ACOMPAÑAMIENTO AL PASIENTE GRADO TERMINAL

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Tratamiento farmacológico:

El tratamiento para el dolor, descansa en dos pilares fundamentales, la administración de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y opiáceos.

Se recomienda utilizar la escalera analgésica: Según la OMS.

- Primer escalón: uso de un AINEs, (PARACETAMOL, IBUPROFENO, DICLOFENAX). Cuando este falle en el control del dolor:

- Segundo escalón: Se añade un opiáceo débil (CODEINA, TRAMADOL). Cuando deja de ser efectiva:

- Tercer escalón: opiáceo potente (MORFINA Y METADONA).

ASPECTOS PSICOLOGICOS DEL ENFERMO:

El equipo asistencial debe conocer para desarrollar su trabajo, cual es el estado emocional de un enfermo en la fase paliativa, entre ellos se destacan los diferentes estados emocionales:- Desconcierto y negación: Es un sentimiento de irrealidad, por ejemplo: “no puede ser cierto”, parece escuchar lo que se le dice pero realmente está pasando una fase de shock. El enfermo niega de esta forma que exista amenaza alguna.- Ira, rabia: Aparecen episodios de llanto intercalados con periodos de ansiedad y tensión, la rabia, el auto reproche se asocia a una pérdida de la autoestima. Pueden aparecer ataques de pánico y/o hiperventilación.- Depresión y desesperación: Evalúan la enfermedad como una amenaza capaz de destruirles, por ello aparecen largos periodos de apatía y desesperación. Muchos se aíslan socialmente, se sienten y comportan como si estuvieran mutilados físicamente, paralelo a esto se produce la perdida de rol social.- Aceptación y recuperación: El paciente entiende que el daño o la pérdida ya se ha producido lo que implica psicológicamente que este más tranquilo y hable de sus temores o asuntos pendientesComunicación:En cuanto a la comunicación, es recomendable decir la verdad al paciente con delicadeza, no mentir, averiguar lo que el paciente quiere saber para evitar dar información no deseada, no se debe dar plazos a la vida, la familia debe conocer datos más concretos sobre la evolución de la enfermedad.

La comunicación es una herramienta terapéutica esencial que da acceso al principio de autonomía, al consentimiento informado, a la confianza mutua y la información que el enfermo necesita para ser ayudado. Se afirma que una pobre o inadecuada comunicación acerca de la enfermedad, causa más sufrimiento que cualquier otro problema, a excepción del dolor no aliviado.El paciente tiene derecho a conocer su diagnóstico y pronóstico, aunque no sean favorables. La información sobre la enfermedad ha de tener en cuenta las particularidades individuales de cada paciente. El respeto a sus derechos dicta que sea clara, completa y asumible. Debe saber qué le pasa, de manera que conociendo la situación esté en condiciones de tomar con libertad decisiones que no podría tomar sin conocimiento de causa. Debe saber todo aquello que razonablemente pueda asumir, aunque no sea agradable, procurando evitar que empeore su trato con la gente que le rodea. Ha de entender entre lo que conoce sobre su enfermedad y el tratamiento propuesto; si no es así, se genera desconfianza hacia el equipo asistencial y hacia la familia, derivada del sentimiento de engaño.En la relación del paciente terminal con su familia cualquier forma de expresión (silencios, gestos, palabras), adquiere matices y significados distintos a los que tendría en un contexto normal, generando ansiedad en ambas direcciones.Surgen interrogantes sobre el futuro, no siempre fáciles de responder, y que obligan a cuestionarse tarde o temprano sobre el propio destino.El ocultamiento deliberado del fin próximo de la vida supone anclar al hombre a su penúltima voluntad con la cadena de la mentira, impidiéndole así completar su plena y libre realización como persona.En ocasiones la cadena no es sólo conceptual sino también farmacológica. La privación de la conciencia sin más motivo que evitar la vivencia lúcida de los últimos momentos de la existencia, realizada a espaldas del protagonista, conlleva las mismas consideraciones expuestas en el párrafo anterior.Testamento vital:Para una mayor claridad de los casos el denominado “Testamento Vital”, es una declaración de voluntad que hace una persona para que se respete su voluntad cuando quede privado de capacidad por causa sobrevenida o decisiones que toma la persona antes que otros lo hagan por el ante situaciones vitales personales y sociales que implican un respeto a las creencias, sentimientos y filosofía personal.