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FACTORES INFLUYENTES EN EL TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN EN LA SEGUNDA INFANCIA

Enviado por   •  3 de Noviembre de 2018  •  2.887 Palabras (12 Páginas)  •  487 Visitas

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Factor relacionado con el establecimiento educacional en que el niño asiste, se pueden presenciar situaciones de las cuales destacan: ser acosado o ser víctima de bullying; fracasar al poseer un rendimiento inferior al nivel esperado en exámenes, deportes u otras actividades académicas.

Repercusión en el aprendizaje de un niño a causa de una alteración en el desarrollo infantil

La segunda infancia, etapa evolutiva entre los 6 y los 12 años de edad, está centrada en los años escolares. En ella se combina el desarrollo de factores físicos, cognitivos y psicosociales. Esto es posible por la mejora el funcionamiento neurológico, que permite al niño obtener mayor atención y memoria, así́ como la mejora de la motricidad fina y gruesa, y las habilidades cognitivas. Todo ello proporciona al niño las capacidades para preveer las acciones de los demás que se desenvuelven en su entorno y planear estrategias (Craig, 2001; Papalia, Olds & Feldman, 2012). Los referentes sociales del niño se amplían de forma significativa, los padres y los hermanos continúan siendo sus principales referencias, pero también comienzan a tomar aquel papel sus maestros y amigos. Para que el niño pueda descubrir los diferentes aspectos de la vida, el ambiente familiar le ofrece seguridad y confianza, el entorno escolar le proporciona un ambiente en el cual desarrollar y desafiar correctamente sus habilidades cognitivas y sociales, y finalmente el ambiente que le proporciona el lugar en donde habita le permite explorar nuevas experiencias (Gallardo, 2012).

En general, es un periodo de crecimiento, en el que los niños se muestran saludables y felices, caracterizándose por aquellos sentimientos de optimismo, de dominio y destreza. Por lo que se benefician del apoyo social y de sus fortalezas personales para superar problemas. Él niño se prueba constantemente, superando sus propios retos y los que el entorno le impone, todo ello les otorga independencia y autosuficiencia (Berger, 2007; Feldman, 2007; Gallardo, 2007; Papalia et al., 2012).

Respecto al desarrollo cognitivo, el niño alcanza el estadio de las operaciones concretas (Piaget, 1966), caracterizado por la posibilidad de hacer operaciones mentales sobre objetos tangibles y manipulables, permite al niño avanzar en la comprensión y organización del mundo, con un pensamiento más flexible y lógico (Alfonso, 2006). Los logros más significativos son: Adquisicionde la noción de conservación. Es capaz de atender a distintas dimensiones a la vez (descentración) y reconocer la reversibilidad. Adquisición de la noción de clasificación jerárquica. Es capaz de hacer categorizaciones para comprender la inclusión de clase. Adquisición de relaciones de orden. Es capaz de ordenar elementos en función de dimensiones cuantitativas, y realizar inferencias transitivas. Comprensión de la causalidad. Poco a poco desaparecen el animismo, el artificialismo y la fantasía en las explicaciones sobre los sucesos. Adquisición para la medición. Es capaz de determinar longitudes, distancias e intervalos temporales. Estos logros son posibles gracias a la maduración cerebral y el aprendizaje, que provocan cambios neurológicos, incrementando la velocidad y eficiencia de los procesos cerebrales (Papalia et al., 2012). De esta forma, el niño, consigue desarrollar sus habilidades ejecutivas y crecer cognitivamente.

Aspectos evolutivos de las emociones

Las habilidades emocionales son observables a través de las conductas del niño, y las manifestaciones de sus emociones y estados de ánimo formarán parte del desarrollo de su competencia emocional (Vallés, 2008).

Los niños aprenden constantemente del entorno en que se desarrollan, construyendo el significado de sus experiencias emocionales a partir de sus interacciones con las personas que los cuidan (Gallardo, 2007).

Lo más destacable de esta etapa es: Primero, la conciencia emocional se hace más compleja (Saarni, 2000; 2006). Esta complejidad se consigue mediante el creciente léxico emocional, mayor atención a los sentimientos propios y de los demás, así como mayor expresión, percepción y comprensión de emociones (Clemente & Adrián, 2004; Gallardo, 2007; Garnefski, Rieffe, Jellesma, Meerum-Terwogt & Kraaij, 2007; Garner 2010; Saarni, 2006; Santrock, 2003). Segundo, Toma de perspectiva y de comparación social: comprensión de los propios estados y de los demás (Villanueva & Clemente, 2002), contribuyendo a la consolidación de las emociones autoevaluativas, como la vergüenza, culpa, y orgullo. Tercero, diferenciar entre la experiencia emocional interior y la expresión externa de las emociones: siendo capaces de ocultar y reconducir sus sentimientos, al modificar su expresión conductual externa (Gallardo, 2007; Saarni, 2010), y de autorregular su experiencia emocional interna (Garnefski et al., 2007; Garner, 2010). Las estrategias empleadas en la autorregulación están más perfeccionadas, y comienzan a utilizar más procesos cognitivos. Cuarto, Ambivalencia efectiva: comprenden que un mismo acontecimiento puede provocar dos sentimientos al mismo tiempo, primero, aceptan la posibilidad de experimentar dos emociones parecidas, y después admiten el hecho de experimentar emociones contradictorias, siendo éste un logro casi adolescente (Gallardo, 2007; Ortiz, 1999; Villanueva & Clemente, 2002). Otro aspecto de esta es aceptar que un mismo hecho puede ocasionar emociones diferentes a diferentes personas. Desarrollando su capacidad empática, que le hace pensar y actuar en consecuencia con las necesidades emocionales del otro.

Desarrollo del “yo”

Temperamento actúa como base biológica que marca una predisposición, guiando la personalidad del individuo, y complementándose con la experiencia, el aprendizaje, la educación, el esfuerzo y la motivación de cada individuo (Alfonso, 2006).

La autoconciencia del niño está basada en el reconocimiento de su propia existencia y en la progresiva adquisición de una identidad propia (Alfonso 2006; Craig, 2009).

El desarrollo individual de la autoconsciencia es un proceso gradual: primero se da el reconocimiento del yo, a continuación la descripción física del yo, la descripción psicológica del yo, y por último, aparecen las respuestas emocionales ante sus propias transgresiones (asociado con la aparición de emociones complejas como la culpa o la vergüenza). Dicha representación permitirá que el niño elabore su autoconcepto y autoestima.

Las relaciones familiares

En condiciones

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