Formacion y desarrollo del docente.

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La constitución de 1857 fue piedra angular en la consolidación del estado liberal y construcción de una sociedad nacional, encabezada por Juárez y Lerdo de Tejada; Andrés Lira distingue dos facetas de esta constitución que son la dogmática y la orgánica, la primera declara los derechos de los gobernados como límite impuesto a las autoridades y la segunda se refiere a la organización del estado y sus elementos , la soberanía nacional, forma de gobierno y las partes integrantes de la federación, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial

Una vez instituida la educación pública en México en la segunda mitad del siglo XIX surgen las concepciones pedagógicas de Jean J. Rousseau, Johann H. Pestalozzi, Johan F. Herbart, Frederich Frobel y Herbert y Herbrert Spencer, todos ellos principales educadores de esa época que complementaron los modelos europeos de la educación nacional.

Para el año de 1867 los grupos liberales del país habían vuelto a obtener un triunfo político, esta vez garantizarían al estado su hegemonía, cambio que solo podía lograrse por medio de la escuela a través de la transformación de los planteamientos sobre educación , la libertad de enseñanza irrestricta sostenida en la Constitución de 1857 a la ley Orgánica de Instrucción Pública de 1857 y su reforma de 1869, que daban al estado el derecho de imponer límites a esa libertad y de excluir del campo educativo la enseñanza religiosa, transformación que se concretó en la construcción del proyecto educativo de Gabino Barreda, en el cual se establecía una escuela laica, científica, generadora de un fondo común de verdades para la sociedad nacional; es importante mencionar que el grupo liberal realizo esfuerzos para igualmente consolidar a la escuela publica mexicana como mecanismo de progreso social, ideal que fue retomado en el porfiriato por los liberales-conservadores, generadores de la política científica de ese régimen, estos intereses se concretaron en la construcción de los proyectos educativos de Joaquín Baranda y Justo Sierra.

Ya en el porfiriato se cobró vida a la idea de otorgar educación básica a toda la población, como medio para lograr la democracia y la integración nacional , planteando el compromiso de un programa general de educación pública que asegurase el carácter obligatorio, científico y uniforme de la educación primaria; surgiendo así la Ley de Instrucción Pública de 1888, en donde se ampliaron los márgenes de acción del estado en materia educativa y el Ministro de Justicia e Instrucción Pública Joaquin Baranda, convoco a un proceso de discusión sistemática a todos los interesados en mejorar la educación del país, en este contexto se realizaron el Congreso Higiénico Pedagógico (1882), el Primer y Segundo Congreso de Instrucción Pública (1889 y 1890) y el Tercer Congreso de Instrucción Primaria (1910), entre otros, en los cuales se discutieron los principios rectores de la educación mexicana: uniformidad, laicismo, obligatoriedad, sus métodos de enseñanza , las condiciones higienico - pedagogicas y laborales en las que debía operar la escuela pública, la creación en cada entidad de un centro pedagógico de normalísimo, con lo que el Estado daba reconocimiento formal a la carrera de profesor primaria, dándose a si la introducción en México de la pedagogía moderna.

En esta poca porfiriana es cunando la profesión del maestro de educación primaria se consolido, gracias al impulso de las nuevas necesidades que trajo aparejadas la expansión de la educación primaria y la introducción de la pedagogía moderna, el régimen de Díaz mostro una preocupación permanente por la formación de docentes y apoyo los esfuerzos para crear instituciones en todo el país que prepararan maestros en forma moderna; a pesar del

Conclusión