El Recurso del Estado para la Seguridad Interior del país

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El investigador Félix Santana y Miguel Ángel Alvarado, en su libro, La guerra que nos ocultan, relata algo espeluznante:

“Julio Cesar Mondragón Fonte, es la clave para determinar el objetivo de la desaparición de los Normalistas, es un mensaje con destinatarios”

Sin ahondar en el tema, es preciso señalar la forma en que fue torturado el único estudiante que apareció en esa terrible noche, y que cuyo teléfono celular, tenía registro de actividad en los meses siguientes, y que la ubicación de antenas, sugiere al Campo militar número 1, y las oficinas del Cisen en Naucalpan, Estado de México.

“El celular robado del joven normalista Julio César Mondragón Fontes registró cuatro mensajes de dos vías, provenientes del Campo Militar 1A, en Lomas de Sotelo en la Ciudad de México, y su colindancia con el municipio de Naucalpan, en el Estado de México, meses después de que alguien lo robara al terminar de torturarlo, desollarlo y matarlo la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en el Camino del Andariego en Iguala.

“También hubo otros mensajes al mismo equipo desde las inmediaciones del Cisen en la Ciudad de México, a 50 metros de la puerta localizada entre las calles de Nogales y Ferrocarril de Cuernavaca, en la colonia La Concepción, delegación Magdalena Contreras.

Anotados en un documento confidencial que la empresa Telcel entregó a la PGR el 31 de agosto de 2015, esas llamadas forman parte de las 31 actividades que registró ese teléfono, un LG L9 con el número 7471493586, desde el 27 de septiembre de 2014 hasta el 4 de abril de 2015” (La guerra que nos ocultan. Editorial Planeta).

Siguiendo la misma línea de investigación y teniendo en cuenta que el estado de Guerrero ha sido focalizado como cuna de guerrilleros, se puede concluir que el Ejercito Mexicano coordinó la operación para la detención y posterior desaparición de los estudiantes. Se sustenta la hipótesis en varios eventos atípicos, como la misteriosa falla técnica del C4, cuyo sistema de video-vigilancia está a cargo del Ejército, así como en el hecho de que los estudiantes, no opusieron resistencia a sus captores, siendo un volumen considerable y, aún con su férreo espíritu de lucha, no opusieron resistencia; como si sus verdugos ostentaran un poder Institucional, visible en sus uniformes e insignias y que dejaron a los jóvenes vulnerables, incapaces de responder a la fuerza del Estado.

La desaparición de los estudiantes Normalistas es un mensaje contundente que tiene remitente y destinatarios. Su finalidad es causar miedo a quienes se atrevan a alterar el orden social, a realizar acciones en contra del gobierno promoviendo la protesta y la hostilidad. Se debía actuar de esa forma. Los manuales de contra insurgencia así lo dictaminan. Se ha creado en Estados Unidos una academia de formación de altos mandos llamada la Escuela de las Américas, a quien Carlton Bells, ensayista estadunidense liberal, definió como “un centro de adiestramiento para reprimir revueltas populares e impedir cualquier tipo de revolución”.

“Escudado en la lucha contra el comunismo EE.UU. diseñó y ejecutó -con el beneplácito de los gobiernos de facto, instruidos en la Escuela de las Américas- un plan de acción que iba más allá de lo ideológico-político y abarcaba la defensa de intereses económicos de sus corporaciones. ¿Contra quién se luchaba entonces? Estaba bien estudiado que para la aplicación de los planes económicos que tenían como finalidad la destrucción de la industria nacional, la colocación usuraria de capitales extranjeros, el endeudamiento externo y el manejo de los demás resortes del poder, era necesario mantener un estricto control social, ya que se preveía que tales políticas conllevaban pérdida de fuentes de trabajo, crecimiento de la pobreza y la marginalidad social. Subversivo era entonces, cualquier persona, independientemente de su ideología, militancia partidaria, participación social que, alertara o se opusiera contra este plan”

Los militares saben hacer su tarea, llevan años siendo adoctrinados por las elites en el poder, quienes tienen como principal enemigo a los que difieren de los sistemas establecidos, aquellos que se levantan inconformes y que hacen postulados distintos, los que sugieren una nueva forma de gobierno y demandan menos privilegios a los opulentos. Para eso debe entenderse, que las instituciones armadas y de inteligencia, fueron creadas por los gobiernos civiles y a ellos obedecen.

La Ley de Seguridad Interior tiene como objetivo, darle certeza jurídica al actuar de las Fuerzas Armadas. Pero es más de fondo aún, es una anticipación a la inestabilidad social que se avecina. Pase lo que pase, las elecciones del 2018 serán un evento que definirá el rumbo de la sociedad y su participación en la vida pública. Los intereses económicos son enormes, los secretos de Estado que tan celosamente se guardan, no pueden quedar al descubierto, deben ocultarse en la ignominia del olvido. La elite empresarial jamás permitirá que la izquierda gobierne el país. Pero la sociedad se pronunciará, exigirá el respeto al sufragio y las protestas se harán evidentes en todo el país. La polarización llegará a su punto máximo, imposible de contener. Es por eso que tiene significado esa reforma al artículo 29 Constitucional. Cobra sentido la urgencia del secretario de Defensa para legitimar su actuar en seguridad pública. Y no es poca cosa, es una necesidad urgente frente a lo que se avecina; el colapso de la figura del Estado representado en los Poderes de la Unión, quienes sufren un enorme desgaste por la corrupción desmedida de sus representantes.

Resumen

El tema en cuestión es tan profundo para sintetizarlo en unas cuantas páginas. Pero se resume en la urgente necesidad del gobierno para crear un marco legal que le dé sustento jurídico al actuar de las Fuerzas Armadas, instituciones que desde años han sido utilizadas para contrarrestar la protesta social, utilizando métodos antisubversivos. Recursos que imparte la Escuela de las Américas en Estados Unidos y que tiene como propósito combatir la insurgencia y darle estabilidad al país en aras de la economía.

Por su parte, la reforma al artículo 29 constitucional puede considerarse como un arma de doble filo, cuyo lado más agudo estará inclinado a la protesta legítima y a la voz del inconforme que surja para ser escuchado. Las garantías individuales hasta ahora han sido vulneradas en varios hechos documentados y ya mencionados, aunque están condenados por nuestra Constitución. Con la reforma a dicho artículo, es posible que la tortura,