FRANCISCO HERRERA MEGIA CULTURA BIOLÓGICA EN CHIMPANCÉS

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Zanjando el tema del altruismo, nos adentramos en otras prácticas culturales como el uso de herramientas para cazar, haciendo uso de lanzas. La fabricación de armas para cazar es un elemento asociado a la evolución humana. De nuevo, observamos en esta comunidad de chimpancés rasgos humanos, que a priori, no deberían de conocer aún. Se sabe de ciertos usos de herramientas que los chimpancés llevan a cabo, pero no para cazar. El hecho de cazar conlleva en observar un animal e ir tras el dándole la muerte con un arma. Esta acción no es tan normal en las comunidades de chimpancés, pero en esta la encontramos. La transmisión de esta actividad se observa en las crías, que juguetean con las armas creadas por los adultos. De esta manera la cultura se transmite de generación en generación, manteniendo viva esta clase de actividades. En el caso de las hembras, encontramos la caza de termitas, actividad también cultural, no cabe duda. Cada grupo tiene sus métodos de cazar termitas, métodos que también hacen saber a sus crías, transmitiendo una vez más la cultura de generación en generación.

Otras prácticas culturales no menos importantes que observamos en el documental también se encargan de las tradiciones sociales, como el desparasitamiento. Esta actividad es más compleja de lo que parece, ya que no solo se trata de un acto funcional de desparasitar el uno al otro, si no también sirve como contacto físico entre la comunidad. Mientras se desparasitan apreciamos como se dan la mano y se producen caricias entre ellos, aportando acercamiento y interés físico y social entre la comunidad.

También el uso de hierbas medicinales es asombroso. Existen ciertos tipos de hierbas que los chimpancés conocen, y que pese a su mal sabor, saben que al comerlas se valdrán de sus beneficios para curar problemas en su salud.

Dejando atrás el documental, y poniendo la vista ahora en otros estudios realizados con chimpancés, observamos también en algunos casos, sentido de la justicia y equidad. En dichos experimentos se producen acciones donde se le da de comer a un sujeto y a otro no. Entonces se produce que el que ha recibido comida comienza a enfadarse a y a protestar por su compañero, pretendiendo que también se le alimente. Incluso en algunos casos, el sujeto que sí obtuvo comida se niega a comer para solidarizarse con su compañero en un alarde de equidad. Otros estudios, comprobamos como dos chimpancés se ayudan mutuamente para alcanzar comida, incluso hay casos de ayuda sin que uno de ellos tenga hambre.

Pero no todo va a ser cualidades de actividades culturales beneficiosas para su especie. También encontramos otro tipo de rasgos que también se aprecia en el ser humano, y que como en este, los chimpancés también lo llevan en su cultura biológica. Existen episodios de terrible violencia entre chimpancés, porque también forma parte de su naturaleza. Como en el ser humano, no hay factores externos que les empujen a hacerlo, sino que matar es parte de su estrategia adaptativa.

Para desmentir que la violencia entre chimpancés sea fruto de la presión un grupo de científicos aporta un torrente de información descomunal. Un estudio, analiza las condiciones para averiguar si los humanos desencadenaron de algún modo situaciones violentas o si, por el contrario, los chimpancés lo hacen de forma instintiva.

“Lo que descubrimos es que la violencia chimpancé no depende de la influencia humana”, explica el autor principal del estudio, Michael Wilson. “Ya se trate de influencia humana perjudicial o beneficiosa, parece tener muy poco efecto sobre el comportamiento violento de los chimpancés”.

De hecho, se sabe que una de las comunidades de chimpancés más violentas es la de Ngogo, en Uganda, comunidad que vive casi exiliada de la comunidad humana, y que por lo tanto apenas han tenido contacto humano de ningún tipo. En una de las narraciones de Jane Goodall, los chimpancés matan de una manera totalmente premeditada, en grupos de ocho individuos, en ataques planeados donde las probabilidades de éxito son elevadas. En cuanto a la territorialidad, se sabe que los machos matan a otros machos de otras comunidades para beneficiarse al reducir las posibilidades del rival para defender su territorio

Según explica el antropólogo Michael Wilson, muchos patrones de agresión son similares entre los humanos y los chimpancés. “Por ejemplo, en ambas especies, los machos son más violentos que las mujeres, y los grupos de machos compiten por recursos como el territorio”, señala. Para Wilson, es posible que los linajes de humanos y chimpancés compartan patrones similares de violencia porque así era también su ancestro común. También es posible, sin embargo, que los humanos y los chimpancés hayan evolucionado hacia patrones similares de comportamiento violento a partir de un ancestro más pacífico.