Bioetica y ley civil

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El bioderecho y bioética para la paz

De la relación entre ética, derecho y bioética ha surgido el bioderecho el cual tiene como base los principios de la bioética y la dignidad humana. Frente a la tentación civil y jurídica de obrar en contra de la persona, el profesional tiene que optar por el respeto a la dignidad humana.

El bioderecho debe contribuir a difundir una bioética de la paz sobre el fundamento del valor de la persona humana, ya que el respeto a la persona promueve la paz. Por eso que el bioderecho debe luchar con razones y con normas frente a las amenazas a la paz presentes, ante las situaciones de injusticia y de violencia.

Esto supone todo repudio de vestigios por una guerra sutil y de violencia en la relación médico - paciente, paciente – personal de la salud, instituciones prestadoras de servicios – paciente, estado – ciudadanos, familia – paciente, como la del aborto ya que no seria creíble hablar de paz cuando se permite que un ser inocente en el seno de su madre o en el laboratorio pueda ser destruido impunemente.

Las leyes civiles injustas y la objeción de conciencia

El debate moral a nivel profesional se acrecienta no tanto en el deber de obedecer una ley justa, sino en el conflicto moral de conciencia, frente a la ley injusta que lo obliga por lo legal a cumplirla y con ello participar del mal.

Por lo tanto un creyente profesional – trabajador donde este, donde vaya, este haciendo cualquier cosa, no prescinde de su fe, pues esta llamado a dar razón de su esperanza a todo el que se pida, da testimonio de sus creencias, no debe avergonzarse de su fe y de sus creencias.

Por eso en muchos casos los profesionales fieles a su conciencia y a su identidad religiosa deberán decir como los apóstoles: hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.

Tocando el tema de la ley civil debemos reconocer que no es la conciencia de la persona, el problema de la ley civil y sus repercusiones éticas se agrava hoy cuando las acciones malas se vuelven derechos, además las democracias apoyan esto y lo piden. Esto hace afirmar que la ley civil o positiva humana no siempre es justa.

Así el profesional obedeciendo a una ley injusta y contra conciencia, puede colaborar el mal de forma directa o de forma indirecta. Practicando el aborto directamente o indirectamente indicándoles en donde y quien lo puede hacer.

En estos casos el profesional debe recurrir a la objeción de conciencia y estar a salvo no solo de sanciones penales, sino también de cualquier daño en el plano legal, disciplinar, económico y profesional, es decir que la ley civil debe proteger esta actitud frente a una ley injusta.