Diabetes. Tratamiento

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de peso y mejora la calidad de vida.

Cada persona debe escoger el tipo de ejercicio más adecuado a su edad, estado físico y preferencia. El paciente diabético debe realizar deportes, pero están contra indicados aquellos en los que una hipoglucemia inesperada pueda tener consecuencias fatales. (Buceo, escalar, vuelo, navegación, etc.). Cabe recomendar ejercicios aeróbicos suaves, correr, ir en bicicleta o simplemente caminar.

La actividad física debe ser realizada diariamente y regularmente, si es posible, a la misma hora.

Verificar siempre los niveles de azúcar en sangre antes y después de realizar ejercicios, debe ingerir una colación antes y si el azúcar en sangre esta por encima de 250 mg/dl no ejercite sin antes consultar a su medico

Instruir al paciente que requiere de insulina para que ingiera un bocadillo de carbohidratos de 16 grs. antes y después de realizar ejercicios para evitar hipoglucemias inesperadas

Llevar consigo azúcar como pastilla con glucosa o bebidas con glucosa.

Comenzar siempre despacio. Aunque el paciente se sienta en forma, no debe sobre exigirse. A medida que mejora su estado físico este podrá aumentar su ejercitación en forma gradual.

El paciente debe tomar nota de su progreso, anotando cada sesión de ejercicio en su diario o anotador.

Debe tratar de ejercitar entre una o dos horas después de las comidas para balancear comida y ejercicio debe usar a medias apropiada s y un buen calzad, que sea confortable le sostenga bien el pie.

En personas obesas con diabetes tipo 2 el ejercicio sumado al tratamiento con dieta mejora el metabolismo de la glucosa y favorece la perdida de grasa corporal. Ejercicio con perdida peso mejora la sensibilidad a la insulina y disminuye la necesidad de esta última o de hipoglucemiantes orales.

Después de realizar actividad física el paciente debe inspeccionar sus pies y analizar su azúcar en sangre.

Vigilancia

La vigilancia de la glucemia permite descubrir y prevenir hipoglucemia e hiperglucemia y es de gran importancia para normalizar los niveles de glucosa en sangre y a su vez, reducir las complicaciones diabéticas a largo plazo.

Hay varios métodos, la mayor parte de las cuales implica tener una gota de sangre capilar de la punta del dedo, aplicarla en tiras reactivas especiales y dejarlas reposar por un tiempo determinado (5 a 30 segundos), el medidor proporciona los valores de glucemia en forma digital. La tira se coloca inicialmente en el dispositivo antes de aplicar la sangre, una vez aplicada permanece ahí el resto de la prueba. El dispositivo de medición automáticamente despliega el nivel de glucemia tras un breve lapso (menos de un minuto).

Un posible riesgo en la utilización de este método radica en que el paciente obtiene y notifica valores erróneos de glucosa sanguina porque no aplica correctamente la técnica. Algunas fuentes frecuentes de error son:

* Aplicaciones inadecuadas de la sangre (por ejemplo una gota demasiado pequeña)

* Limpieza y mantenimiento inadecuado de los medidores (dejar que se acumule polvo o sangre)

* Daños de las tiras reactivas por el calor o la humedad o el uso de tiras caducadas.

El enfermero tiene un papel fundamental en la educación al paciente acerca de cómo utilizar la técnica y/o utilizar el dispositivo.

Frecuencia de la Vigilancia de la Glucemia

A la mayoría de los pacientes que requieren de insulina se les recomienda hacer la prueba de dos a cuatro veces al día (antes de los alimentos y a la hora de dormir). Para quienes toman insulina antes de cada alimento, es recomendable por lo menos tres veces al día para determinar la dosis. A los que no recibe insulina se los indica que verifiquen los niveles de glucemia por lo menos dos a tres veces por semana, incluida una prueba postprandial. A todos los pacientes se les recomienda efectuar la prueba siempre que se sospeche de hipoglucemia o una hiperglucemia.

Interpretación de resultados por el paciente

Los pacientes deben aprender a llevar un registro de las mediciones de los niveles de glucemia para detectar los patrones. Las pruebas se realizaran en el momento de acción máxima del medicamento, para valorar la necesidad y ajustar la dosis. Para valorar la insulina basal y determinar las dosis rápidas de insulina, la prueba se hace antes de las

comidas. Los individuos con diabetes tipo 2 deben someterse a las pruebas antes y dos horas después de la comida principal/’

del día. Si la insulina se administra a la hora de irse a la cama o se utiliza bomba de infusión, la prueba se repite a las tres horas por lo menos una vez a la semana para saber si el nivel de glucosa no se reduce durante la noche. Si el paciente no desea hacer pruebas frecuentes o no cuenta con los medios para ello, una o dos veces al día será suficiente, siempre y cuando varíe la hora de la prueba.

Pruebas de glucosuria

Antes de que se dispusiera de la técnica de auto monitorización de glucosa en sangre, las pruebas de glucosuria eran el único método para vigilancia diaria de la diabetes, pero hoy en día solo la utilizan quienes no pueden o no quieren vigilar los niveles de glucosa en la sangre.