EL MAIZ COMO SIGNO DE IDENTIDAD LATINOAMERICANA
Enviado por poland6525 • 22 de Noviembre de 2018 • 2.968 Palabras (12 Páginas) • 356 Visitas
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MARCO TEÓRICO
Para tratar el tema que nos ocupa debemos considerar primero unos conceptos básicos sobre el signo, para ello vamos a tomar algunos lineamientos de pensamiento del filósofo Umberto Eco, quien nos dará algunas ideas sobre signo, semiótica, el signo y el significado, y otros temas importantes para comprender le fenómeno semiótico que se nos propone en el tema del maíz como signo de identidad y cultural amerindia.
1. El Signo: La realidad que nos rodea está llena de signos, todo nos quiere decir algo, y el signo nos sirve para revelar esas otras verdades ocultas en él; tal como en el mundo filosófico de Platón, dice Umberto Eco, sus dos mundos, el de las ideas y el sensible, así el signo tiene dos caras como en una moneda, y con él se está refiriendo a que todo signo tiene un significante (lo que sirve de signo) y un significado (aquello que da a conocer). Desde la concepción de Umberto Eco, el signo es un instrumento “donde se establece una unidad de contenido y una unidad de expresión” (Eco.1976). De esta manera el signo se convierte en un medio para transmitir para indicar algo que alguien conoce y desea que otros conozcan. (Serrano.2008).
Continuando con el tema del signo en la teoría de Umberto Eco, quien es uno de los más grandes semióticos, le pondremos al lado a Charles Sanders Peirce, para poder comparar sus concepciones acerca del signo y ponerlos en el plano dialéctico frente al mismo tema. Entonces Eco critica y complementa la posición de C.S.Peirce de que el signo no es sólo una idea sino que además es todo aquello en nuestra realidad que implique una representación (sentimientos, imágenes), a lo que Peirce alega que estas representaciones que funcionen como signo deben mostrarse como hechos en la realidad exterior, y entonces si esto no es así, estas representaciones no podrán evidenciarse como conocimiento dentro de nosotros, puesto que nuestro conocimiento es cognoscible a través de signos. Es una necesidad que esos fenómenos internos se muestren en signos para poder comprender y expresar entonces nuestro pensamiento y explicar nuestra realidad. (Eco.1976. Signo). El planteamiento anterior lleva necesariamente a plantear otra necesidad, la de relacionar el hecho semiótico, - aparece aquí la semiótica como ciencia de los signos – y su relación con la fenomenología (aparece aquí el filósofo Edmund Husserl). Como se dijo antes, la adecuación de nuestros pensamientos con la realidad se hace a través de los signos que hacen posible lo cognoscible y así dar fundamento a nuestra realidad, a esto hay que relacionar la parte interpretativa de la semiótica donde en unión con la percepción sensorial de los datos que ofrece el signo, se puede hacer un reconocimiento de su significado. Con todo esto, de acuerdo a las palabras de Eco y Peirce van dilucidando en su dialéctica discusión sobre el signo, se podrá ir concretando la idea de lo que es el signo: "El signo como elemento del proceso de significación, siempre aparece como alguna cosa que está en lugar de otra cosa o por alguna cosa" (Eco. 1976). Ahora con esta descripción del signo en cuanto de su propiedad relacional podemos hablar de un código; y esto qué es? Pues el código nos ayuda a asociar varios elementos de un sistema transmisor con los de un sistema transmitido, (Eco.1976), en otras palabras hablamos de expresión (el primer sistema) y contenido (segundo sistema); y entonces se establece que todo signo pone en correlación la expresión con el contenido, o sea, el significante con el significado. Según esto, Eco no admite el signo como un ente estático, observable; sino como un lugar de encuentro, específicamente de dos planos, el del contenido y del significado, y este encuentro se halla correlacionado por un sistema codificador. Al tiempo que estas correlaciones entre expresión y contenido no se dan de forma continua sino segmentadas, y necesitan de un interpretante (una representación) que los explique como una unidad cultural. (Eco, 1976).
Dentro de esta explicación del signo desde los ángulos de Eco y algo de Peirce, necesaria para pasar luego al tema del Maíz como fenómeno sígnico y cultural, paso ahora sucintamente a hablar de otro semiólogo como lo es Iuri Lotman, (Petrogrado 1922 – Estonia 1993), le tocó vivir las desgracias de la segunda guerra mundial y participar en la toma a Berlin en 1950. Al fin logra incursionar en la universidad, hacer su doctorado en la universidad de Tartú, que lo lleva a crear después una de las más grandes escuelas semióticas, incluidas la revista. Asomó la cabeza al tema semiótico por la pregunta: ¿por qué pensamos el signo como una unidad simple?, ¿y si en realidad el signo deba pensarse como algo complejo en sí mismo? (Lotman. 2010. Semiótica General). Frente a la pregunta antes hecha Lotman responde que sòlo en la complejidad el signo tiene sentido. Cuando el signo pertenece a un sistema, el sistema es complejo, y debe estudiárselo dentro de la complejidad. El signo se debe entender según Lotman en una realidad compleja, También roza con las concepciones de Saussure al pensar el signo como entidad mental y la de Peirce, al pensar el signo como un proceso. Lotman dice que el signo ha de entenderle como un organismo; por lo tanto el signo funciona como parte de un todo. Los signos funcionan como un continuun semiótico, (el signo fuera de este no existe), están en formaciones distintas de organización, a esto Lotman llama Semiosfera, la cual tiene unos rasgos: Es fija, dinámica, tiene una frontera. La semiosfera de la cultura se basa en textos para poder entender el funcionamiento de los signos en diferentes contextos culturales. Entonces desde este punto de vista la semiótica aquí podría entenderse como una disciplina que estudia la interacción de varios sistemas semióticos, la no uniformidad interpretativa, y plantear la necesidad de un poliglotismo cultural y semiótico. Eco, 1976)
ANÁLISIS
El maíz es un invento nuestro. Y el maíz, a su vez, nos inventó.
Guillermo Bonfil Batalla
EL MAÍZ
Los dioses hicieron de barro a los primeros mayas-quichés. Poco duraron. Eran blandos, sin fuerza; se desmoronaron antes de caminar.
Luego probaron con la madera. Los muñecos de palo hablaron y anduvieron, pero eran secos: no tenían sangre ni sustancia, memoria ni rumbo. No sabían hablar con los dioses, o no encontraban nada que decirles.[pic 1]
Entonces los dioses hicieron de maíz a las madres y a los padres.
Con
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