EL EQUILIBRIO COMO FUNDAMENTO DE LA GERENCIA EDUCATIVA

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Es fundamental la unificación de procesos y un sistema de información efectivo en todas las actividades que incluyan el proceso educativo; los funcionarios de cualquier nivel deben accionar a partir de un plan de trabajo discutido, socializado y estandarizado que permita que la estructura institucional funcione sincrónicamente aun cuando alguno de los funcionarios sean reemplazados por cualquier circunstancia, en tal caso si hay una estructura y unas funciones claramente definidas, no importa quien llegue a suplir una ausencia, este debe acoplarse rápidamente y continuar el proceso institucional que le ha sido asignado sin alterar la estructura del proceso.

El gerente educativo debe ser el garante de esta situación en las instituciones futuras, para corregir la individualización de los procesos educativos que prima en los colegios y escuelas en la actualidad debido a que cada funcionario cumple con sus funciones de acuerdo a sus intereses y motivaciones particulares y propias de su estilo de formación.

Un segundo aspecto que le permitiría a un buen administrador contribuir significativamente en la generación de nuevas oportunidades para su institución, es la planeación estratégica y el manejo de los recursos económicos; es ampliamente conocido en el país que los recursos que llegan a los entes de la educación pública son bastante escasos, demorados y llenos de trabas para su manejo; sin embargo una buena distribución y un manejo racionalizado de estos dineros permiten hacer pequeñas inversiones en infraestructura, material didáctico, proyectos pedagógicos y renovación de equipos entre otras muchas necesidades, que facilitaran el aprovechamiento de los recursos existentes en beneficio del progreso de la comunidad educativa en general.

Finalmente, el gerente educativo tiene la difícil tarea de dirigir un equipo de trabajo que no escogió y que en múltiples casos se oponen a las políticas de su jefe inmediato y a las del estado mismo, en este caso es fundamental la capacidad de consolidación para llegar a acuerdos de trabajo que permitan que la institución avance en sus procesos sin menoscabar los derechos de las personas que laboran bajo su mando, pero con la fortaleza necesaria para aplicar los postulados que considera que deben garantizar el éxito de su gestión como administrador. Pero analizando las fortalezas (talento humano) de cada uno de los miembros de su equipo puede motivarlos e involucrarlos en el diseño de proyectos, innovación y gestión, con el fin de generar oportunidades para la Institución.

Por lo tanto, la dirección de una institución educativa requiere de un líder que sea visionario, creativo, seguro, profesional y actualizado en TICs, que tenga la capacidad de tomar decisiones, que pueda distribuir eficientemente los recursos, que sea un agente de cambio, que pueda escuchar y concertar con su equipo de trabajo, para garantizar el buen funcionamiento de la institución, diseñar y dirigir todos aquellos procesos que puedan servir para cumplir con la meta fundamental de cualquier institución educativa que es la formación integral de sus educandos; en pocas palabras, debe ser un Gerente Educativo Integral.