Violencia en la infancia: Los marineros indirectos.
Enviado por Rebecca • 4 de Mayo de 2018 • 1.105 Palabras (5 Páginas) • 356 Visitas
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Niños, oscilantes entre el 40 y 50 por ciento, que según algunos estudios[5] acaban mostrando patologías a causa de estos ciclos de violencia. Aunque también demuestran que hay menores que no padecen efectos clínicamente significativos debido a la resiliencia, una capacidad del ser humano, en este caso del niño o la niña criados en hogares violentos, que los lleva a asumir y a sobreponerse a estas situaciones, y que queda reflejada en sus habilidades sociales, en su rendimiento académico y en el mantenimiento de unas relaciones adecuadas con sus iguales (Graham-Berman y Howell, 2011).
En una revisión meta-analítica, Kitzmann (2003)[6] concluye que alrededor del 67% de los expuestos a la violencia de género durante la infancia tenía problemas y que el 33% restante presentaba resultados similares o mejores que la mayoría de los que no habían vivido esta situación de violencia entre sus padres. Claro que no presentar problemas graves, no significa necesariamente que la violencia de género no les afecte.
Y ¿Qué puede hacer el educador social para que este porcentaje de resiliencia aumente?
Debido a las diferentes maneras de ejercer la violencia de género, las y los educadores deben estar preparados y tener las herramientas adecuadas que les permitan interactuar con los niños-as y conocer su grado de afectación e implicación. Una de dichas herramientas es la “Taxonomía de Holden” (2003), para la estimación del tipo y grado de implicación.[7]
Tras la detección del nivel de implicación y afectación, existen tres aspectos que deben ser tratados en cualquier programa de intervención con los niños de estos hogares violentos (Patró Hernández y Limiñana Gras, 2005):
- En el ámbito emocional. Escucharlo y hablar sobre sentimientos y emociones.
- En el ámbito cognitivo. Trabajar la reestructuración de valores y creencias asociados a la violencia.
- En el ámbito conductual. Recuperación del sentimiento de seguridad y control sobre su vida.
A la vez que se trabaja con los hijos, se debe informar a las mujeres de lo perjudicial de la situación para los niños-as y de los recursos de los que dispone, como los centros de ayuda a la mujer, las casas de acogida, centros de atención psicológica para ellas y los niños etc. Además existen guías para padres, que ayudan a reconocer y mejorar las conductas no adecuadas.[8]
Una herramienta necesaria para hacer que la madre tome conciencia de que ella no es la única víctima de este tipo de violencia y sirva como motor impulsor de un cambio, cortando de raíz el mito social de ‘tener que aguantar’ como única solución.
Como hemos visto, la violencia en el hogar durante la infancia afecta irremediablemente tanto a aquellos marineros que la sufren como a los pasajeros indirectos que asisten de público a tan trágico espectáculo. Ahora analizaremos qué es lo que puede pasar en algunos casos con aquellas personas que han pasado por esta situación cuando eran niños.
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