PRINCIPALES ADVOCACIONES DE LA VIRGEN EN LATINOAMERICA
Enviado por tolero • 24 de Julio de 2018 • 5.232 Palabras (21 Páginas) • 306 Visitas
...
La imagen de la Virgen es una bella talla en madera, de tamaño casi natural. Está vestida con ornamentados ropajes y, en la parte frontal de su túnica blanca, está bordado el escudo nacional de la República de El Salvador. Con su brazo izquierdo sostiene al niño Jesús, mientras que en la otra tiene una pequeña palma de oro, atributo que remonta la terrible erupción del volcán Chaparrastique; este volcán dentro en erupción el 12 de septiembre de 1787, amenazando con destruir a San Miguel. Al sentir el temblor y la amenaza de lava del volcán, los desesperados habitantes decidieron, como último recurso sacar la imagen de Nuestra Señora de la Paz, y colocarla frente al fluido de lava que descendía por la montaña y en un momento inesperado la lava cambio de dirección y se alejo de la ciudad.
COSTA RICA: NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES
En la ciudad de Cartago, en el epicentro de una zona volcánica, y que fura hasta 1823 capital de Costa Rica, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, “la Negrita”, patrona y reina de este País centroamericano. Las festividades en honor a la imagen sagrada se celebran cada 2 de agosto, en recuerdo de la primera revelación de la Virgen.
Cuanta la tradición que el 2 de agosto de 1635, en Cartago, en el lugar llamado Puebla de los Pardos, una mujer mestiza, humilde y piadosa, llamada Juana Pereira, salio de su casa a buscar leña para atizar el fogón familiar. En medio del bosque, halló una pequeña estatua tallada en piedra que representaba a la Virgen con el niño en los brazos. Emocionada tomó la virgencita, la llevó a su vivienda y la guardó en un cofre. Al día siguiente, regresó a buscar leña y, luego de hacer el mismo recorrido, encontró una imagen idéntica en el mismo lugar. Más sorprendida aún por el nuevo hallazgo, repitió el gesto de llevarla consigo, convencida de que ya atesoraba dos virgencitas en su haber. Pero cuando abrió el cofre para colocar en él el segundo icono, constató que el primero no estaba allí. Recurrió a medidas más seguras, creyendo que alguien la había extraído, y el tercer día decidió dejar el cofre cerrado con llave. Emprendió el camino al bosque y una vez más se encontró ante el hallazgo de ”la Negrita”. Al retornar y revisar el cofre constató que por tercera vez la imagen de la Virgen no estaba adentro.
Ante tal suceso Juana decidió contarle al padre del pueblo, Alonso de Sandoval, lo sucedido con esa extraña imagen de la Virgen y el padre decide guardarla en le sagrario de la Iglesia al día siguiente cuando el padre se disponía a sacar el santísimo para la comunión constato que la virgen no estaba allí; decidió constatar la versión de Juana y emprendió el camino hacia el bosque y encontró la imagen en el lugar donde Juana la había dicho, volvió y la guardo en la capilla y este echo sucedió en tres oportunidades nuevamente. El hecho fue considerado como divino: Nuestra Señora deseaba permanecer allí para proteger a su pueblo, para irradiar su amor y para saldar las diferencias entre negros y blancos, todos hijos de
Dios. Por tanto, era deseo de la Virgen que se erigiese en ese rincón un santuario consagrado a su devoción. Desde entonces el lugar se convirtió en centro de peregrinación y ruego.
Es de unos 20 centímetros de longitud. Fue tallada en una combinación de piedras volcánicas y está cubierta desde la cabeza por un amplio manto. Lleva al niño Jesús en el brazo izquierdo, en el que graciosamente recoge los pliegues del manto que le cubre desde la cabeza.
NICARAGUA: NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN DEL VIEJO
En la antigua ciudad de El Viejo, en Nicaragua, se encuentra el santuario dedicado a Nuestra Señora de la Asunción Del Viejo, Patrona de Nicaragua, cuya fiesta se celebra cada 8 de diciembre. Refiere la tradición que la imagen de la santa patrona, conocida también como “la Virgen del Trono”, llegó a esta popular localidad a mediados del siglo XVI.
Cuenta la tradición popular que la ciudad debe su nombre al portador de la imagen, un hombre muy anciano a quien los lugareños llamaban “El Viejo”. La versión del historiador y cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo refiere que el nombre de la población se atribuye a un poderoso y valiente cacique llamado Agateyte, quien, a pesar de su avanzada edad, gobernó mucho tiempo la región. Indios y españoles le tenían en gran estima y los lugareños le llamaban “Teyte” que en lengua chorotega significa “Viejo”.
El pueblo nicaragüense siente una gran devoción por su patrona, conocida popular y cariñosamente como “La Purísima”. En su santuario se congregan actualmente una multitud de peregrinos llegados de toda la República y de otras naciones centroamericanas.
Una pequeña imagen de unos 80 centímetros, en su manto de colores llamativos negro y blanco esta dibujado el escudo de la República de Nicaragua.
REP. DOMINICANA: NUESTRA SEÑORA DE LA ALTAGRACIA
Una hermosa leyenda se intercala en lo orígenes del culto de Nuestra Señora de la Altagracia, que se arraigó en La Española a comienzos del siglo XVI. Su actual basílica es un espléndido monumento al que se acercan los fieles para rendir tributo a una de las principales veneraciones marianas del país, que tiene su asiento en la ciudad de Salvaleón de Higüey, capital de la provincia de La Altagracia.
Una leyenda, de gran aceptación por parte de la devoción popular, narra que en Higüey una niña de 14 años pidió a su padre, un comerciante que viajaba a la ciudad de Ozam, que le trajese de regalo una imagen de la Virgen de la Altagracia, con la que había soñado.
Deseoso de complacer el pedido, el hombre buscó la figura en la ciudad, pero, al parecer, ni siquiera los sacerdotes tenían conocimiento de esta advocación. En el camino de regreso a su hogar se detuvo en la casa de unos amigos en Los Dos Ríos, y a la hora de la cena mencionó, entristecido, la búsqueda infructuosa de una imagen inexistente. Entonces una anciano que había solicitado pasar allí la noche le dijo que si existía y, sacando de su bolsa un pequeño lienzo enrollado, se lo entregó afirmando que ahí estaba lo que buscaba, que ésa era la Virgen de la Altagracia.
El mercader regresó a su casa y un día 21 de enero entregó a su hija la imagen al pie del árbol de naranjo que aún se conserva, donde hoy se levanta el santuario de la Altagracia. La joven mostró el lienzo a la población y de este modo se instauró el culto más querido para los dominicanos, quienes llaman afectuosamente a la Virgen “La
...