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Fisiología Fetal y Neonatal

Enviado por   •  30 de Abril de 2018  •  1.776 Palabras (8 Páginas)  •  304 Visitas

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Causa de la respiración neonatal

Tras un parto normal, si la madre no ha estado sometida del efecto depresor de los anastésicos, el niño suele respirar en unos segundos y su ritmo respiratorio se normaliza en menos de un minuto. La rapidez con la que el feto empieza a respirar refleja la exposición súbita al mundo exterior y obedece probablemente a:

- Un ligero estado de asfixia inherente al proceso de nacimiento.

- Los impulsos sensitivos originados en la piel del lactante, que se enfría en forma súbita.

Si un lactante no respira de forma inmediata, su organismo se tornará cada vez más hipóxico e hipercápnico, lo que estimulará aún más el centro respiratorio y obligará al niño respirar a cabo de otro minuto.

Expansión de los pulmones al nacer

En el parto, con la expansión del tórax del niño, se expulsa una parte de dicho trasudado y el resto es reabsorbido por los linfáticos pulmonares. La expansión del tórax, así como el primer llanto, el reflejo propioceptivo del frío y la exposición al aire, hacen que los bronquios aspiren aire que llena los alveolos pulmonares. Cuando los pulmones se llenan de aire, el surfactante, sustancia tensio activa producida y almacenada en los neumocitos tipo II, se libera reduciendo la tensión superficial a fin de evitar el colapso alveolar con la espiración.

Durante la gestación, en el feto ocurren movimientos respiratorios, que parecen contribuir al desarrollo de los músculos intercostales y del diafragma, muy necesarios para mantener la respiración después del nacimiento.

Cambios de la circulación fetal tras el parto

Los cambios básicos que experimenta la circulación fetal en el momento del nacimiento, en relación con las anomalías congénitas del conducto arterioso y del agujero oval, que persisten durante toda la vida en algunas personas.

Al nacimiento, la inflación mecánica de los pulmones unida al aumento de la tensión de oxígeno en los vasos pulmonares produce un descenso de la resistencia vascular pulmonar, lo que aumenta el flujo sanguíneo a los pulmones.

Así comienzan cambios en el corazón y la circulación que terminan con el período neonatal.

La paO2 aumenta de cerca de 35 mmHg, en el feto, a 95 mmHg, en el recién nacido, y da lugar a una rápida constricción y cierre funcional del ductus arterioso muscular, que se completa alrededor de las 24 h. Se producen después cambios de presión intracardíaca; esto es disminución de la presión auricular derecha y aumento de la presión auricular izquierda, debido al aumento del flujo sanguíneo de retorno de los pulmones, lo que provoca el cierre funcional del foramen oval en los primeros días del nacimiento.

Nutrición del Neonato

Antes de nacer, el feto obtiene casi toda su energía de la glucosa de la sangre materna después del nacimiento, la cantidad de la glucosa almacenada en el cuerpo del lactante en forma de glucógeno hepático y muscular cubre sus necesidades durante solo unas horas; la función del hígado neonatal todavía es insuficiente, lo que impide que se produzca una gluconeogenia importante. Por consiguiente, la glicemia de los lactantes suele disminuir el primer día de vida hasta treinta o cuarenta mg/del, lo que se supone menos de la mitad de la cifra normal. Por fortuna, el lactante dispone de mecanismos adecuados para desviar su metabolismo hacia los lípidos y las proteínas almacenadas, hasta recibir leche materna 2- 3 dias después.

Aparato genitourinario

Los riñones son grandes, lobulados y de situación baja, por lo que a veces se puede palpar el polo inferior del riñón derecho. Desde la vida intrauterina, el riñón excreta orina que va a sumarse al líquido amniótico. La capacidad de la vejiga es de 40 a 50 mL en los primeros días y aumenta hasta alrededor de 200 mL en la primera semana. La vejiga tiene una situación abdominal a causa de la pequeñez de la pelvis. La primera micción tiene lugar en las primeras 24 h de nacido, aunque hay niños que lo hacen más tardíamente, entre 48 y 72 h, pero esto es lo menos frecuente. La función glomerular y la tubular se hallan ligeramente disminuidas y esto contribuye a la hidrolabilidad del recién nacido. A esta hidrolabilidad también ayudan el hipotálamo y el sistema endocrino.

Sistema nervioso

El cerebro del recién nacido es grande, con un peso de 480 g y marcada inmadurez, así como escasa mielinización y vascularidad del tejido nervioso deficiente. Esto se pone de manifiesto en la conducta neurológica del neonato. El sistema neurovegetativo está mucho más desarrollado, lo que justifica su tendencia a la irritabilidad, la regurgitación, los vómitos, la hipertonía, las respuestas vasculares de la piel y la presencia de movimientos espontáneos torpes e incoordinados.

Por lo antes dicho se ve que el recién nacido es un ser subcortical con un predominio medulobulbo-mesencefálico.

La mayor parte del calor de un neonato es producido por lipólisis al nivel de la grasa parda que se halla situada en la región de la nuca en la parte interescapular, alrededor del riñón y en las glándulas suprarrenales. Esta lipólisis es estimulada por el sistema nervioso simpático. La pérdida de calor en el recién nacido puede ser por radiación, conversión, conducción y evaporación (esta última es la más frecuente). El ambiente térmico del neonato se encuentra afectado por las corrientes de aire, la humedad, la temperatura del aire, así como la proximidad a las superficies calientes o frías.

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