CONTEXTO EXTERNO E INTERNO

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Además de facilitar el trabajo dentro del aula, las actividades lograron motivar a los alumnos, lo que a su vez generó que respondieran de una manera positiva al trabajo, y como sabemos el motivar a un estudiante, representa un punto no solo básico, si no también primordial, McClellan (1965) nos menciona que “La motivación es lo que induce a una persona a llevar a la práctica una acción. Es decir estimula la voluntad de aprender”. Al mostrar un contenido en el que el alumno tenga interés, cambia por completo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como sabemos, al momento de entrar a un salón de clases, la mente de los alumnos no está en blanco, ya han pasado por una gran variedad de experiencias, tienen ideas, conocimientos y conceptos que se han formado previamente. Algunos pueden estar equivocados, otros correctos, algunos estarán completos, otros necesitarán ser ampliados. Pero el punto es que existe un conocimiento previo. De hecho, para comprender algo nuevo, una persona necesita activar una idea o conocimiento previo, con el que le pueda dar sentido a esta nueva información. Esto se ve reflejado al momento de presentar a los alumnos un tema en específico, ya que comienzan a aportar sus propias experiencias y/o conceptos, como se menciona en el diario de practica “Al presentar la situación de conflicto, los alumnos comenzaron a aportar ideas de que sería lo que sucedió después, dando ejemplos de situaciones semejantes que han ocurrido en su vida cotidiana.

La capacidad de relación es un proceso cognitivo básico en el que se organiza la información seleccionada, relacionando unos elementos con otros para dar coherencia y significación, la integración de la información organizada con el conocimiento previo, depositado en la memoria, creando nuevas estructuras de conocimiento. Ausubel hablaba de un aprendizaje significativo basado precisamente en “la relación que se puede establecer entre el nuevo material y las ideas ya existentes en la estructura cognitiva del sujeto” (citado en López; 2009: 3). Como docentes, es necesario aprovechar de manera que nuestros estudiantes comprendan los temas que les estamos presentando, buscando que su aprendizaje sea verdaderamente significativo.

Las condiciones que permiten el logro del aprendizaje significativo requieren de varios aspectos: la nueva información debe relacionarse con lo que el alumno ya sabe, depende también de la disposición (motivación y actitud) de éste por aprender, así como los materiales o contenidos de aprendizajes con significado lógico. Estos últimos aspectos dependen de la integración que el docente hace conforme a los aprendizajes que los alumnos deben desarrollar, es función del docente el lograr que los alumnos se sientan motivados dentro del aula de clase, para lo cual es necesario que el ambiente de aprendizaje sea el óptimo para los alumnos, en el cual sea posible desarrollar, promover y construir las competencias y habilidades necesarias. De acuerdo con el autor Zabalza en su documento “Diez aspectos claves de una educación infantil de calidad” menciona “Una de las tareas fundamentales de un profesor/a de Educación es saber organizar un ambiente estimulante, posibilitar que los niños/as que asisten a esas aulas tengan abiertas infinitas posibilidades de acción, ampliando sus vivencias de descubrimiento y consolidación de experiencias”. Un ambiente de aprendizaje se conforma de distintos elementos, más allá de la organización espacial, las relaciones sociales que puedan definirse, se incluyen las funciones que desempeña cada agente, las actitudes, comportamientos, la funcionalidad de los recursos didácticos, los criterios de evaluación, generando experiencias enriquecedoras, pero sobre todo significativas. Una manera de mantener la motivación con los alumnos es la utilización de materiales didácticos, que provoquen en los alumnos un interés por realizar las actividades que los llevaran a obtener un conocimiento. El trabajo con materiales manipulativos potencia en gran medida el desarrollo y la estimulación del cerebro, creando imágenes mentales. De tal manera, que los estudiantes, al manipular crean nuevos esquemas mentales que posteriormente son reacomodados en éstas estructuras cognitivas. De acuerdo con Piaget (1957) “Los niños son curiosos por naturaleza, constantemente se esfuerzan por comprender el mundo que los rodea, para motivar su curiosidad es necesario el uso de materiales que despierten el interés del niño y deseo de aprender”. Gracias a los recursos materiales puestos a disposición de los alumnos se generó una emoción y motivación por desempeñarse en las actividades propuestas, especialmente en el área de historia donde comúnmente se refleja una memorización de fechas sin un análisis verdaderamente crítico, ante dicho suceso, se optó por sacar a los niños de la rutina en la que se centran al leer sucesos y sustraer lo más importante, presentando una actividad en la que como resultado final tendrían una figura llamativa, utilizando materiales de diverso índole para darle un toque creativo. DP “Luego de realizar la dinámica para formar equipos, los alumnos comenzaron a realizar su línea del tiempo utilizando los materiales que se les otorgaron y siguiendo las instrucciones que se les iban indicando poco a poco”.

Ésta fase de aprendizaje, se determina como un estadio del modelo de Van Hiele, adquiriéndose las habilidades esenciales mediante el manejo de bienes, siendo la base de las etapas subsiguientes que implican una comprensión y aplicación en situaciones múltiples.

Uno de los aspectos más destacados respecto a los recursos didácticos es su funcionalidad, propiedad que no se incluye por sí sola, pues la capacidad del docente interviene en un alto porcentaje, si bien, un material estéticamente agradable causa impresión, logrando captar la atención de los individuos por un momento, sin embargo, su utilización para obtener el mayor beneficio posible lo determinara el maestro, mediante su dinamismo, los cuestionamientos que genere o las explicaciones proporcionadas. Por esta parte y durante la jornada de práctica, la maestra titular del grupo reconoce que la utilización de los materias fue pertinente, suficientes para el desarrollo del niño y de las situaciones didácticas, y que permitieron atender los aprendizajes esperados, mencionando textualmente “Si fueron materiales diversos para diferentes actividades” “Si fueron motivantes y los niños se interesaban y aprendían”. Como maestro en formación, comentarios como estos, generan gran motivación y satisfacción, ya que denotan que el esfuerzo y trabajo que se está realizando rinde frutos y es valorado.

Actualmente términos como guía, orientador y facilitador de los saberes se posicionan