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Análisis de las instituciones escolares

Enviado por   •  2 de Enero de 2018  •  18.530 Palabras (75 Páginas)  •  401 Visitas

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La Reforma Protestante del siglo XVI y la consecuente disputa de poder entre la Iglesia Católica y el movimiento reformista dieron lugar al nacimiento del aula como un lugar donde dirimir u obtener conquistas más sólidas y duraderas. Frente una Iglesia Católica que tradicionalmente vendía su perdón, que daba preferencia a la absolución, el protestantismo proponía que había que crear en los fieles la convicción de que no se debía pecar. Ambas facciones fueron construyendo sus espacios de trabajo en función de difundir sus ideas y recuperar la autoridad frente a los fieles.

La Reforma también produjo largas y sangrientas guerras, esto trajo consecuencias en el cambio de pensamiento ya que surgieron ideas como la “libertad de pensamiento” que fue una gran conquista de aquel momento. También se produjo un cambio en las identidades, ahora ya no se era solo cristiano, se pasaba a ser ante todo un “individuo”, antes y más allá de cualquier elección que se hiciera.

En este marco de profundas transformaciones, el cambio de una forma de autoridad externa, la de la Iglesia, por una forma interna, la propuesta por la Reforma, se requería del desarrollo de nuevas estrategias para ganar terreno. El aula se transforma en un arma de batalla. El objetivo de los protestantes era gobernar las almas, inculcar en sus seguidores que la responsabilidad de su salvación estaba en cada uno. Para esto había que leer la Biblia, saber leer. La Iglesia quería conservar el monopolio de los bienes espirituales. Para esto era necesario crear dispositivos que garantizaran la formación espiritual de los niños.

Los luteranos o protestantes consideraron entonces que para actuar masivamente era necesaria a creación de instituciones a través de las cuales se pudiera enseñar a leer a la mayor cantidad de personas, surge así una nueva institución llamada escuela elemental.

La finalidad con la que se piensa la educación en aquel entonces tenía como principal fin el dominio del campo religioso, la conquista y gobierno de las voluntades a través del culto y práctica de un credo u otro.

Así los siglos XVII y XVIII inauguran el rol del maestro en la escuela. Decimos que se inaugura un rol ya que el maestro deja de ser un artesano enseñando un oficio a un aprendiz, para dar lugar a la gestación de un vínculo inédito, la relación maestro-alumno. Este vínculo pedagógico se materializa en un espacio propio, con una distribución del tiempo reglamentada y fijada de antemano, con normas propias, con el fin privilegiado de transmitir el conocimiento.

El fin del dominio papal conseguido por la Reforma, marca el comienzo de formación de nuevas estructuraciones, dando un gran empuje a la conformación de los Estados que ya había comenzado en el siglo XIII, con la concentración de las poblaciones y las delimitaciones territoriales, permitiendo el crecimiento del poder político.

En este clima de reformas los estados debieron disputar el poder con diversos nobles locales y con la Iglesia Católica. Para consolidar su hegemonía, los estados nacionales desarrollaron diferentes estrategias, una de ellas fue la concentración del poder de reconocimiento de los saberes socialmente relevantes a través de la articulación de las prácticas educativas, es decir que pasaba a ser el estado quien postulaba cuales conocimientos integrales debía poseer el hombre para ser productivo y útil al modelo social. La escuela es entonces el medio más satisfactorio y preciso para la formación de la población.

En el siglo XIX es cuando se logra en nuestro país la articulación entre nación y estado, se institucionaliza la simbología que reafirma la identidad nacional (himnos, banderas, lenguajes, etc.). Es en este siglo también donde el estado se aboca a construir un sistema de educación pública de alcance nacional. En busca del fortalecimiento del sentimiento nacionalista y de la figura del estado, la educación se focaliza en la homogeneización de la población bajo la autoridad común del estado.

El estado desplazó a las autoridades religiosas del control de las instituciones educativas. Así el estado dispuso un gabinete de funcionarios para que este decidiera sobre cuáles deberían ser los contenidos y prácticas más convenientes a ser llevadas a cabo en las escuelas de su territorio. La educación se convierte en un asunto de Estado.

El sistema educativo queda conformado de tal forma que se distinguen distintos niveles jerárquicos, en el nivel más alto el estado. Luego los prestadores del servicio, escuelas y docentes. En último nivel los usuarios. Entre estos tres niveles se producen intercambios y se evidencian los intereses de cada sector.

En los comienzos de la formación de nuestro sistema educativo, la difusión de la educación estaba destinada en una primera instancia a lograr la estabilidad política del país. Se consideraba necesario educar la población en determinadas cuestiones para que apoyaran la idea de gobierno central y que aprobaran lo que este gobierno dispusiera u ordenara para su pueblo. En este sentido se hizo una selección muy ajustada de los contenidos y bibliografías que se impartirían y utilizarían para conseguir este fin. La educación tuvo además otra función política de gran peso: sobre todo los niveles medio y superior estaban destinados a la formación de los futuros dirigentes de la nación.

La sanción de la ley 1420 era muy necesaria para unificar los fines de la educación en una sociedad fragmentada y la conquista de una educación laica, gratuita y obligatoria fue un progreso y privilegio que no muchos países tienen. La obligatoriedad también nos demuestra el interés y el valor que se le otorgó en nuestro país a la alfabetización.

Los aspectos que se pueden considerar como negativos fue que durante este período se utilizó la educación como medio de acceso al poder y no como medio de emancipación de la sociedad. Tampoco hubo una política fuerte que contemplara el progreso del país y no solamente protegiera los intereses de los agroexportadores; como lo que se buscaba era la formación de líderes que continuaran con el proteccionismo hacia los grandes productores agropecuarios, no se pensó en ampliar los medios de crecimiento del país articulando el sistema educativo a los nuevos modelos económicos que ya regían en otras partes del mundo.

La historia de nuestro sistema educativo deja en evidencia que durante más de medio siglo el Estado se interesaba por reproducir la estructura de autoridad vigente.

Rosa del Río, la maestra nacionalista sobre la que escribe Beatriz Sarlo (La máquina cultural, 1998), es un ejemplo de lo expresado. Rosa es una maestra

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