Código Ético del Colegio de Profesores

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Artículo 7: El docente debe velar por una educación que propicie el bienestar social mediante la formación en valores universales y que entregue igualdad de oportunidades sin importar el estrato social. Además debe incentivar el rescate de la cultura local y nacional buscando el progreso de una sociedad auténtica.

Artículo 8: La participación de los docentes con el colegio de profesores, expresada en la afiliación y permanencia en dicha entidad, debe ser de lealtad y respeto, tanto hacia los dirigentes como hacia las decisiones tomadas por estos, por ende es importante el cumplimiento de los Estatutos y Reglamentos del Colegio. Por su parte, el colegio de profesores debe atender las inquietudes y peticiones de los profesores y dar pronta respuesta que vaya en beneficio de estos.

Artículo 9: Todo profesor que se comporte de forma indebida, que no respete las limitaciones y prohibiciones enunciadas en el Código de Ética y los Estatutos, será sancionado de acuerdo a la gravedad de la falta.

Artículo 10: Ante una acusación hacía un asociado del Colegio de Profesores, el Comité de Ética deberá evaluar el grado de admisibilidad de la denuncia, llegando a desestimarla cuando está se refiera a hechos ajenos a la profesión docente o carezcan de fundamentos. Cualquiera sea el caso, se designará un miembro acreditado para realizar la investigación, quién contará con la asesoría de un abogado y realizará todas las diligencias que estime conveniente.

CONCLUSIÓN

La profesión docente y sobre todo la educación como tal inevitablemente deben integrar metas, fines y propósitos educativos dirigidos al perfeccionamiento del ser humano. Cada individuo tiene su propio patrón de valores, por esto se hace necesario que cada quien compatibilice sus valores individuales con los valores expresados en los principios éticos. Por esta razón, es que existe el convencimiento de que la educación no puede reducirse al desarrollo cognitivo de los estudiantes. Se considera de suma importancia la toma de conciencia en cuanto a que la vivencia de los valores (la educación, la libertad, la dignidad), es auténticamente esencial para ayudar a los profesionales de la docencia a fundamentar con razones de carácter ético las decisiones que han de tomar. Por lo tanto, un código ético es estrictamente necesario para el buen desempeño de la profesión docente, no sólo para hacer uso de él en situaciones extremas, sino para reflexionar a través de él en aquellas situaciones diarias en las que se pueden lesionar o infravalorar los derechos humanos.

Por lo anterior, se hace necesario enfatizar y concluir que es imprescindible que un docente se comprometa con su labor con el fin de contribuir al perfeccionamiento integral de él y de sus estudiantes, además, el desarrollo y progreso docente debe ir estrechamente ligado al progreso de la institución en la cual se desenvuelve y al crecimiento de las relaciones interpersonales.