FALLAS EN LAS ESTRUCTURAS DEL PERÚ, EL IMPACTO Y RIESGO ANTE UNA EVENTUALIDAD SÍSMICA

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Es preocupante ver estas cifras como realidad nacional, quiere decir, que ante un problema como éste, las vidas de más de 22 millones y medio de habitantes correrían un grave riesgo.

Como bien se sabe, la tecnología está en constante actualización y avance, tanto así que no deja de sorprendernos. Una de sus principales cualidades es que aporta al progreso y perfeccionamiento de los conocimientos en las diferentes ciencias que existen, sobre todo, en el ámbito de la construcción. Nosotros contamos con una Norma de Diseño Sismorresistente, que como se mencionó anteriormente también ha tenido sus modificaciones, y ese justamente es el problema, diversas encuestas realizadas en el interior del país corroboran que hay viviendas que tienen más de 50 años y peor aún, sin el mantenimiento adecuado, pero, el problema no acaba ahí, debido a las deficiencias económicas, muchas de estas estructuras han sido construidas sin planos y sin la supervisión correcta. (Jiménez, 2015) Nos dice que:

“Desde 1997 nuestro país cuenta con una norma de diseño sismorresistente de obligado cumplimiento, siempre y cuando los municipios ejerzan una fiscalización sobre las edificaciones en sus distritos. Esta norma reemplazó a la de 1977, que tenía serias deficiencias. Por lo tanto, las viviendas construidas antes del 97 no contarían con las suficientes garantías antisísmicas.

A esto se une que, según el Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción (Sencico), un 60% de las viviendas en el Perú son autoconstruidas. En un informe del 2013 detallaba que de ellas el 50% fueron edificadas sin planos y con la supervisión de solo un maestro de obra.”

El material de construcción con el que se han establecido dichas estructuras, juegan un papel muy importante, si bien, lo más empleado en Perú es la albañilería de ladrillos de arcilla confinada por elementos de concreto armado que es comúnmente considerada como “material noble”, debido a que es un sistema constructivo económico, pero, en la actualidad, no es el único material presente en las viviendas, como se mencionó en la introducción de este trabajo, también se tiene con menor frecuencia al adobe, la madera y otros más. Ya se ha demostrado científicamente que, el problema con el adobe es que si no tiene refuerzos estructurales simplemente se desploma, aplastando a los que están adentro.

Si nosotros como ciudadanos pensamos en el futuro del país, tenemos que fijarnos en muchos factores, uno de ellos es la seguridad, pero quienes representan en sí el futuro del país, son los niños y jóvenes, como lo dijo el escritor Manuel Gonzáles Prada: ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra! Pero el problema está en que estos problemas estructurales no solo se presentan en las viviendas informales, sino también las instituciones educativas. Se dice que en su mayoría, las instituciones educativas, especialmente públicas localizadas en Lima, no resistirían una eventualidad sísmica debido a que su resistencia es despreciable. El problema es que no hablamos de una de las provincias más pobres de la región, es más no hablamos ni de otra región, hablamos nada más ni nada menos que la capital de nuestro País, si nos ponemos a pensar un poco, si en ese estado se encuentra la región más representativa, no me quiero imaginar cómo estamos en Chiclayo o en algún otro departamento de la Sierra y la Selva. Cabe recalcar que el proyecto de la reconstrucción de los colegios Emblemáticos de las distintas regiones del país se rigen firmemente a las normas establecidas de construcción, una buena idea para mejorar la calidad y seguridad de los mismos.

Los colegios no son los únicos descuidados en este aspecto, la mayoría de los hospitales públicos también forman parte de este riesgo.

A continuación unos datos que expresan brevemente las características del suelo y las viviendas de Chiclayo:[pic 2][pic 3]

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Estas estadísticas reflejan las irregularidades que se cometen en la construcción informal de las viviendas, aparentemente inofensivas, pero, en el momento de una eventualidad mayor a los 8º escala de Ritcher no soportarían ni unos cuántos minutos de pie y si en caso quedara de pie, prácticamente se convierte en una vivienda inhabitable.

Según diversas investigaciones, la región costa es la más vulnerable ante eventualidades, sobre todo de magnitudes media-alta. El objetivo del análisis estructural es obtener los menores daños en las estructuras, debido a eso, se tiene una clasificación de las viviendas con respecto a su resistencia. Por ejemplo: El riesgo sísmico alto significa que la vivienda sufrirá daños importantes ante un sismo raro. Existe gran probabilidad que la vivienda colapse ya que no tiene adecuada densidad de muros y se encuentra sobre suelo blando. El riesgo sísmico medio significa que la vivienda tiene aceptable densidad de muros y se encuentra sobre un suelo rígido o flexible. Los muros de la vivienda podrían sufrir daños menores y algunos parapetos podrían colapsar parcial o totalmente. El riesgo sísmico bajo significa que la vivienda tiene adecuada densidad de muros y la calidad de construcción es regular a buena. La vivienda se encuentra sobre suelo rígido sin pendiente y solo podría sufrir el colapso parcial o total de los parapetos. En la evaluación del peligro sísmico (alto, medio o bajo) se considera el análisis de la sismicidad, del tipo de suelo y de la topografía de la zona sobre la que está construida la vivienda.

La densidad de los muros está establecida por la Norma Peruana de Diseño Sismoresistente E-030 y establece la ecuación para calcular la fuerza sísmica V que una estructura tendrá ante sismos raros. V = Z ⋅U ⋅ S ⋅C ⋅ P / R. La fuerza sísmica está en función de la zona sísmica Z (para la costa Z=0,4), del uso U de la estructura (para el caso de viviendas U=1), del tipo de suelo S, del factor de amplificación sísmica C, del peso P de la estructura y de la reducción R por ductilidad (MTC 2003). Los edificios de albañilería confinada, sometidos a fuerzas sísmicas, muestran casi siempre falla por corte como falla predominante. Según (Bartolomé, 1998)

“La capacidad resistente al corte VR de un muro de albañilería está en función de la resistencia a compresión diagonal de muretes de albañilería (v’m), de la reducción por esbeltez (α), de las dimensiones en planta del muro (t, l) y de una carga reducida que soporta el muro (0,23Pg): VR = 0,5v 'm⋅α ⋅t ⋅l + 0,23Pg”

Si a través del tiempo las estructuras se van deteriorando poco a poco,