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La complejidad de la Diversidad y su relación con el Fracaso Escolar

Enviado por   •  26 de Enero de 2018  •  2.921 Palabras (12 Páginas)  •  525 Visitas

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Frente a esta realidad ¿quién es el culpable?

Es habitual que institucionalmente el fracaso se le atribuya a los sujetos“…se desacreditan como producto del descrédito del que han sido objeto.”[5]“Y cuanto más vulnerable es el alumno que se auto-juzga, más tenderá a atribuirse el fracaso escolar a sí mismo…”[6]Carina Kaplan propone que los atributos de los estudiantes pueden ser para algunos docentes un factor negativo mientras que para otros presenta un desafío y una oportunidad para torcer destinos. “Las escuelas representan, a veces, un modo de confirmación o de reproducción de los limitantes externos que tiñen la experiencia social de los alumnos; en otros casos, la escuela abre un horizonte simbólico…” “…la escuela es la institución que precisamente tiene su apuesta en un futuro distinto que, al mismo tiempo, debe ayudar a construir.”[7] En estos contextos adversos, donde la diversidad se hace presente, los docentesse transforman en “trabajadores sociales” sin tener los saberes necesarios para hacerlo “Conocer las formas del capital cultural de origen de los alumnos, llegar a comprenderlas, es una tarea reflexiva y sostenida en el tiempo. Comprender a los estudiantes significa ampliar el conocimiento que se tiene de ellos.”[8]Es una tarea difícil pero no imposible.

“Pensar a la escuela como constructora de subjetividades, y el lugar potencial de los docentes en ello, implica identificar cierta posibilidad de mejorar las condiciones en las cuales los alumnos van trazando sus trayectorias.”[9]La escuela debe brindar oportunidades de “torcer los destinos”. En palabras de Baquero se debe buscar “[…]cómo recuperar la confianza en las posibilidadesde aprendizaje y desarrollo de nuestros jóvenes y niños y, en forma solidariacon esto, cómo recuperar la confianza en la posibilidad de generar experienciaseducativas genuinas y potentes que permitan su apropiación plena delespacio escolar.”[10]La escuela debe aportar a la conformación de la identidad del sujeto, de lo cual muchas veces los docentes no somos conscientes. “…el docente debiera tener mucho más presente el hecho de que su figura y su palabra, y a veces sus silencios y sus miradas, tienen efectos muy potentes en la constitución de la autoestima del alumno.”[11]Cotidianamente todos estamos pendientes de la mirada de los otros, en este caso la mirada del docente como figura legitimada tiene un efecto importante en los estudiantes.

Volviendo al eje principal podemos plantearnos si el problema es que la mayoría de los estudiantes fracasa debido a no encontrarse o a no sentirse contenido por la escuela, entonces habría que pensar cuales son las causas que los llevan a sentirse de esa manera. ¿Tendrá que ver con su capacidad de aprender?“[…] se entiende al parecer a la educabilidad como “capacidad de aprender” portada por los sujetos. Esto es, las evidentes tasas de bajos rendimientos, altas deserciones o repitencia —por no sumar las cifras difíciles de reconstruir de las promociones de alumnos sin los logros básicos previstos— parecen explicarse por la apelación a supuestas condiciones deficitarias que portarían los alumnos.”[12] Nuevamente aquí la culpa recae sobre el alumno“pretende encontrar en los mismos alumnos las razones de su fracaso”[13].

Entonces ¿Quiénes son los estudiantes con “capacidad de aprender”? ¿Son sólo los “normales”?

En palabras de Kaplan “…se categoriza a las personas, estableciendo aquellos atributos que se perciben como normales y naturales para cada una de ellas…”[14]Baquero Ricardo expresa que“lo normal” se encuentra ligado a lo “común” a “lo esperado”, es decir que un joven es normal si se comporta de “ciertas” manera esperadas, si no lo hace deja de serlo. La figura del alumno normal o común es una ilusión, “[…] la idea de que lo común, lo frecuente, es lo normal. Lo común demuestra frecuencia, no normalidad”[15] Por lo tanto una generalidad observable suele considerarse un tipo ideal, pero por el contrario “[…] la frecuencia no es más que la descripción fenológica de una norma” “Un rasgo humano no sería normal por ser frecuente, sino a la inversa: seria frecuente por ser normal, es decir normativo en un género de la vida” (Canguilhem, 1984: 143)”[16] Es importante aclarar que “La anomalía es aquel hecho de variación individual que impide que dos seres puedan reemplazarse mutuamente de manera completa.”[17]

Esta categorización que se les da a las personas tiene lugar en las escuelas también, estas marcan las expectativas de los docentes sobre los propios alumnos, y forman parte de la construcción de su identidad “impactando en su trayectoria escolar y social. Por medio de los juicios, las clasificaciones y los veredictos que la institución educativa realiza, cada niño va conociendo sus límites y también sus posibilidades, estableciendo lo que Bourdieu dio en llamar el sentido de los límites.”[18]“Las formas que se usan para aludir a los alumnos, a sus características y rasgos, tienen más sentido que el que aparentan tener, cumplen funciones que van más allá del explícito intento por describirlos. Terminan de este modo por anticipar y prescribir el desempeño y el comportamiento escolar de los alumnos.”[19]“Etiquetar a un niño es darle una denominación una calificación como ser: repetidor, desatento, bueno, malo, agresivo, impulsivo, y otras tantas denominaciones […] Muchas veces estas tradiciones normalistas y la tendencia de los docentes a “homogeneizar” proponen expectativas. Se tienen expectativas acerca de la familia que no coinciden con la realidad imperante. Es decir, la expectativa de los docentes se sustenta en una lectura de la realidad alejada y distorsionada. Es como si los cristales de los ojos del docente estuvieran empañados.”[20]

Entonces ¿Quién es educable?

Baquero expone que hay “dos maneras de entender la educabilidad. 1) Una manera suele coincidir con nuestro sentido común y entiende a la educabilidad como una capacidad subjetiva, es decir como un límite que el sujeto porta para ser educado. Lo que podríamos llamar potencial de aprendizaje, capacidad de aprendizaje o competencia intelectual de un sujeto. Generalmente esto se reduce en muchos casos a través de lo que sería un diagnóstico de capacidades intelectuales. Al hacerlo estamos evaluando muchas cosas más que la cuestión técnica de lo que nuestro instrumento pondera como habilidad intelectual, estamos casi en línea con la matriz comeniana, midiendo el grado de animalidad de los sujetos -si ustedes quieren, de humanidad- porque la distancia que nos separa del

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