“Formaciones del inconsciente: El Edipo en tres tiempos”

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En este primer tiempo si la madre es A, el hijo también quiere ser todo para esa mamá, el hijo también se ubica fácilmente en ese lugar de falo para esa mamá, quiere ser su deseo, quiere completarla, no es solo porque lo quiere la madre.

Es importante que queda a merced de la madre porque no hay nadie más en este momento, y si bien son ellos dos los que están más el falo, la relación del bebé no es con la madre sino con el deseo de la madre, porque el quiere ocupar el lugar del deseo de esa madre, ser el objeto de deseo para esa madre. Por eso lo que se juega en este tiempo es SER O NO SER EL FALO.

Todo este tiempo esta regido por el deseo materno, la ley materna que es caprichosa.

En el segundo tiempo del Edipo aparece en escena el padre, y aparece como portador de la ley. En el primer tiempo el nene recibía el mensaje en bruto de la madre, ahora ya hay algo que interfiere entre la madre y el bebé. Este padre aparece como prohibidor y terrible,

El valor de ley que tiene la palabra del padre, o sea el nombre del padre, tiene que tener un valor tanto para la madre como para el hijo. O sea la madre no puede pensar o sentir que lo que dice no importa, porque entonces no tiene sentido para ese hijo,

En este segundo tiempo el padre viene a prohibir que la madre y el hijo queden juntos, le prohíbe tanto al niño como a la madre (el papá porta una doble prohibición).

El complejo de castración se empieza a jugar en este tiempo por la ley de prohibición del incesto vía la palabra del padre, esta ley da lugar al complejo de castración. Todo no se puede.

La función del nombre del padre es justamente que a través de su palabra, o la ley simbólica (del incesto) se establezca un orden en el vínculo madre hijo.

Acá el triangulo aparece como simbólico porque aparece la palabra del padre, que introduce al niño en el mundo simbólico, vía la ley.

El padre en este segundo tiempo aparece como poseedor, tiene pero no dona. Queda solo como prohibidor.

El primer y segundo tiempo es igual para el nene como para la nena.

En el tercer tiempo están todos los significantes circulando, y el padre lo que pone en juego acá, es en el hijo TENER O NO TENER EL FALO. Ya no es más un padre prohibidor, sino todo lo contrario viene a donar algo, es un padre donador porque el tiene. Y es doblemente donador, porque le dona a la madre y al hijo. A la madre le dona el “más allá del deseo de hijo” que es en el mejor de los casos la satisfacción sexual.

Al ser un padre que dona, queda en el hijo una deuda simbólica, por lo tanto en este tercer tiempo de sepultamiento de complejo de Edipo queda esta deuda.

En el segundo tiempo el padre sustituía al deseo de la madre, en este tercer tiempo el padre se sustituye así mismo, quiere decir que el también queda sometido a la ley del incesto. Antes vino a prohibir y ahora él también queda por debajo de la ley.

Al varón el padre le va a donar son las insignias o emblemas de la virilidad. Pero dice que le está donando algo de lo que todavía no puede hacer uso, recién va a estar preparado en la pubertad. Entonces dice que le dona estos emblemas de la virilidad pero se los va a tener que guardar en el bolsillo. Por lo tanto es más difícil la salida del varón porque se le dona algo al varón de lo cual no puede hacer uso todavía. Cuanto más hombre sea, cuanto más identificado esté a esas insignias viriles, más rasgos infantiles va a tener en su haber.

La niña desde muy chica sabe lo que quiere, y sabe que lo que quiere no lo tiene y lo tiene que ir a buscar afuera, entonces dice que lo que le dona el padre a la niña es la certeza de saber donde tiene que ir a buscar lo que le falta para estar completa, en un hombre por fuera de la familia y a partir de la pubertad.

Cuanto más mujer o más femenina, algo más loco va a tener en relación a las certezas.

En relación a la deuda simbólica, no es que le debe algo al padre, le debe algo a sus sucesores. Donarle esta función paterna a sus hijos.

El resultado del complejo de Edipo es la sustitución del deseo materno por el nombre del padre

Lacan dice que el segundo tiempo es nodal pero es casi instantáneo este segundo tiempo, lo importante es que en este segundo tiempo el niño tiene la posibilidad de “elegir”, lo que elige es si acepta la castración o no, en realidad hay algo que ya está descrito en la historia de este nene aun antes de nacer, pero hay algo que también viene del niño.