EL SIMPOSIO DIVERTIDO

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Antes de entrar de lleno a la descripción de la dinámica quiero destacar que aunque ésta es una actividad que en un principio fue diseñada para el momento del examen no significa que no pueda ser empleada como una actividad para el momento de la enseñanza, haciendo unas pequeñas modificaciones según la creatividad de quien vaya a implementarla. Así mismo deseo añadir que si bien esta dinámica fue ideada para ser aplicada en el nivel superior considero que puede ser aprovechada también en el nivel básico a partir del 4º grado de primaria en adelante; según los criterios del profesor y por supuesto haciendo pequeñas adecuaciones en cada nivel. Aclarados los puntos anteriores me permitiré proceder con la descripción de la actividad.

Para llevar a cabo un examen con el “Simposio divertido” se debe partir de un tema que, en módulos anteriores, haya sido abordado por lo menos desde dos enfoques divergentes. Los alumnos deben tener claras las diferencias entre los enfoques y ello sólo puede ser efectivo a través de las clases previamente impartidas por el docente; a través de la investigación realizada por alumno así como de las diferentes asignaciones que el maestro haya implementado. El “Simposio divertido” es una herramienta útil para evaluar el aprendizaje del alumno y distinguirlo del mero almacenamiento de información (memorización).

Procedimiento:

- Colocar dos o más filas con cantidades similares de sillas y deben estar todas ubicadas en la misma dirección. La cantidad de filas está definida por la cantidad de enfoques o puntos de vista que hayan sido abordados, es decir si son dos enfoques entonces se harán dos filas de sillas.

- A cada fila de sillas se le debe asignar un enfoque (por ejemplo: si el tema general es la psicoterapia entonces una fila será del enfoque clínico, otra fila será del enfoque gestáltico y otra será del enfoque humanista).

- Hacer una sola fila con todos los alumnos y ubicarlos en un extremo del aula.

- Hacer sonar la música (de preferencia del gusto de los estudiantes), y la fila de alumnos deberá avanzar bailando al ritmo de la música y pasando entre cada una de las filas, simulando una serpiente.

- Detener la música y que cada alumno se ubique en la silla más cercana.

- Ya ubicados en las filas de los enfoques respectivos el maestro deberá lanzar conceptos o plantear situaciones de caso y el alumno deberá responder de acuerdo al enfoque en el que se encuentra ubicado. Los conceptos, planteamientos o interrogantes deberán estar escritas en trozos de papel y colocados en un recipiente para que el profesor vaya sacándolos al azar.

Cada tres o cuatro preguntas se vuelve a poner la música y a repetir el procedimiento de los pasos 4 y 5.

Cada alumno tendrá oportunidad de responder 2 veces y cada respuesta vale 5 puntos. Los alumnos que hayan completado su evaluación deberán salir del grupo juntamente con su silla. Se debe vigilar que las filas queden con cantidades similares de sillas. (Con respecto a la cantidad de preguntas por alumno, así como al valor de cada una de las mismas queda a criterio de quien esté evaluando; por lo tanto deben llevarse la cantidad exacta de preguntas por grupo es decir, si son 10 alumnos y cada uno deberá responder máximo dos veces entonces el maestro deberá preparar 20 reactivos.

Esta dinámica permite disminuir en gran manera el nivel de estrés y tensión que genera un examen tradicional, pues los alumnos al sentirse como en un juego divertido pueden tener una rememoración más efectiva de los conocimientos adquiridos en clase, en el caso de que los reactivos sean conceptos a definir. Pero cuando los reactivos son estudios de casos o análisis de situaciones los resultados son aún más enriquecedores pues como docentes podemos evaluar la capacidad de comprensión del tema ya que un mismo alumno puede plantear dos puntos de vista divergentes dependiendo de la fila o enfoque en la que se ubique, y ello sólo puede ocurrir si éste ha tenido una correcta asimilación del conocimiento, dicho en otras palabras, cuando ha tenido un procesamiento en un nivel semántico, un procesamiento profundo, a nivel de significado, que conduce a una retención más duradera.(García Ramos, 2016, p. 169)

A partir de la elaboración de este ensayo puedo concluir que cada docente tiene la capacidad de idear nuevas estrategias didácticas (prácticas), que coadyuven al proceso áulico. Sólo necesita estar un poco bajo presión, es decir, es necesario que el maestro tenga una mayor conciencia de la importancia de su rol como formador de personas (no importa en el nivel educativo en el que labore); que sea más empático ante las necesidades de sus pupilos y entonces se verá en la urgente necesidad de crecer en su práctica educativa.

Todos tenemos actualmente acceso a información valiosa gracias a la tecnología, ya no hay pretextos que valgan. Así que, quien no quiera progresar simplemente no tiene que esforzarse por innovar, sólo debe seguir haciendo lo de costumbre, al fin y al cabo es más cómodo hacerse de la vista gorda. Pero quien tenga la intención de dejar una huella en sus alumnos deberá ser consciente de cada uno de sus actos, pues para ellos todo lo que su docente haga o deje de hacer cuenta; o parafraseando a Saulo de Tarso, los maestros somos cartas leídas por nuestros alumnos, y ellos son nuestros mejores jueces por lo que tenemos sólo dos opciones: involucionar o bien evolucionar.

BIBLIOGRAFÍA

García, R. T. (2016). Práctica y Procesos Cognitivos.

Ricoy, M. C. y Fernández-Rodríguez, J. (2013). La percepción que tienen los estudiantes universitarios sobre la evaluación: Un estudio de caso. Educación XX1

PÁGINAS WEB CONSULTADAS

https://www.biblegateway.com/passage/?search=2+Corintios 3:2-4

dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles

https://sites.google.com/site/nosarreglamos/intercambio-de-roles

https://es.wikipedia.org/wiki/Simposio_(reunión)

https://es.wikipedia.org/wiki/Juego_de_la_silla