran medida las aportaciones procedentes de la aproximación conductual pero introduce los elementos mencionados como aportaciones novedosas. Desde su análisis del aprendizaje social de la agresión, diferencia tres tipos de mecanismos, los cuales se describen a continuación:
- Mecanismos que originan la agresión. Entre estos mecanismos destacan el aprendizaje por observación y el aprendizaje por experiencia directa. Las influencias de modelos familiares y sociales que muestren conductas agresivas y otorguen a éstas una valoración positiva serán, junto con los modelos procedentes de los medios de comunicación o los modelos simbólicos transmitidos gráfica o verbalmente, los responsables de que la agresión se moldee
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