Unidad de Aprendizaje: Bases Psicosociales del Comportamiento

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Las actitudes guían la búsqueda y la exposición a información relevante, acercando a la persona a todos aquellos aspectos de la realidad congruente con ellos mismos y evitando aquellos elementos que les sean contrarios.

La segunda función que cumplen las actitudes es basada en la teoría del aprendizaje, se dice que las actitudes ayudan a la persona a alcanzar los objetivos deseados, puesto que estos proporcionan recompensas y su vez intenta evitar todo aquello que no se desea y que lleva al castigo, por lo tanto la segunda función que cumplen es la de aumentar las recompensas y disminuir los castigos y aunque no sea el único facto que promueve esto, si simplifica este proceso de aprendizaje.

La tercera función que se nos menciona es la de identidad y expresión de valores, esta es muy sencilla de ejemplificar, prácticamente cada vez que expresamos abiertamente una opinión o damos una valoración a algún asunto es una actitud, la actitud es la que nos ayuda a poder dar a conocer a los demás quienes somos y que pensamos sobre las cosas que nos rodean, la actitud es lo que logra poner en palabras más sencillas nuestra manera de pensar, por lo cual gracias a esta actitudes se da la formación de una personalidad y de una identidad.

- Formación de las actitudes

Este será el ultima tema a tratar en este reporte, existen muchas teorías diferentes de cómo se llegan a formar las actitudes, el estudio incesante de la formación de las actitudes radica en que se tiene como supuesto que si se descubre cómo se forma de manera natural estos fenómenos se podrá descubrir como modificarlos de raíz y por lo tanto modificar la conducta de la persona.

Se comenta la posibilidad de que las actitudes tengan una base de información cognitiva es decir que las actitudes están basadas en nuestras creencias o pensamientos, los cuales vamos creando con el tiempo, así gracias a esto podemos saber que las fresas tienen buen sabor, que nuestros padres nos protegen, etc. Esta teoría está basada en la llamada teoría de la acción razonada.

El otro supuesto teórico de la creación de actitudes esa basada en la información afectiva, el afecto que se tiene por el objeto de actitud tiene un efecto directo en la percepción del mismo, es bien conocido como a través de la experiencia vamos asociando determinados emociones a personas, objetos o situaciones. Esta teoría está basada en el condicionamiento clásico, el priming afectivo y la mera exposición.

- Conclusión

Concluyendo este tema nos damos cuenta de la importancia que tiene las actitudes tanto en la vida social, como en la personal y en todo los ámbitos, descubrimos que las actitudes nos ayudan a construir nuestro entorno, y construir como nosotros encajamos dentro de este entorno.

Al ver toda esta información, vemos que las actitudes son unas de las bases de nuestros comportamientos y que influyen en nuestra toma de decisiones, influyen cada vez que emitimos una opinión, cada vez que creamos un juicio o una crítica de valor, con cada pensamiento que incluya una opinión conlleva una actitud que es el primer filtro que procesa la información entrante.

Por años los investigadores sociales han tratado de descubrir de qué manera se crea una actitud normalmente y por lo tanto poder recrear este proceso y crea una actitud en la persona, puesta que si algún día, alguien descubriera como crear un actitud en los demás, podría según las teorías modificar la conducta del individuo tanto de manera positiva como negativa, porque estaría afectando a la manera que la persona ve el mundo.

Se ha descubierto que existen muchas formas de medir estas actitudes en positivas y negativas y dándole cierta intensidad, esto ayuda a poder entender el comportamiento de las personas basándose en cómo están sus actitudes a las situaciones, por esto se crean estas pruebas para poder tener una clasificación de las actitudes y a su vez comprenderlas mejor.

Bibliografía: Briñol, P., Falces, C., & Becerra, A. (2007). Actitudes. En F. Morales, C. Huici, M. Moya, & E. Gaviria (Eds.), Psicología Social. (pp. 457-490). Madrid: McGraw-Hill.