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Capítulo 1 La Dama del Lago

Enviado por   •  24 de Julio de 2018  •  5.383 Palabras (22 Páginas)  •  243 Visitas

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y su mano dejó de tomar la del muchacho.

–Noooo!!!, no me dejes solo, que voy a hacer ahora, sin ti no tengo fuerzas para seguir adelante. – gritaba el joven con desesperación inundado en llanto.

Aquella escena tan lamentable conmovió a cada uno de los corazones de los presentes, en sus mentes y en sus corazones evocaron recuerdos acerca de la existencia de la adorable anciana, a todos en la villa había ayudado de una manera u otra, el ambiente se vio entristecido de tal manera que unas pequeñas gotas comenzaron a caer, El Jefe de la Villa se puso de pie, se aproximó y colocó su mano en el hombro del Muchacho diciéndole:

- El cielo es testigo de la terrible pérdida que sufrimos hoy, incluso él está llorando.- Entre lágrimas Deiket advirtió una carta en la estera que se encontraba junto a la cama donde yacía su abuela, era una carta sellada identificada con su nombre, no estaba ahí cuando despertó en la mañana lo cual suponía que su abuela la había escrito en el transcurso del día, todavía podía sentirse el olor de la tinta fresca, en ese instante un fuerte trueno anunciaba el comienzo de una tormenta.

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La figura de un hombre de estatura que rebasa al metro con ochenta y cinco centímetros se proyecta al acercarse a una especie de Fortaleza en la ciudad de Ofgunt, debido a sus vestimentas lujosas, lentes de sol, maletín y sombrero se podría inferir que se trata de un personaje político o de negocios. Ofgunt es una ciudad famosa por su seguridad, está dentro de 2 Murallas de más de seis metros de alturas y custodiadas por los mejores soldados del país, de hecho los criminales letales y más buscados de toda la región son enviados a ese castillo ya que su actual función es de prisión de máxima seguridad, el misterioso Hombre de Traje negro, corbata, zapatos lustrados y extraño sombrero llega a las puertas del castillo mostrando una especie de salvoconducto el cual le da acceso a una de las edificaciones más temibles de toda la comarca.

–Muchos estarían aterrados de estar en este lugar– advierte un Hombre de traje gris, mediana estatura y contextura robusta acercándose al extraño visitante para darle la bienvenida.

–Alcaide, gusto en saludarle, ¿aún le divierte este trabajo tan deprimente?,-inquirió aquel hombre quitándose las gafas de sol- le he dicho que las buenas ganancias se encuentran en las ventas y no en fungir de niñera de un grupo de asesinos y psicópatas– espetó el hombre del traje oscuro observando los alrededores.

–Al parecer no hay nadie que pueda hacerlo– respondió el Alcaide con una risa ahogada– pero que trae a Ofgunt un hombre como Usted, no debería estar lamiendo los pies al gobernador de Akgord– gruñó el robusto hombre.

–Negocios, simples negocios y si consigo el hombre indicado para hacerlos este ganaría una buena cantidad de monedas de oro...

–¡Oro!– Exclamó el Alcaide– y ¿de qué trata ese negocio que propone? ¿Compra de tierras? ¿Armas? ¿Joyas?

–Uno más lucrativo, uno que podría permitirle al menos unas vacaciones de estos animales y de este lugar infrahumano- contestó de manera burlona el misterioso hombre de negocios mientras se guardaba los lentes oscuros en el bolsillo de su chaqueta y quitándose el extraño sombrero-

-a ver soy todo oídos señor Ferxix- replicó el Alcaide…

Adam Ferxix es un hombre de quien se conoce muy poco de su pasado, pero en el presente ha alcanzado una alta posición en el círculo de los negocios y de la política en Akgord, a tal punto de convertirse en el asesor directo del gobernador de ese territorio, debido a sus oportunos consejos y habilidades en los negocios se murmura de manera metafórica que posee un pacto con el Diablo, inclusive gracias a él y a su manera extraña de hacer negocios la Ciudad de Akgord se ha convertido en una potencia en los últimos avances en alquimia, tecnología y fabricación de armas, en tan solo cinco años desde su llegada por esas tierras, la gente comenta que el hombre apareció de la nada y que al momento de su llegada Akgord comenzó una transformación de un verde Natural a un color Metal Artificial, muchos en la ciudad comentan que con su aparición llegó el progreso pero a la vez una oscura nube de polución se apoderó del sitio a tal punto que se hace difícil disfrutar del cálido sol que antes imperaba en el área. Actualmente el negocio tecnológico y la genética son sus principales Aficiones.

-Bien, me encuentro trabajando para un grupo de científicos de Akgord y necesito como podría decirle, digamos especímenes para las pruebas, así que pensé que aquí en Ofgunt podría encontrar, tú sabes Clemsis algún cerdo condenado a cadena perpetua o a muerte, alguien sin valor.

-y de cuantos especímenes estamos hablando?

No lo sé unos tres o cuatro por el momento- haciendo un gesto de repugnancia por estar en ese lugar-.

y ¿cuánto estaría dispuesto a pagar tu comunidad científica por ellos?

Por el pago no te preocupes, los ingresos per cápita de Akgord son bastante onerosos, incluso esto podría convertirse en un futuro cercano en una plan de reducción de estas criaturas desventuradas y en un estatus más elevado para el gordito Clemsis y su familia.

-No lo sé Señor Ferxix, estamos hablando de personas aquí, yo… tendría que consultar con..

Y con un movimiento rápido, Ferxix se acercó y tomó de los hombros al pequeño hombre y con una sonrisa diabólica comenzó a persuadirlo – Con quién deberías consultar es decir ¿no eres el jefe de este lugar? Mi tiempo se ha perdido porque ¿debo hablar con alguien superior a ti?, La peor escoria de la comarca está en este lugar, personas que no tuvieron ningún tipo de clemencia en robarle la vida a otras, ultrajarlos, robarlos, aterrorizaron cuanto pudieron y tú ¿los tratarás como personas? Míralos Clemsis son animales, gente sin control de sus instintos, ¿pueden llamarse personas?

Bueno yo … - dudaba el Alcaide sobándose la calva.

Bien Amigo, yo necesito respuesta para hoy, pero mientras lo piensas, porque no me das un recorrido y me muestras a estas almas en desgracia y quienes están próximos a ser ejecutados y al mismo tiempo comenzaré a hacer los cálculos de cuantos ceros debo colocar por tus servicios tan dedicados al progreso científico- y como una serpiente abrazando a su presa el brazo de Ferxix rodeo la espalda del alcaide mientras se internaban en el castillo.

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