Evaluar para aprender
Enviado por Jerry • 19 de Noviembre de 2018 • 1.388 Palabras (6 Páginas) • 311 Visitas
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“La evaluación condiciona todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Resulta paradójico que la evaluación potencie las funciones intelectuales menos ricas.” (Santos Guerra M.A, 20 Paradojas de la evaluación del alumnado, 1999, pág. 21)
Está por demás saber que la evaluación debe estar diseñada en relación con los objetivos y los resultados de aprendizaje buscados. Ha de ser coherente con la metodología. Debe estar vinculada al nivel de contenidos trabajado y responder a criterios relevantes y transparentes. Debe promover el que los estudiantes respondan a situaciones contextualizadas, resuelvan problemas, tomen decisiones y realicen proyectos reales.
El plan de estudios dice…
El plan de Estudios 2011 nos marca que el enfoque que regula evaluación debe ser formativo ya que es parte del proceso de aprendizaje, por lo que el docente debe compartir con los alumnos y padres de familia lo que se espera que aprendan, así como los criterios de evaluación. Esto brinda una comprensión y apropiación compartida sobre la meta de aprendizaje, los instrumentos que se utilizarán para conocer su logro, y posibilita que todos valoren los resultados de las evaluaciones y las conviertan en material para favorecer el aprendizaje; en consecuencia, es necesario que los esfuerzos se concentren en cómo apoyar y mejorar el desempeño de los alumnos y la práctica docente.
Desde el punto de vista constructivista y retomando el Plan de Estudios, la evaluación formativa se centra en la comprensión del funcionamiento cognitivo del alumno frente a las tareas que se le proponen.
La información que se busca se refiere a las representaciones mentales de los alumnos y a las estrategias que utilizan para llegar a un resultado determinado, es decir, la finalidad es llegar a comprender por qué un alumno no entiende un concepto o no sabe hacer una determinada tarea.
Por lo cual nos marca ciertos tipos de evaluaciones:
En primer término están las evaluaciones diagnósticas, que ayudan a conocer los saberes previos de los estudiantes; las formativas, que se realizan durante los procesos de aprendizaje y son para valorar los avances, y las sumativa, cuyo fin es tomar decisiones relacionadas con la acreditación.
En segundo término se encuentra la autoevaluación y la coevaluación entre los estudiantes. La primera busca que conozcan y valoren sus procesos de aprendizaje y sus actuaciones, y cuenten con bases para mejorar su desempeño; mientras que la coevaluación es un proceso que les permite aprender a valorar los procesos y actuaciones de sus compañeros, con la responsabilidad que esto conlleva, además de que representa una oportunidad para compartir estrategias de aprendizaje y aprender juntos. Tanto en la autovaluación como en la coevaluación es necesario brindar a los alumnos criterios sobre lo que deben aplicar durante el proceso, con el fin de que éste se convierta en una experiencia formativa y no sólo sea la emisión de juicios sin fundamento La heteroevaluación, dirigida y aplicada por el docente, contribuye al mejoramiento de los aprendizajes de los estudiantes mediante la creación de oportunidades de aprendizaje y la mejora de la práctica docente.
De esta manera, desde el enfoque formativo de la evaluación, independientemente de cuándo se lleve a cabo –al inicio, durante o al final del proceso–, de su finalidad –acreditativa o no acreditativa–, o de quiénes intervengan en ella –docente, alumno o grupo de estudiantes–, toda evaluación debe conducir al mejoramiento del aprendizaje y a un mejor desempeño del docente.
Conclusión
Nuestro desafío es saber hacer todo esto. Crear instrumentos de evaluación más versátiles que sean capaces de reconocer las competencias específicas y las transversales.
Se tiene que variar también los agentes que intervienen en la evaluación, de modo que los estudiantes participen y se puedan poner en práctica estrategias de autoevaluación y de evaluación.
Debemos ser capaces de evaluar si hemos formado personas independientes que pueden adquirir, retener, recuperar y aplicar nuevos conocimientos por sí mismos, y así hacer visibles los aprendizajes. Al final, un buen sistema de evaluación será aquel “del que el estudiante no puede escapar sin haber aprendido.” Será aquel que evalúa para aprender. Y en el que aprendemos para evaluar.
Bibliografía
SEP. (2011). Plan de Estudios 2011. México, D. F: SEP.
Álvarez Méndez (2001) “Evaluar para conocer, examinar para excluir”. Madrid, España. Morata
Santos Guerra M.A. (1999) “20 Paradojas de la evaluación del alumnado”. España. REIFP
Neus SanMartí. (2007). “10 Ideas clave Evaluar para aprender”.
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