Basándonos en las condiciones que vemos a nuestro alrededor y en algunos casos incluso en experiencias propias

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lo cual nos indica que la desigualdad disminuyó ligeramente (ver anexo 12).

Distribución de la riqueza e implicaciones

Como se mencionó anteriormente, el coeficiente de GINI disminuyó ligeramente en el sexenio de Felipe Calderón, lo cual implica que la concentración del ingreso fue un poco menos desigual, sin embargo la brecha de la desigualdad aún es enorme.

Conforme con lo que se muestra en el anexo 10, podemos ver que la brecha de ingresos entre el primer y el último decil es abismal a pesar de que la misma ha ido disminuyendo un poco, ya que en 2008 la diferencia era de 112,660 y en 2012 pasó a ser de 94, 878, pero en cualquier caso el último decil percibe más de 3 veces el ingreso del primer decil. Igualmente desconcertante es el hecho de que solamente entre los deciles IX y X hayan acaparado el 50.9% de ingreso corriente total en el año 2012, como se muestra en la figura del anexo 11. A esto hay que sumarle que los ingresos percibidos por todos los deciles disminuyeron entre 2008 y 2012 a pesar de que la inflación aumentó en promedio un 4.38% en esos cuatro años.

Básicamente el hecho de que la desigualdad en la distribución sea tan marcada implica un aumento en los niveles de pobreza en el país y una profundización en el deterioro del nivel de vida en la mayoría de la población por un lado, mientras que por otro lado más riqueza se concentra en pocas manos, lo conlleva a una desigualdad social más marcada con oportunidades de vida y de realización desiguales para los diferentes sectores de la sociedad.

Sin embargo, podemos constatar que este no es un fenómeno exclusivo de nuestro país, la desigualdad en la distribución del ingreso se da en todos los países ya que es una consecuencia del capitalismo, pero se da en diferente medida; aunque resulta sorprendente que la distribución desigual se dé incluso en países desarrollados y no sólo en países en vías de desarrollo, como fue el caso de Estados Unidos quien en el 2012 se situó entre los países con mayores inequidades junto con China, Israel, Portugal, Turquía y México. Sin embargo, las acciones de los gobiernos a nivel mundial se han enfocado solamente en exigir más impuestos y en gastar más para tratar de compensar la tendencia a la desigualdad, y México no ha sido la excepción.

Acciones del gobierno

Siguiendo la tendencia mundial, el gobierno del presidente Felipe Calderón en un intento por mejorar la situación del país, destinó durante el sexenio 222 mil 626 millones 551 mil 635 pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación a proyectos dedicados al combate de la pobreza como el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, que pretendía brindar apoyos en educación, salud, nutrición e ingresos; el Programa de Apoyo Alimentario; y el Programa 70 y Más, que contribuía a abatir el rezago social que enfrentan los adultos mayores de 70 años, mediante la entrega de apoyos económicos. Según el Sexto Informe de Gobierno de Calderón este tipo de programas beneficiaron a 6 millones 500 mil familias. Sin embargo, a pesar de estas acciones que pretendían combatir la pobreza, observamos como en realidad la pobreza aumentó a lo largo del sexenio.

El problema con estos programas asistencialistas es que proporcionan soluciones temporales a las familias beneficiadas en lugar de soluciones permanentes que enseñen a las personas a salir de la pobreza y a poder mantenerse fuera de ella, como sería la creación de empleos bien remunerados, que por cierto se vio muy limitada en el sexenio a pesar de que se prometió que sería “el sexenio del empleo” (CNN, 2012). Algo que también sería indispensable sería que un mayor número de personas tuvieran acceso a educación de calidad y para ello habría que reformar el sistema educativo actual. Entonces básicamente el mayor problema es que hay muchos programas pero sin una política pública consistente.

Conclusiones

Al analizar los datos, pudimos darnos cuenta de que a pesar de que en ese sexenio se vivió la crisis del 2008, México presentó un desempeño positivo en la mayoría de los aspectos referentes al crecimiento, lo que podría indicar cierta solidez en la economía mexicana, a diferencia de otros países que sí se vieron muy afectados por la crisis. El problema, es que esta solidez no se está viendo reflejada en la sociedad, no se traduce en bienestar para los mexicanos. Entonces el problema no es que sea un país pobre sino que es un país con mucha pobreza que en gran parte se debe a una de las peores distribuciones del ingreso en el mundo.

La inequitativa distribución del ingreso genera condiciones de pobreza, misma que generalmente se pretende reducir con la existencia de crecimiento económico, aunque las evidencias muestran que a pesar de que haya crecimiento económico este no siempre implica desarrollo económico y por lo tanto tampoco implica una mejor distribución del ingreso. Por consiguiente podemos decir que el crecimiento económico es indispensable, pero debe ir acompañado de desarrollo y una mejor distribución, porque sino ¿de qué sirve que haya crecimiento si no hay