Abba el Hijo de Dios

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La envidia y codicia de los demás lastimaban diariamente a Abba hasta que un día cansado de que los demás no respetaran sus principios morales y su formación religiosa decidio huir de ese lugar. Se fue y prometió a su único amigo, llamado Jordán que volvería pero ya como un sacerdote, por lo que él le respondió que no lo dejaría huir solo, que huirían juntos y él sería su fiel compañero hasta el final del camino.

La noche en que estaban planeando su huida, unos de sus compañeros llamado Ebind se enfermó, por lo que el deseo de ayudar de Abba no lo dejo irse, decidió junto a Jordán quedarse y cuidar a su compañero, aunque este siempre haya sido terrible con él; pasaron los días y Ebind sólo empeoraba, por lo que Abba recordó sus principios religioso y recurrió a la biblia y a Dios. Rezo cada mañana y cada noche durante una semana, hasta que milagrosamente Ebind sanó, todos asombrados por la milagrosa labor de Abba dejaron todo a un lado y empezaron aceptarlo, tanto fue el agradecimiento por haber sanado a Ebind que todos empezaron a respetarlo.

Acudían a él en búsqueda de ayuda, sanación, orientación y en algunas veces refugio espiritual, con tan solo un año para terminar el colegio, Abba se había ganado el respeto, la admiración y el cariño de todos sus compañeros.

Salió del colegio y fue enviado junto con Jordán y algunos de sus compañeros a un país muy alejado de su continente, llamado Aneu, lo que hoy en día es Canadá; este país era conocido por su clima, ya que la mayor parte del año estaba cubierto de hielo, lo que quiere decir que hacia extremadamente frío.

Fueron enviados a Aneu con el objetivo de predicar y enseñar la palabra de Dios, cosa que era desconocida en el lugar, tenían una labor realmente difícil, también debían cuidar a los enfermos del pequeño hospital, quienes morían de neumonía, fiebre amarilla, e infecciones de las vías respiratorias debido al frío que se propagaba en ese remoto lugar.

Abba como siempre, ejercía su labor de cuidar, tratar de sanar y predicar con mucho amor, paciencia y dedicación, sin dejar nunca de lado a nadie, por su posición social, raza e idioma que hablaban, entre otras características que distinguían a cada habitante de los demás. Enseño su religión, integro el latín y el francés como otras lenguas del país, dicto a las mujeres técnicas de medicina y remedios para que cuidaran a los enfermos y les dio hogar a todos los niños huérfanos del lugar.

Tuvo mucho éxito pero no todo en la vida son triunfos y bendiciones, un grupo extenso del país no estaba de acuerdo con las rígidas normas de la religión de Abba por lo que se oponían a todos sus prejuicios y mandamientos. Decían que Dios no existía y que solo era un producto creado por Abba para ganarse a la gente, Abba por su lado siempre les dejo en claro que Dios aunque no pudiéramos verlo, era muy real, que la Biblia no fue inventada por nadie, que fue escrita por los discípulos de Dios y que cada uno de los acontecimientos que ahí relataban eran ciertos y habían ocurrido en algún tiempo del pasado.

Debido a que Abba defendía hasta el final su religión era castigado, maltratado, humillado y hasta encarcelado, por poner a los habitantes de su lado, Abba fue apresado por un año, sin poder ver la luz del sol, como castigo, solo para que cuando saliera no volviera a predicar su religión ni hablar de Dios o como él le decía “El Creador”. Transcurrió ese año, que para todos incluyendo a Abba fue como eterno, paso muchas necesidades y aguanto mucha hambre.

Por fin un día culminó, Abba obtuvo su libertad y gozo de volver a su hogar, donde todos lo recibieron con una gran fiesta organizada por Jordán, quien estuvo a cargo de la iglesia de Aneu mientras que Abba no estaba. Su fiel amigo cuido la iglesia con su propia vida tanto fue así que hasta se descuidó a sí mismo en la salud por estar a cargo. Después del regreso de Abba, Jordán enfermo, y fue Abba quien se dispuso a cuidarlo, pero en esa labor, también enfermo de neumonía severa al igual que su amigo, pero ya ni se sabía quién estaba más delicado de salud; una semana después comprobaron que Abba estaba mucho más enfermo que Jordán, ya que también había adquirido fiebre amarilla.

Una noche mientras estaba delirando, todos se dieron cuenta que Abba aun estando muy enfermo hablaba de Dios, no olvidaba su religión, y no perdía la fe ni la esperanza, tanta fue la devoción que tuvo en toda su vida Abba por Dios que él se le apareció en su última noche, frente a tres de sus amigos sacerdotes. Este le dijo: He venido aquí a reclamar a mi único hijo, al ahora sueño y señor del cielo. He venido aquí a reclamarte a ti, Hijo mío, mi querido y devoto Hijo, mi Jesús.

Por lo que uno de los sacerdotes le respondió: El hombre a quien le hablas quizás es quien estas buscando, pero su nombre no es Jesús, es Abba. Entonces Dios le contestó: su verdadero nombre es Jesús, es mi hijo legítimo y fue enviado a la tierra hace 25 años a trabajar por mí, él es quien morirá en este momento para ir a gobernar el cielo.

Minutos después Dios desapareció y Abba murió, desde ese entonces el hombre que todos conocieron dejo de apodarse así, desde ese momento esa gran e inolvidable persona recibió el nombre de Jesús, el Hijo legítimo de Dios.

Fin.