FACTOR X DE FRANCIS FUKUYAMA

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El problema surge, cuando la posibilidad de emplear la ingeniería genética cae en manos de unos cuantos estados, o específicamente solo de un estrato de la sociedad, lo que Silver define como: “los genricos y los genpobres”. Esta suerte de “lotería genética” sería contradictoria para la “equidad social” que tanto se ha promulgado a nivel mundial en el último siglo, es realmente inconcebible la idea de que un grupo elite (social y económicamente hablando) puedan introducir ventajas sociales (inteligencia, atractivo físico, habilidades mejoradas) en sus descendientes. Esto claro, con la función latente de arraigar su predominio por sobre las clases menos favorecidas por mucho más tiempo. En conclusión, la ingeniería genética, pese a todo lo bueno que podría suponer, serviría para agrandar la muralla entre “ricos y pobres”, entre estados “de primer mundo y tercermundistas”, por lo tanto, no sería ética ni adecuada para nuestro contexto actual. La premisa debería ser el uso de la Eugenesia como herramienta estatal para hacer una sociedad mejor, pero, quizás en la práctica sería totalmente diferente.

Ahora volviendo a un tema tratado antes, la religión también es un factor clave en la noción de humanidad, y pese a que Juan Pablo II si reconoció la teoría de la evolución como válida, el determino algo que nos caracteriza por sobre todos los seres que conforman al mundo, y que quizás, la ciencia no puede llegar a determinar sola, la denominada “alma humana”. Es bastante difícil explicar que es el “alma”, puesto que, al igual que Dios, es una concepción abstracta y superior al escueto conocimiento del hombre. Todos poseemos alma, y es ella el vehículo y la conexión que nos lleva al omnipotente creador. Por motivos de objetividad, y al no poder comprender realmente lo que implica poseer un alma, haremos a un lado esta cualidad humana.

Fukuyama comienza a citar más y más cualidades humanas, para ver si entre ellas se encuentra el factor X, algunas son: la política, la cultura, el lenguaje humano, la consciencia, la capacidad de establecer relaciones sociales, la sensibilidad, las emociones y demas. Y a cada una le encuentra un pero, por ejemplo: Hay humanos que no dominan el lenguaje y siguen siendo miembros de la especie, otros quizás no son capaces de mantener relaciones sociales o relaciones políticas-culturales y siguen perteneciendo a la raza, otros son más o menos sensibles o carecen de algunas emociones pero efectivamente siguen siendo humanos. Entonces ¿Qué nos caracteriza al final?

Para finalizar su exposición acerca del factor x, y una vez, abarcado tantas supuestas características humanas, Francis Fukuyama dictamina la que para el seria la conclusión final: “El factor x no se reduce a la elección moral, la razón, el lenguaje, la sociabilidad, la sensibilidad, las emociones o la consciencia, son todas estas EN CONJUNTO, las que forman el factor X, todas se relacionan entre ellas”.

Comentario final

Realmente no estoy de acuerdo con la conclusión final de Francis Fukuyama, el considera que debemos ver al ser humano como un “TODO”, no solo por sus “PARTES”, pero efectivamente SI existen humanos, que a pesar de no poseer TODAS las cualidades que él denomina “factor X”, siguen perteneciendo a la especie como cualquier otro. Su conclusión final, en mi opinión, es muy sencilla, abierta y poco desarrollada.

Estoy de acuerdo en ciertos aspectos con Fukuyama, e incluyendo un poco de la trama de Blade Runner, a mi criterio, la ingeniera genética es inevitable, quizás en muchos años más, pero efectivamente va a aparecer. Me declaro partidario de la concepción de Herbert Spencer acerca del “Darwinismo Social”; es decir, si la sociedad no se adapta, no mejora, no evoluciona, no va a poder sobrevivir al mundo del futuro. Y quizás, la ingeniería genética pueda es la clave para una sociedad realmente avanzada.

Es posible que hoy, siglo XXI, escuchar esto pueda resultar amoral, antiético incluso ofensivo, pero quien quita que en un futuro, la Eugenesia llegará a ser socialmente aceptada. Y ¿Por qué?

Porque la sociedad otorga una calificación cultural “buena o mala” dependiendo de su visión acerca de la realidad en la que se desarrolla.

Bibliografía.

- Fukuyama, F. (2002). El fin del hombre: consecuencias de la revolución̤ biotecnológica. Barcelona: Ediciones B.