Educacion argentina La Buena Educación.

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Cuestionando a Fenstermacher, tomar la buena enseñanza como aquellas acciones éticamente justificables daría paso a acreditar la posición de que algunas culturas son mejores que otras, en definitiva, la moral es un aspecto interno del ser humano, mientras que lo ético son las acciones que se llevan a cabo en coincidencia con esa moral, pero también es cierto que lo éticamente correcto o moralmente correcto está definido y legitimado por las costumbres de las culturas, por lo tanto puede que las enseñanzas que puedan tener los jóvenes de Argentina y las enseñanzas que puedan tener los jóvenes Estadounidenses sean radicalmente opuestos pero a la vez éticamente correctos para ese contexto y esa sociedad en la que viven, lo que, sin embargo no nos hacen superiores o inferiores como cultura.

Creo entonces que, la buena enseñanza o mi ideal de buena enseñanza sería aquella en la que se pudieran interrelacionar todos los posibles ámbitos de la misma, teniendo a la escuela como la institución facilitadora de aquello que queremos lograr, en donde se realicen charlas con familiares y/o amigos de los estudiantes y por qué no de los docentes que puedan llevar sus experiencias al aula y que entre todos se pueda resolver alguna problemática que surja de la comunidad educativa o bien de la institución y por qué no también de las mismas familias.

La buena enseñanza implicaría fomentar valores de solidaridad, equidad, diálogo, aceptar al otro como diferente y no por eso querer “transformarlo”, entender cada particularidad no sólo del estudiante sino de toda la comunidad, la familia, la institución, su contexto, y no sólo nosotros como docentes sino propagar también esta idea de conocer al otro para poder entenderlo y aceptarlo, generar una suerte de sentido de pertenencia hacia los lugares que frecuentamos para valorarlo

La “calidad” de la enseñanza ya no estaría dada por la cantidad de contenidos que saben los estudiantes, o por el acceso a la educación pública o privada, sino que se valoraría a través de reconocer a los jóvenes como los seres humanos que en un futuro y con todos esos valores previos lograrán una sociedad más justa y unida, en donde no existan las individualidades o competencias.

El entorno educativo debería de ser saludable en cuanto a normas de higiene, mobiliario adecuado entre otras cosas que solo se lograrían si además de los actores antes mencionados (amigos, familia, docentes, etc.) se tuviera una fuerte presencia del Estado, no sólo nacional, sino municipal y provincial en pos de garantizar una buena educación, no tomando a la misma como un “gasto” sino como una “inversión” a futuro.

En conclusión, para mí la buena enseñanza sería una interrelación de todos estos factores, en donde se consense a través del diálogo y la participación el hecho, ya no de “formar ciudadanos para la vida en sociedad”, sino también y además de esto, se formen seres humanos de calidad.

FEDI, Maricel Fiorella.