PROYECTO PEDAGÓGICO ESTILOS DE VIDA SALUDABLES

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Existe evidencia sobre del impacto positivo de las intervenciones en las etapas iniciales de la vida, mediante estrategias educativas en temas de salud, para lograr hábitos alimenticios y estilos de vida saludables, debido a que tempranamente los individuos adquieren las conductas que perdurarán de por vida y que tendrán gran influencia en su calidad de vida. Por lo anterior, los ambientes educacionales forman un lugar estratégico que permite aumentar el potencial de aprendizaje de los alumnos, coordinar, integrar e implementar intervenciones de promoción de la salud y mejores condiciones de vida de las personas. En ese orden de ideas, “La escuela –junto con la familia– es uno de los sistemas más poderosos para promover el conocimiento y la motivación necesaria para aprender y mantener comportamientos de salud positivos” (Ministerio de Educación de Chile, 2002).

La Organización Panamericana de la salud y la OMS, en 1995, lanzaron la Iniciativa Regional de Escuelas Promotoras de la Salud (IREPS); en 1997 fue acogida por el Ministerio de Salud en Colombia bajo el nombre Escuela Saludable, dirigida a la promoción y la educación para la salud con enfoque integral en el ámbito escolar. Esta iniciativa promovió la articulación y movilización multisectorial de recursos regionales, nacionales y locales (talento humano, compromiso político, recursos técnicos y financieros) destinados a la creación de condiciones propicias para el aprendizaje y el desarrollo humano integral, el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar colectivo de niñas, niños, jóvenes y demás miembros de las comunidades educativas (Organización Panamericana de la Salud, 2006).

A comienzos de 1999, los Ministerios de Salud y Educación Nacional, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y la OPS formulan los lineamientos nacionales para el desarrollo de la estrategia, con el título de «Escuela Saludable, la Alegría de Vivir en Paz”. La Organización Mundial de la Salud y La Organización Panamericana de la Salud establecen que “La escuela es uno de los entornos más importantes en la vida de la población infantil y juvenil, puesto que es allí donde pasan la mayor parte de su vida diaria. Al hacer referencia a este entorno, es importante reconocer que la salud y la educación están íntimamente relacionadas puesto que la salud influye en la capacidad de los jóvenes para beneficiarse de las oportunidades de aprendizaje que ofrecen las escuelas. Una salud deficiente ocasiona ausentismo escolar, mal rendimiento académico y deserción de la escuela. Así mismo, el aprendizaje exitoso da a niños, niñas y jóvenes, las bases necesarias para un desarrollo físico, mental y social saludable, proporciona conocimientos y habilidades que permiten hacer elecciones que favorecen la salud relacionadas con los estilos de vida y las habilidades vocacionales y sociales, además de fortalecer la capacidad de afrontar las exigencias de la vida que surgen después de la experiencia escolar. Pese a la relación existente entre salud y educación, la promoción del aprendizaje se ha considerado exclusividad de las instituciones educativas, en tanto que la promoción de la salud ha sido responsabilidad de los sistemas de salud pública y los servicios de salud.” (Organización Panamericana de la Salud, 2006)

Gracias a la importancia del fomento de hábitos y estilos de vida saludable dentro de la estrategia de Escuelas Saludables, se ha fortalecido la cultura de la salud en la escuela. Los estilos de vida saludable, retoman el concepto de Promoción de la Salud definida como "la estrategia para proporcionar a las comunidades los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma”. La Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud, considera los estilos de vida saludables como componentes importantes de intervención para promover la salud: "La salud se crea y se vive en el marco de la vida cotidiana, en los centros de enseñanza, de trabajo y de recreo. La salud es el resultado de los cuidados que uno se dispensa a sí mismo y a los demás, de la capacidad de tomar decisiones y controlar la vida propia y de asegurar que la sociedad en que uno vive ofrezca a todos sus miembros la posibilidad de gozar de un buen estado de salud".

En consonancia con todo lo anterior, resulta fundamental que una estrategia de estilos saludables en la escuela involucre y empodere a los siguientes actores:

- Equipos directivos de las instituciones educativas: tienen la responsabilidad de coordinar la vida diaria de las instituciones educativas, y por tanto, son quienes pueden liderar los cambios para conseguir día a día una escuela mejor.

- Docentes: desempeñan un rol fundamental en el cambio de hábitos y actitudes, para mejorar las condiciones de salud de los alumnos y establecer una cultura de autocuidado y de estilos de vida. Los docentes pueden contribuir desde el aula a promover hábitos de vida saludables, la práctica de actividad física regular, la alimentación saludable, y la educación ambiental. Para ello, es indispensable que estén convencidos de su capacidad para contribuir a lograr cambios positivos en la salud de los niños, niñas y jóvenes.

- Asociaciones de padres de familia: tienen una misión más importante a desarrollar en la educación porque son un elemento de conexión entre la escuela y las familias. Gran parte de la responsabilidad en la instauración de hábitos de vida saludables en niños, niñas y jóvenes es de las familias, pero a la vez ocurre que las condiciones que impone el estilo de vida actual hacen que a las familias les resulte difícil ocuparse de ello y a menudo esperan que la escuela les ayude a hacerlo.

- Padres y madres, familias en general: el papel de las familias en la promoción de estilos de vida saludable es esencial; asimismo, la familia es la única que puede ejercer una acción de control efectiva para que niños y niñas no adopten hábitos de ocio excesivamente sedentarios controlando el tiempo que éstos dedican a actividades de ocio como ver la televisión, jugar con videojuegos, o el uso del computador. No se trata de que niños y niñas eliminen estas actividades de ocio, pues sería ir contra el desarrollo tecnológico de la sociedad, sino simplemente de que el tiempo que les dedican sea razonable.

- Estudiantes: Son los actores más importantes de la estrategia, en quienes se pueden desarrollar conocimientos, habilidades, destrezas y responsabilidades en el cuidado de la salud personal, familiar y comunitaria, teniendo como objetivos mejorar los hábitos alimentarios, impulsar el desarrollo de actividad física y de una adecuada salud mental.

El Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 (Ley 1450 de 2011) estableció que el Programa