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Pedagogia Liberadora. Educador- Educando

Enviado por   •  6 de Febrero de 2018  •  2.484 Palabras (10 Páginas)  •  357 Visitas

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Independiente de las peculiaridades del educador y del educando, se prescribe un plan de estudio donde a la lección “a” debe seguir la lección “b”. Se restringe de este modo la libertad del educando. Se proscribe, en otras palabras, que el educando convierta el proceso educativo en un quehacer, que se convierta en sujeto de su educación.

Estos exámenes se convierten en ejercicios de adopción y adaptación, sin lugar para la individualidad del educando y mucho menos para la problematización de los conceptos: No interesa el camino como producto de un quehacer individual, sino el calco del camino prescripto por el educador o el libro de texto.

Los textos: El libro, con su estructura prefijada y cerrada, dificulta (creo que en la mayoría de los casos impide) que el educando vea su proceso educativo como quehacer. El libro, conviene recalcar de nuevo, responde a la estructura de la modernidad, o sea, a un proyecto de control del texto, de la información, del poder. El libro proyecta la ilusión de la estabilidad del texto, subraya la permanencia. El libro, en fin, incita a la lectura pasiva, a la aceptación, a la repetición; celebra la estructura y el orden establecidos, el sistema.

La sala de clase:

La sala de clase como generadora de diálogo, como encuentro entre los educandos en su quehacer educativo individual, es un lugar necesario, sea éste físico o virtual. El hipertexto puede transformar la sala de clase, sea ésta virtual o física, en punto de encuentro, en ocasión de diálogo; potencia que la lectura previamente realizada, se convierta en experiencia compartida. La necesidad del encuentro es clara, Freire lo subraya en numerosas ocasiones al señalar que “la discusión del texto realizada por sujetos lectores aclara, ilumina y crea la comprensión grupal de lo leído.

Educador- Educando:

Las relaciones educador-educando son complejas incluso en situaciones teóricas ideales. Paulo Freire subraya con claridad el presupuesto fundamental que debe guiar las relaciones educando-educador: “Es preciso que el educador o la educadora sepan que su ‘aquí’ y su ‘ahora’ son casi siempre un ‘allá’ para el educando. (Esperanza 55). Freire nos dice que “cualquiera que sea la calidad de la práctica educativa, autoritaria [la prescripción tradicional] o democrática [la educación como quehacer], es siempre directiva” (Esperanza 75). Sólo cuando la dirección del educador interfiere con la capacidad creadora del educando, su labor se convierte en manipulación. El hipertexto proporciona enlaces directrices que potencian la capacidad creadora del educando. El enseñar a aprender sólo es válido “cuando los educandos aprenden a aprender al aprender la razón de ser del objeto o del contenido” (Esperanza 77). Esto es lo que facilita el hipertexto. Por una parte, la variedad de las posibles estructuras del hipertexto proporcionan cierto control sobre el texto y sobre los posibles trayectos a seguir; por otra parte, aunque los enlaces colocados estratégicamente aseguran que se puedan subrayar los aspectos que el educador considera fundamentales, el educando es quien opta por seguir o no un enlace en un momento determinado. Lo que el hipertexto dificulta, sobre todo si es abierto, es que, en palabras de Freire, “el profesor o profesora, subrepticiamente o no, imponga a sus alumnos su propia ‘lectura del mundo’

El Educando:

El educando aparece desdoblado en el proceso educativo: por una parte, el ser abstracto del discurso teórico pedagógico y, por otra, la persona real que asiste diariamente a las salas de clase. El que las últimas reformas educativas, por ejemplo, parezcan todas coincidir en que el educando debe ser sujeto de su educación, no ha llegado a alterar el concepto tradicional que presenta al educando como tabula rasa, que el educador debe ir poco a poco llenado, mediante depósitos de los materiales que los programas educativos prescriben. Si el educando ha de ser sujeto de su educación, si ésta debe convertirse en un quehacer del educando según inicia su comprensión del mundo, necesariamente debe arrancar de su propio contexto, de su propia visión del mundo y en diálogo con ella ir apropiándose del saber, hacer su propio camino.

El hipertexto en la educación

Hemos hecho ya referencia a lo que denominamos la cultura del libro y la cultura del hipertexto, donde el “libro” y el “hipertexto” se erigen como símbolos de dos paradigmas diferentes. Con el libro el tiempo había dejado de ser dinámico. Precisamente la cultura del libro se basa en este concepto. Se empieza a entrar en un mundo antrópico, dinámico, el quehacer como conciencia de nuestro devenir, donde la información interesa por lo que está llegando a ser, por su interacción con un quehacer colectivo o individual.

En este sentido, el hipertexto se nos presenta como superación del libro, como respuesta de nuestro quehacer colectivo a necesidades socioculturales; pero, y recalquemos esto, fuera de la posición de símbolo que le hemos otorgado, el hipertexto no es nada más que una herramienta que puede también ser usada en un sistema tradicional de educación. El cambio de dirección convierte al hombre en agente de su destino y el hipertexto como producto de su quehacer colectivo. Anteriormente utilizamos seis aspectos del proceso educativo para caracterizar los obstáculos de la educación depositaria tradicional. No pretendemos, por supuesto, prescribir un uso, sino únicamente subrayar el potencial del hipertexto en la creación de un ambiente de diálogo, que permita al educando desarrollarse como sujeto de su educación:

El plan de estudios

“Estructura” y “libertad” surgen en ocasiones como conceptos antagónicos. El hipertexto nos puede proporcionar la libertad en la estructura. Es decir, considerar al hipertexto como estructura o, dicho de otro modo, presentar la estructura del plan de estudios a través de un hipertexto. El hipertexto permite el objetivo, antes sólo anhelado, de individualizar el plan de estudios. La estructura del hipertexto es dialogante: en lugar de dictar, sugiere un posible trayecto. Motiva que el educando construya su propio camino. Las palabras claves son “crear” y “recrear”. El hipertexto puede convertir la evaluación en una práctica del aprender.

El uso de los textos:

“Nadie lee o estudia auténticamente si no asume, frente al texto o al objeto de la curiosidad, la forma crítica de ser o de estar siendo sujeto de la curiosidad, sujeto de la lectura,

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