FOLLETO DE PENSAMIENTO CRÍTICO PARALELO

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- Está comprobado que los seres humanos somos dueños de nuestras decisiones y consecuencias, y seremos premiados o castigados de conformidad con nuestra responsabilidad.

- Todos los que creen en el Karma se van a ir al infierno.

- Es privilegio del hombre, creer o no en el destino, pero si cree, tendrá que responder igual por sus decisiones.

¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE EL PENSAMIENTO CRÍTICO?

“No creas todo lo que te dicen” es un sabio consejo que seguramente has escuchado más de una vez. Este consejo no sólo nos alerta para que nos cuidemos de las mentiras de los demás, sino también de sus errores involuntarios. Incluso si no dudamos de la honestidad de una persona, a veces tiene sentido cuestionar lo que dice. Supongamos, por ejemplo, que quieres comprar parlantes especiales para tu equipo de sonido. Un amigo te asegura que el único almacén que vende ese tipo de mercancía queda bastante lejos de tu casa, y que allí siempre tienen en stock los parlantes que necesitas. Pero a ti no te agrada la idea de ir hasta allá y no encontrar lo que buscas, así que telefoneas al almacén y preguntas si los tienen. El vendedor que te atiende, luego de revisar las perchas, te contesta que sí. No es que hayas pensado que tu amigo te quería engañar: simplemente te diste cuenta de que podía estar mal informado.

Cuando hiciste esa llamada telefónica, estabas buscando pruebas que confirmarán la aseveración de tu amigo de que la tienda en cuestión tenía los parlantes. Cuando el vendedor te dijo que tenía algunos, lo que hizo fue apoyar la aseveración de tu amigo con una prueba verbal. Una “prueba verbal” vendría a ser una o más oraciones que, de ser verdaderas, se convierten en razones para creer en algo. A su vez, la aseveración del vendedor de que tiene los parlantes se apoya en la prueba física que constituye el que los esté viendo en la percha. En esta situación, aunque no en todas, una prueba verbal es una descripción de una prueba física.

Supongamos, para tomar otro ejemplo, que es sábado por la noche y decides ir a un concierto que ocurrirá en Quito el día siguiente a las 14:00. Puesto que planeas irte en avión, necesitas saber a qué hora debes ir al aeropuerto. Tu padre, que viaja constantemente a Quito por trabajo, te informa que los vuelos salen cada hora, y que por lo tanto podrías irte hasta en el vuelo de las 12:00, y tendrás tiempo para asistir al concierto (o sea, que no necesitas madrugar). No es que desconfíes de las buenas intenciones de tu padre, pero resulta que no te gustaría perderte el concierto, de modo que averiguas cuál es el itinerario de salida de los vuelos, y te enteras de que los domingos sólo salen tres vuelos hacia Quito: uno a las 8, otro a las 15 y el último a las 19:00, por lo que si quieres llegar a tiempo sólo puedes tomar el primero. Aquí, nuevamente, no te conformaste con la prueba verbal que te ofrecían (no por dudar) de su honestidad, sino de exactitud), y has obtenido otra prueba verbal (escrita, en este caso). Pero esta vez la nueva prueba no apoya la aseveración hecha por tu padre, y como un itinerario de la aerolínea es más confiable que la memoria de tu padre, descartas la prueba que te dio este último a favor de la primera. Seguro que él no te mintió, ni pretendía engañarte; simplemente se olvidó o ignoraba el hecho de que el itinerario de vuelos de los domingos es diferente al de los días ordinarios.

Buscar pruebas y determinar si éstas apoyan o debilitan las aseveraciones son dos aspectos fundamentales del pensamiento crítico.

El pensamiento crítico también implica prestar cuidadosa atención a las oraciones que escuchamos o leemos, de manera que podamos descubrir qué tipo de aseveraciones son, para determinar qué criterios deben utilizarse para juzgarlas (qué tipo de evidencia o pruebas requieren para ser aceptadas). Usamos el lenguaje principalmente para comunicarnos con los demás, y dicha comunicación puede adoptar diferentes formas. Por ejemplo, podemos enfrascarnos en conversaciones triviales o intercambiar frases de saludo y cortesía sólo para mantenernos en contacto con los demás (función ceremonial); o podemos expresar nuestros sentimientos de alegría, tristeza, simpatía, enojo, esperanza y temor (función emotiva); o podemos provocar acciones en los demás formulando preguntas, haciendo peticiones y emitiendo órdenes (función directiva). Pero también podemos usar el lenguaje para transmitir información (función informativa). Normalmente transmitimos información a través de oraciones declarativas tales como “Doce estudiantes están involucrados en la clase de Pensamiento Crítico” o “El equipo de voleibol de la universidad ha planeado participar en nueve juegos para esta temporada, pero en sólo tres de ellos jugará de local”. Sólo en este tipo de oraciones se pueden pedir pruebas, porque sólo este tipo de oraciones – conocidas como “proposiciones” – pueden ser verdaderas o falsas.

Debemos buscar pruebas siempre que sea importante saber si una información es correcta. En general, la gente suele preferir estar bien informada en lugar de estar engañada. Pero debe quedar claro que está en juego mucho más que el deseo de estar bien informado. Las personas actúan sobre la base de sus creencias, y sus actuaciones pueden tener consecuencias trascendentales en sus vidas.

Para decidir en qué casos conviene pedir pruebas y en qué casos no, se necesita cierta sensibilidad con respecto al contexto en el cual las palabras se dicen o escriben. En algunos contextos sería tonto buscar o pedir pruebas. Una queja acerca del clima, por ejemplo, a menudo sólo sirve para iniciar una conversación; pedir pruebas en tal circunstancia podría hacerse en broma, pero no en serio.

Cuando una amiga te dice que le duele la cabeza o que el helado de chocolate es delicioso, te está diciendo cómo se siente o qué le gusta, y no es apropiado pedirle que te dé pruebas para respaldar sus afirmaciones. En otro contexto, sin embargo por ejemplo, en una encuesta conducida por una empresa vendedora de aspirinas o helados – sí puede tener sentido buscar pruebas para determinar si lo que la gente dice sobre sus dolores y preferencias es verdad.

Las preguntas, los pedidos y las órdenes no requieren pruebas, porque no pueden ser verdaderos ni falsos. Por ejemplo, cuando alguien que está comiendo pide que le pasen la sal, podría estar transmitiendo implícitamente cierta información (tal vez quiere informarnos que a la comida le hace falta sal), pero ya que no afirma explícitamente que le falta sal a la comida, sería inapropiado