RENOVANDO NUESTRA MENTE
Enviado por karlo • 30 de Noviembre de 2018 • 1.822 Palabras (8 Páginas) • 319 Visitas
...
La biblia enseña que los seres humanos estamos constituidos de espíritu, alma y cuerpo.
[pic 2][pic 3]
[pic 4][pic 5][pic 6]
[pic 7][pic 8]
[pic 9][pic 10]
El día en que Dios soplo aliento de vida en Adán, ese día le dio espíritu al hombre, es por eso que todos los seres humanos tenemos espíritu y en la biblia se explica que al morir una persona el espíritu que Dios depositó en ella, sea bueno o malo regresa a Dios, Y debido a que el espíritu viene de Dios en él está el poder vincularse, asociarse y relacionarse con Dios, haciendo énfasis en la cita anterior: Samuel escucha en el oído a Dios, lo que indica que él se está comunicando con Dios a través del espíritu; por tanto, en un caso real las personas que practican ocultismo se comunican a través de su espíritu con el reino de las tinieblas, mientras que aquellas que practican la oración tienen una relación o comunicación con Dios. Otro punto importante a tomar en cuenta sobre el espíritu es que en él reside la conciencia, que es el discernimiento del hombre, es decir lo que le ayuda a diferenciar las cosas buenas de las cosas malas. Por tanto aquellas personas que no tienen a Jesús en su corazón tienen espíritu, mas su conciencia está muerta. Es por eso que al nacer de nuevo se nace en el espíritu, que es la parte más íntima de un ser humano (que se encuentra más adentro), pero su manifestación engloba al alma y al cuerpo y se afecta a ambas partes.
Pero aun cuando renacemos espiritualmente, el alma y el cuerpo aún tienen que pasar por un proceso de sanidad y restauración. El alma es lo que nos ayuda a comunicarnos con nuestro mundo exterior, tiene 3 elementos importantes que son:
- Sentimientos→ tienen que ser sanado a través [pic 11]
de la sanidad interior [pic 12]
- Voluntad → tiene que ser fortalecida.
- Mente→ tiene que ser renovada o transformada
Por último el cuerpo, el cual es la parte física de un ser humano, pero esto no es lo más importante, pues al valorar más el cuerpo, se pierden de vista dos aspectos muy importantes: el alma y el espíritu.
La victoria del cristiano que se queda en la tierra, exige una renovación y una transformación; de manera que, no suceda lo que pasó con Saúl mismo que tuvo una trasformación en su espíritu, pero no fue mudada su alma y en su mente existían un sinnúmero de complejos, como puede evidenciarse en 1 Samuel 9:21 ”Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?” Lo cual indica que aunque nuestro espíritu es transformado, si no tratamos con nuestra mente, nuestra carnalidad no va a menguar.
Lo único que puede transformar a un ser humano se encuentra en el siguiente versículo “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). En el cual explica que para empezar no debemos conformarnos a este siglo, pues las normas dictadas actualmente no se basan en la palabra de Dios; el siguiente paso es transformarnos, lo cual se consigue a través de la renovación de nuestro entendimiento, mismo que está en la mente y por ende en el alma; y la mejor arma existente para la renovación del entendimiento es la palabra ungida de Dios, necesariamente debe ser ungida para que la afección de la palabra recibida afecte no solo a la mente sino también al espíritu, de manera que el cambio o trasformación sea completo, de lo contrario enfrentaremos una vida de derrota cuando la voluntad de Dios es que seamos más que vencedores.
...