CUENTO Mi bosque encantado

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Los meses iban pasando y esa fábrica cada vez se quedaba sin empleados, las personas por muy necesitadas que estaban no querían aceptar el trabajo por miedo a enfermarse.El dueño de la fábrica estaba muy preocupado, puesto que se estaba quedando sin empleados y no sabía qué hacer, cada vez le llegaban más denuncias por parte de las familias de los trabajadores, la preocupación ya no lo dejaba ni dormir y tenía que hacer algo al respecto.

El padre de Gabriel le alcanzó a este un pañuelo para que secara sus lágrimas. Al escuchar lo que había pasado, Gabriel le dijo a su padre:

- por favor llévame donde el dueño de la fábrica.- ¿Para qué quieres hacer eso, hijo?- Quiero hacer algo por este bosque, quiero que vuelva a ser como era antes.Cuando estaban a punto de partir se cruzaron con el dueño quien le dijo:

- ¿Qué hacen cerca? Este lugar es muy peligroso.

- Estamos buscando al dueño de esta fábrica – respondió Gabriel.

- ¿Y por qué lo buscan?

- Quiero pedirle que retire su fábrica porque hace mucho daño al medio ambiente, yo pasaba mi niñez en este lugar y me duele mucho cuanto ha cambiado, cómo el progreso para la humanidad puede causar todo esto, este bosque era lo más hermoso que me quedaba desde mi accidente– contestó Gabriel.

El dueño de la fábrica abrazó fuertemente a Gabriel y se despidió de este. El dueño se dio cuenta que ya no podía hacer nada en cuanto a sus problemas que tenía, pero la historia de Gabriel lo hizo recapacitar, que se presentó en la plaza de esa ciudad y se disculpó con las familias de sus trabajadores, a la vez habló acerca de la importancia del cuidado del medio ambiente y les contó de la lección que le dio Gabriel. Algunas personas aplaudieron y otras estaban dudosas de sus disculpas. El dueño acabó su discurso pidiendo que le ayuden a reconstruir ese bosque para que las próximas generaciones lo puedan disfrutar, las personas accedieron a su propuesta y todos juntos ayudaron a reconstruirlo. Gabriel había escuchado todo, fue donde el señor sin saber que este era el dueño de la fábrica y le preguntó por qué lo hacía a lo que este respondió: Porque yo soy el dueño de esa fábrica.

Gabriel se quedó sorprendido por su respuesta y a la vez le agradeció por lo que iba a hacer.

Pasaron 40 años, Gabriel pudo recuperarse y volvió a caminar, se casó y tuvo dos hijos a los cuales les contó lo que había pasado cuando él era joven y les pidió que cuando muera también que cuiden de ese lugar, al igual que Gabriel también a sus hijos le gustaba pasar tiempo allí y estaban de acuerdo con lo que le pedía su padre.

Los años iban pasando ese bosque se convirtió en un sitio muy conocido, personas de diferentes lugares venían a pasar tiempo allí y todas cuidaban de ese lugar, ellos no permitían que lo contaminen otra vez.