La formación espiritual, el conocimiento de Dios fue el objetivo supremo de ello, así como sus consejos respecto al liderazgo.

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Por tanto, por grande que sea la luz espiritual de uno, por mucho que gocemos del favor y de las bendiciones divinas, debemos andar siempre humildemente ante el Señor y suplicar con fe a Dios que dirija cada uno de nuestros pensamientos.

Los seres humanos poseen prejuicios hereditarios y cultivados, sim embargo cuando el amor de Jesús llene el corazón y se hacen uno con Cristo tendrán el mismo espíritu que El tuvo, cuando el pecador se convierte recibe el Espíritu Santo, eso lo hace un hijo de Dios y lo capacita para vivir en sociedad con los redimidos y la hueste angelical.

Debemos anticiparnos a las tristezas, las dificultades y angustias de los demás, participar de los goces y cuidados tanto de los encumbrados como de los humildes, de los ricos como de los pobres.

Elena G de White propuso una iglesia sin distracción de género, raza o edad, demostrado mediante actividades de evangelización, propuso que los obreros fuesen respetados, apreciados y valorados que la humanidad entendiera que estamos siendo acosados por un enemigo que no desea que entendamos la propuesta de Cristo, Satanás es el autor de la envidia, los celos, el odio y la disensión y se regocija cuando ve que esta vil cizaña ahoga el amor, por lo tanto se debe luchar por tener una misma mente, ver las cosas de la misma manera ya que la ausencia de este amor complace a nuestro enemigo.

El hombre que esta al frente de la obra de Dios debe ser inteligente, capaz de manejar sus responsabilidades, de carácter equilibrado, que tenga dominio propio y paciencia semejante a la de Cristo.

No es la obra de un ministro del evangelio señorear sobre la creación de Dios sino con humildad de mente, bondad y paciencia, odiar y reprender el pecado y demostrar compasión y ternura por el pecador, no es fácil mantener la guardia contra la indebida severidad, hacia el que hace mal, pero cuidando de no perder de vista el pecado.

Hay que manifestar la paciencia que mostro Cristo pero cuidando también de no manifestar tanta tolerancia para con su error.

Es necesario que la compasiva ternura de Cristo sea manifestada en todas ocasiones y en todos los lugares

Las personas ocupadas en la grandiosa y solemne tarea de amonestar al mundo, no solamente deberían tener una experiencia individual en las cosas de Dios, sino que deberían cultivar el amor mutuo, luchar por tener una misma mente, un criterio común, y ver las cosas de la misma manera.

La ausencia de este amor complace grandemente a nuestro astuto enemigo.

Para Elena G de White la mas importante calificación es el llamado y la capacitación del Espíritu. esta unción surge como respuesta de la actitud del dirigente para pedir a diario, con humildad, la renovación y dirección del Espíritu, con el fin de responder a sus llamamientos mediante una obediencia y un servicio caracterizados por ei desprendimiento, el dirigente que es guiado por el Espíritu estará dispuesto a reunir un equipo de trabajo idóneo y no se sentirá ávido de poder, posición o reconocimiento.

Los dirigentes han de orar por aquellos que reciben su influencia y tienen que hacerles saber que realizan dichas súplicas.

En tiempos de crisis o de emergencia, Dios desea que los dirigentes oren pidiendo su intervención, así mismo deben también orar para poder distinguir entre el bien y el mal.

Los dirigentes han de ser personas de visión y de acción.

Otras cualidades de los dirigentes incluyen el respeto a los demás, la tolerancia, capacidad para elaborar ideas propias, la habilidad para delegar y el dominio propio.

Tienen que tratar con los que yerran ejerciendo compasión cristiana, brindando esperanza y redención aún en medio de los fracasos.

Aunque Elena de White reconoció que la represión y la amonestación son necesarios en algunos casos afirmaba que la disciplina y la corrección no deben aplicarse con rudeza sino siempre con el espíritu del inefable amor de Cristo, ella apoyo una interacción tenaz, paciente, incluso tierna, con quienes cometen errores, toman decisiones incorrectas o fracasan en lo personal.

las decisiones no han de tomarse hasta que el equipo del dirigente se dedique a orar, y en ocasiones a ayunar, con el fin de asegurarse de que están a tono con la voluntad de Dios. Elena G. de White fue una decidida visionaria, promotora de ideas futuristas y una persona lista asumir riesgos debidamente calculados. En este contexto de una visión futurista, ella exhorta a los dirigentes a que ocasionalmente deleguen la planificación y el desarrollo futuro en obreros con menos experiencia. El objetivo es proporcionarles oportunidades para que expandan su potencial de liderazgo. En adición a esto, ella reconoce que todas las regiones geográficas presentan sus propios desafíos para la obra y que no