Diseño gráfico responsable

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Si bien, aún se puede encontrar algún tipo de discusión entre los apasionados usuarios de las herramientas digitales y los defensores del dibujo a mano alzada, ambas forman parte irrenunciable de la formación de las nuevas generaciones de profesionales del diseño. (Kaplan, 2007, p. 184 a 185)

Es indudable, con tan solo dar un pequeño vistazo al agresivo mundo laboral al que se enfrentan y/o se enfrentaran los profesionales del Diseño futuros, que la necesidad de un conocimiento amplio por parte de ellos del sistema digital en el que orbita la vida actualmente es una real y tangible.

Las sociedades, los individuos que la conforman resultan ser los conejillos de indias dentro de esta carrera frenética de avances tecnológicos; mientras se educa y se especializa en algún sistema operativo, programas y demás, uno nuevo sale, lo que deja obsoleto al anterior y obliga a dichos conejillos acoplarse a las nuevas reglas de juego con el fin de sobresalir y ganar la competencia.

Sin embargo, es en esa carrera donde prevalece la velocidad por encima de cualquier otra cualidad destacable dentro del proceso creativo; la calidad es, con gran frecuencia, el gran ausente, acompañado de una falta de identidad; aspectos que resultaban de un proceso creativo cuya necesidad radicaba en un mayor conocimiento de elementos constitutivos en los cimientos de esta profesión.

Conocer las bases de la ciencia tipográfica, por ejemplo, pareciera ya no ser necesario cuando se tiene un universo completo de códigos a orden y merced del diseño editorial, en el momento y lugar que se requiera de estos.

Y es aquí donde suscita de nuevo la discrepancia y la necesidad de una reevaluación y re conceptualización ya que, desde la percepción de muchos, gracias a la invasión digital, aquellas enseñanzas, métodos y procesos base de la profesión están siendo dejados en el olvido; a raíz de una falta de uso, o mejor, a falta de una necesidad de uso de estos, debido a la premura de rapidez, disponible en los sistemas tecnológicos.

Es en la academia donde esta divergencia se torna imperiosa. El cambio en los programas y perfiles con el fin de ajustarse a las necesidades del mercado actual, obligándose a dicho ajuste es evidencia de una competencia donde, probablemente, quien tenga un mayor y mejor dominio de los elementos digitales será el que despunte y sobresalga con mayor plante y galanura.

Sin embargo, a lo largo de la historia de la humanidad, esta se ha tenido que adaptar a las condiciones de su entorno inmediato. Por más que se quiera rescatar los valores semillas del Diseño, es necesario acoplarnos al ambiente actual de manera que se logre enfrentar dicho entorno con un acondicionamiento necesario según las características propias de este.

Lo anterior se hace evidente al observar las páginas web de algunas universidades con trayectoria importante en el Diseño Gráfico, en el segmento y momento de perfilar sus programas académicos.

Dominarás técnicas manuales y digitales del dibujo, la representación y el trazo con una base muy sólida en la investigación y la teoría del diseño para hacer propuestas gráficas con un peso específico altamente funcional. (Universidad Autónoma de Guadalajara, México).

En lo anterior es visible el perfil profesional al que se quiere llevar a sus estudiantes; uno integro, de asociación de técnicas que harán del futuro diseñador uno que logre afrontar y suplir las necesidades que sean impuestas en su camino.

…El alumno que llega ya está inmerso en una cultura que se debate entre la conservación en la que predomina el dominio discursivo –el lenguaje hablado y escrito- sobre el dominio no discursivo –o mundo visual-. Los cambios tecnológicos digitales han ampliado esta separación y, aún más, han logrado invertir la relación…. (Universidad Jorge Tadeo Lozano, Colombia).

Y es en este caso donde se muestra la diversidad a la que ya han sido expuestos los futuros estudiantes, o mejor, los aspirantes; condición a tener en cuenta al momento de converger en la enseñanzas a impartir.

El diseñador es un profesional creativo de la imagen visual que se renueva incesantemente a través de sus obras. Domina las estructuras, características y campos de aplicación de la comunicación visual (marcas, identidad visual, fotografía, diarios, revistas, campañas, multimedia y otros) para resolver las necesidades de sus clientes. (Universidad de Palermo, Argentina).

Y es en esta última donde, a pesar de no especificarse el uso de las herramientas tecnológicas, conceptos como “renovación” y “necesidad de sus clientes” es posible decir que se traducen en una ineludible obligación de adaptarse a lo que el mercado laborar imponga.

Es claro y evidente la importancia de los medios digitales o tecnológicos dentro de la labor del diseñador; su enseñanza y la adaptabilidad en torno de ellos marcan el presente y el futuro de esta y muchas otras profesiones.

Sin embargo esto no debería significar en un abandono completo de aquellas técnicas y procesos, enseñanzas y prácticas que han hecho grande al Diseño. Que el esfuerzo por lograr una calidad reconocible de aquellos antecesores de la carrera y que lograron posicionarla y darle un prestigio, no se desvanezca en el aire y el tiempo, por el contrario se siga atesorando y transmitiendo.