Todo lo vivido hasta ahora, nos lleva a realizar una reflexión personal y comunitaria

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y esta actitud puede ser de Fortalecimiento, de transformación o de Defensa.

De Fortalecimiento: En aquellos donde haya valores cristianos y criterios humanos imperantes que sean buenos y positivos. Ej: …….

De Transformación: donde veamos que hay desvalores y tendencias que están en contra del plan de Dios, pero que son susceptibles de cambios. Ej:

De Defensa: cuando el ambiente es decididamente hostil y contrario a nuestro ser cristiano pero siempre con vista a una posible transformación.

ANIMACION CRISTIANA DE LOS AMBIENTES.

Vimos, en la primera parte del rollo, que significa estudiar el ambiente o bien, de qué manera debemos ser protagonista en el estudio del ambiente, es decir, en el conocimiento específico de todo lo que en él acontece en relación con las personas que lo conforman.

A esos ambientes debemos animarlos, es decir, darle vida, dar vida a ese conjunto de personas desde el sentido cristiano.

¿Cómo se realiza esta tarea de animación?, para ello tendremos que distinguir tres frentes de acción: Sobre nosotros mismos, sobre nuestros prójimos más cercanos y sobre los demás.

Sobre nosotros mismos: Digamos que Evangélicamente “nadie puede dar lo que no tiene”. Tal vez este frente exija mayor valor y esfuerzo, porque se debe asumir que se ha emprendido un camino de conversión y el avance que tenga yo, es lo que podré ofrecer para animar nuestra comunidad, ¿cuál será la táctica que emplearemos?... Tendremos que poner en práctica todas nuestras facultades; voluntad, rodillas, inteligencia y corazón.

Voluntad: Debemos poner nuestra voluntad al tope.- Si no tenemos una voluntad firme y decidida, nada haremos.

Rodillas; Después de la voluntad, las rodillas.- Toda la fortaleza la hallaremos al pié del Sagrario. Las rodillas siempre serán las grandes palancas del Apostol.

Inteligencia: Es preciso emplear la inteligencia. Debemos realizar nuestra acción con oportunidad, tacto y decisión. Seguramente si falla nuestra cabeza, vendrá la ayuda de Cristo.

Corazón: Tengo que poner todo, para ganarlos a todos para Cristo. Mucha caridad para los compañeros.

Test.

nuestros prójimos cercanos: los más cercanos, nuestros compañeros, los que están más cerca nuestro.

Aquí vamos a utilizar los mismos elementos que en el frente anterior, pero cambiando el orden de manera distinta Corazón, inteligencia, voluntad y rodillas.

En primer lugar apuntamos al Corazón (como decía Alejandro: vamos a llenar la cabeza de ideas y el corazón de fuego); si no ganamos primero el corazón nada conseguiremos. Es inútil acumular argumentos si no pueden asentarse sobre un verdadera y autentica caridad.

Conquistado el corazón, apuntamos a la Inteligencia, con una atención minuciosa sobre este frente, el trabajo nuestro no es tan difícil como parece, teniendo en cuenta que trabajamos entre personas en las cuales Dios puso el germen de la Gracia sobre ellos.

Luego debemos excitar a la Voluntad, no hay que forzarla sino imantarla desde afuera, con un respeto máximo a la dignidad de las personas.

Una vez conquistado el corazón, la inteligencia y la voluntad, por la Gracia del Señor, caerán de Rodillas.

Test.:

Sobre los demás: los otros, los que integran el círculo más general y amplio sobre el que nos movemos. No los pierdo de vista, quizás no pueda relacionarme directamente con ellos, por lo que mi testimonio y mi palabra oportuna, serán siempre una actitud servidora

Ej:

Habíamos visto que animar el ambiente era darle vida cristiana. Esa tarea nos compete primeramente a nosotros los laicos.

Y para ello, no olvidemos la promesa de Cristo “Nunca les abandonaré… Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos” .

No hay nada imposible, no tengamos miedo a cambiar, en la medida que Yo me convierta a Cristo y a su Evangelio, se irá convirtiendo el ambiente, con mis caídas, los sinsabores, con mis limitaciones, pero siempre teniendo como ideal a Cristo. Solo así y de a poco podemos ir transformando los valores y criterios de nuestro propio ambiente. Siempre con el debido cuidado, “o Yo transformo al ambiente o el ambiente me transforma a mí”.

Tampoco debemos caer en la tentación de la derrota por no ver los resultados en forma inmediata; no olvidemos que nosotros solamente estamos llamados a sembrar. El que recoge es Cristo. Es Jesús el que nos da la primera respuesta de que esto es posible con la imagen de la levadura (Mt. 13,33). Es algo pequeño casi imperceptible, pero muy eficaz ya que desde adentro contribuye a la santificación del mundo.

La evangelización de los ambientes se da a través de las personas que mayor influencia ejercen en ellos: ustedes, a quienes llamamos Vértebras, porque están llamados a vertebrar cristiandad.

¿Y quién es el Vértebra en los ambientes?, No necesariamente el que manda, sino el que influye

Ej:

CONCLUSION

Hermano, por la acción de la Gracia, con un profundo conocimiento a través del estudio, con una vida de oración, con nuestra entrega, nuestro servicio hacia los demás, con un espíritu de conversión progresivo, se irán transformando poco a poco nuestros ambientes, de selvático a humano y de humano a cristianos.

Nuestra misión es de sembradores sin retorno, seguir siempre sembrando, sin desesperanzas, ni fracasos, aun cuando no veamos los frutos, porque en definitiva el que cosechará será el Señor.

Recordemos entonces lo que dijo Jesús “Id por todo el mundo a Evangelizar”.

El lema de este año de nuestra Diócesis nos dice “Jesús Palabra de Vida, espera nuestra respuesta de Fe”. Que mejor para comenzar a dar esa respuesta, hoy es el momento de comenzar a dar frutos para la viña del Señor; Y para esta misión no estamos solos, Cristo está con nosotros y en el camino vamos a encontrar también un ejército de hermanos y hermanas que trabajan para el Señor.

De la mano de nuestra Madre la Virgen María, estén seguros que lograremos nuestra misión. Vamos a llevar el mensaje a esos hermanos que están dispersos y perdidos y necesitan de cada uno de nosotros para conocer la Buena Nueva.

Acción